Neuquén reparte gas en la tierra de Vaca Muerta: lo insólito celebrado como un hito

En una provincia que ostenta el orgullo de ser el hogar de Vaca Muerta, el segundo yacimiento de gas no convencional más grande del mundo, la reciente medida del gobierno neuquino de adquirir 45.000 garrafas de Gas Licuado de Petróleo (GLP) parece un recordatorio incómodo de las desigualdades que persisten bajo la alfombra del discurso energético. Con una inversión de 951 millones de pesos, la administración de Rolando Figueroa celebra como un logro la provisión de garrafas a familias que, irónicamente, viven sobre un mar de gas.

La medida, formalizada a través del decreto 102/25, implica la compra de garrafas a YPF GAS SA y la distribución a cargo de Hidenesa. Aunque desde el gobierno provincial se destaca la “eficiencia” de la logística, el hecho de que en una provincia productora de gas miles de hogares aún dependan de garrafas para calefaccionarse no es más que un reflejo de la falta de planificación y desarrollo de infraestructura. Neuquén sigue sin garantizar el acceso equitativo a su principal riqueza.

Además, la provincia asume la totalidad de los costos de este programa desde que, en 2024, el Estado nacional dejó de subsidiar las garrafas. El presidente de Hidenesa, Raúl Tojo, justificó la medida asegurando que "es fundamental garantizar este insumo indispensable". Sin embargo, la situación pone de manifiesto una pregunta incómoda: ¿cómo es posible que en la capital energética del país aún haya hogares que enfrenten inviernos con garrafas?

En paralelo, la Nación avanza con la desregulación del mercado del GLP bajo la Resolución 15/2025, eliminando cupos y subsidios que podrían agravar la situación de los sectores más vulnerables. Mientras tanto, el Programa Hogar, diseñado para aliviar el costo del GLP, sigue sin implementarse en Neuquén.