¡Alerta, Argentina! Europa endurece las reglas para la compra de GNL: ¿Cuál es el impacto?
Una nueva directiva de la Unión Europea pone en la mira las emisiones de gases de efecto invernadero en la cadena de suministro de hidrocarburos. Empresas argentinas que proyectan exportar gas natural licuado analizan los desafíos que presenta la normativa ambiental y de derechos humanos.
La Unión Europea (UE) aprobó recientemente la Directiva de Diligencia Debida en materia de Sostenibilidad Corporativa (CSDDD), una normativa que busca garantizar prácticas sostenibles y el respeto a los derechos humanos en todas las cadenas de suministro. La medida, que será implementada por los Estados miembros antes de julio de 2026, establece la obligación de reportar las emisiones de alcance 3, aquellas generadas indirectamente en actividades como la producción, el transporte y la transformación de hidrocarburos, incluido el gas natural licuado (GNL).
Esta normativa afecta no solo a empresas europeas, sino también a aquellas de terceros países que generen un volumen de negocios anual de al menos 450 millones de euros en la región. En caso de incumplimiento, las multas podrían alcanzar el 5% de los ingresos globales de la empresa.
El GNL argentino, promovido como una oportunidad estratégica para diversificar las exportaciones energéticas, podría enfrentar nuevos obstáculos en su camino hacia el mercado europeo. La directiva exige que los importadores europeos certifiquen el impacto ambiental de toda la cadena de producción, desde la extracción en el yacimiento hasta la regasificación en destino.
Un directivo vinculado a un proyecto de GNL en la Argentina expresó sus preocupaciones: “Los importadores están preocupados porque no tienen los mecanismos o las herramientas para medir estas emisiones. Esto requiere información que los productores, en muchos casos, no están obligados a proveer”.
El desafío de las emisiones de alcance 3
Las emisiones de alcance 3 representan uno de los mayores retos para la industria. En el caso del GNL, incluyen aquellas generadas durante la extracción del gas en los yacimientos, el transporte por gasoductos, el proceso de licuefacción y el envío en buques metaneros.
“Los importadores europeos están tratando de entender cómo rastrear estas emisiones a lo largo de toda la cadena de valor. Actualmente, no existe un sistema estandarizado que permita certificar estos datos ni una obligación para los vendedores de medirlas”, señaló una fuente del sector.
Qatar y la presión internacional
La normativa generó tensiones con Qatar, uno de los principales exportadores de GNL a Europa. El ministro de Energía qatarí, Saad Sherida al-Kaabi, advirtió que su país podría cesar las exportaciones a la UE si la directiva se implementa sin ajustes. “Si pierdo el 5% de mis ingresos abasteciendo a Europa, no abasteceré a Europa”, afirmó al Financial Times. Según expertos, el impacto será aún mayor para países como Estados Unidos, donde la diversidad de operadores y la falta de un marco unificado complican el rastreo de emisiones.
El futuro del GNL argentino en Europa
Argentina avanza en proyectos de infraestructura y deberá evaluar cómo adaptar su producción y transporte de GNL para cumplir con las exigencias europeas. Los estándares ambientales, cada vez más estrictos, podrían convertirse en una barrera para la competitividad del gas argentino en el mercado internacional.
Si bien la directiva no entra en vigor de inmediato, su implementación escalonada ofrece una ventana de oportunidad para que los actores del sector ajusten sus operaciones. En un contexto de creciente demanda global de energías limpias, la capacidad de certificar prácticas sostenibles será clave para garantizar el acceso a mercados estratégicos como el europeo.
Con información de Econojournal, redactado por un periodista de adnsur.