Gastos "hormigas" versus rendimientos de "elefante": ¿es posible ahorrar en chicles para ganar en dólares?
Tal vez no haya que eliminar absolutamente cada pequeño 'gustito', ni 'vacunarse' contra los imprevistos. Pero un análisis detallado de los gastos superfluos, para ver cuáles pueden ser prescindibles por un tiempo o eliminarse definitivamente, ayuda a recomponer el bolsillo, según un reconocido economista.
¿Alguna vez te preguntaste qué pasaría si controlás los gastos espontáneos, o lográs reducir algunos ‘permitidos’ y ahorrarlos disciplinadamente, para ver los rendimientos después de un tiempo? El trabajo lo hizo la consultora Focus Market y aunque no pueda aplicarse en su totalidad, los resultados podrían ser sorprendentes.
El informe de la consultora apuntó a determinar qué pasaría si se eliminan los gastos superfluos, llamados también, para apuntar a la tendencia contraria y en lugar de que sean una fuga no controlada de dinero, se transformen en un ahorro con objetivos precisos.
“En un contexto de ajuste de la clase media, producto de la corrección de precios relativos de la economía, los gastos hormigas pueden ser grandes enemigos para lograr llegar a un presupuesto mensual y generar algún nivel de ahorro”, dijo el economista Damián Di Pace, director de la consultora.
“Los gastos hormiga son pequeños gastos que no son realmente necesarios y que hacemos de manera reiterada y casi inconsciente, con efecto muy importante en nuestras cuentas personales”, añadió el economista.
Ahora bien. La pregunta que hizo fue bastante sencilla: ¿Qué sucedería si aquellos gastos que pasan inadvertidos en el día a día, los ahorráramos e invertimos en distintos activos? El primer paso, inevitablemente, será diferenciar cuáles son los gastos prescindibles, en función de las prioridades de cada uno.
CUÁNTO SE VA EN ESOS PEQUEÑOS GASTOS ESPONTÁNEOS
Los “gastos hormigas” al acumularse pueden representar una parte importante del presupuesto mensual, dijo Di Pace, al mencionar como ejemplo los taxis imprevistos, algún snack del momento, propinas, entre otros.
A continuación, desarrolló un cuadro en el que apuntó algunos gastos hormiga, con valores y situaciones propios de la Ciudad de Buenos Aires, pero que cada lector podrá adaptar a su contexto regional y particular:
Según esa reseña, al cabo de un año, los “gastos hormigas” suman $3.547.200. Sin embargo, debido al contexto inflacionario que caracteriza al país, Di Pace propuso convertir ese monto a valor de dólar MEP, que sobre una cotización de $1.104,55, significaría que los gastos hormiga sumaron, a lo largo del año, u$3.211.
“Si suponemos precios constantes, a lo largo de 15 años, es decir, en 2039, habremos gastado USD 48.172”, añadió Di Pace.
“Podemos concluir que los gastos hormiga representan una fuga de capital que, aunque parece pequeña en el día a día, al acumularse con el tiempo, puede tener un impacto considerable en nuestras finanzas”, dijo el economista.
Este análisis destaca también el poder del interés compuesto y la importancia de tomar pequeñas decisiones financieras de manera constante y disciplinada para lograr resultados significativos.
“Es cierto que cada activo presenta características y niveles de riesgo diferentes; sin embargo, en un mundo globalizado donde la información sobre cómo y dónde invertir está al alcance de todos, redirigir estos pequeños gastos hacia inversiones estratégicas puede marcar una gran diferencia en nuestro bienestar financiero a largo plazo”, detalló Damián Di Pace.
Sobre esa base, avanzó en el análisis sobre los resultados que se pueden alcanzar con la decisión y constancia para ahorrar e invertir esos gastos, volcándolos sobre algún activo financiero.
“Para ello, tomamos un tiempo considerable de 15 años y simulamos que los rendimientos del futuro, repiten el pasado, esto es, se replican los rendimientos del período 2009-2024, para el período 2024-2039”, propuso.
CÓMO CONVERTIR LOS CHICLES EN DÓLARES
De acuerdo con esa proyección, Di Pace elaboró un nuevo cuadro de resultados, con una primera columna en la que se mencionan opciones de activos; en la segunda, el rendimiento en porcentaje; y en la última, el total de dólares producidos al final del período, es decir el año 2039.
Al explicar las distintas opciones, el economista comenzó describiendo perfiles de inversores. Para quienes son conservadores y tienen baja tolerancia al riesgo, propuso un activo tangible como el oro, con el que se obtendría un rendimiento del 179%. Así, los u$3.211 se convertirían en u$8.961,22.
En el extremo contrario, para los amantes del riesgo la propuesta sería el Bitcoin, la criptomoneda más conocida del mundo. Manteniendo la suposición de que los rendimientos pasados se repiten en el futuro (algo que los economistas suelen advertir que es poco probable), entonces el rendimiento superaría el 48.000%, obteniendo un rendimiento de más de un millón y medio de dólares.
“Con estas cifras, vamos a pensar dos veces en comprar chicles a la pasada, tomar un café o pagar por un viaje en taxi”, dijo el economista.
Si la opción fuera invertir en el mercado financiero de Estados Unidos, el rendimiento sería de 42 veces el monto inicial, con la disciplina de reinvertir en forma constante el capital más los intereses, puntualmente a lo largo de los próximos 15 años. En este caso, se trata del Standard & Poor’s 500, que es un índice bursátil que mide el rendimiento de las 500 empresas más grandes y representativas de Estados Unidos que cotizan en las principales bolsas de valores
“Por otro lado, tenemos el índice NASDAQ-100 que incluye las 100 empresas no financieras más grandes que cotizan en la bolsa de valores NASDAQ, en Estados Unidos. Haciendo el mismo ejercicio que con S&P 500, el rendimiento fue de 7.376,18% por lo que, al final del período tendríamos una suma de u$ 240.060,13”.
Con un activo menos volátil, como los Bonos del Tesoro Norteamericano, que es considerado “libre de riesgo” y tuvo un rendimiento del 1755% en los últimos 15 años, para el 2039 arrojaría un rendimiento de u$ 59.567,50.
Si la inversión de los gastos hormiga se hiciera en el mercado financiero argentino, que tuvo un rendimiento ajustado por inflación del 763,3% en los últimos 15 años, reportaría en el año 2039 unos u$27.731.
En plazo fijo a 30 días, haciendo interés compuesto, el rendimiento sería del 395%, según el cálculo de Di Pace para los 15 años precedentes. De este modo, el rendimiento para 2039 sería de u$ 15.902,83.
“Cabe destacar, que a pesar de la inestabilidad económica que se vive en Argentina, el plazo fijo en pesos rindió más que refugiarse en el oro -aclaró-. El porqué de esto es que el oro es un activo estable, preserva su valor, a diferencia de las monedas que pueden perder su poder adquisitivo por la inflación o desequilibrios macroeconómicos; y a pesar de que aumentó casi tres veces su valor, no logró alcanzar el rendimiento del plazo fijo”.
En conclusión, queda claro que cualquiera sea la opción financiera elegida y aún con la advertencia de que los rendimientos pasados no garantizan lo que ocurrirá en el pasado, el control de gastos hormiga puede ser una buena fuente de ahorro y crecimiento financiero.