Adicción al celular: ¿sabés qué es la 'nomofobia'?, cómo detectar a tiempo las alarmas en adolescentes
Cada vez hay más consultas por adolescentes con cuadros de ansiedad, depresión, angustia, insomnio. ¿Qué tiene que ver el celular y cómo podemos regular su uso?
La “nomofobia” es un tema que genera bastante preocupación en las instituciones educativas y donde los adolescentes pasan mucho tiempo. ADNSUR conversó con la Licenciada Leonor Ríos, psicóloga y docente, para conocer cómo podemos hablar con nuestros hijos sobre esta "adicción" silenciosa.
Al respecto, realizó una primera aclaración y sostuvo que “consumos problemáticos y adicciones no son lo mismo”. Y aclaró que “ambos pertenecen al campo de la salud mental, pero los consumos problemáticos hablan de esta relación que tenemos las personas con algo que puede ser una sustancia, objetos o actividades”.
Y agregó que “es una relación que implica algún perjuicio en la salud o en el mundo social. La mayoría de estas relaciones con las tecnologías tiene que ver con los consumos problemáticos”.
¿Cómo nos damos cuenta de que hay un problema?
Hay que pensar que “todos somos consumidores”, destacó la psicóloga. Y remarcó que, “el punto importante a pensar es que cuándo ese consumo se vuelve problemático es cuando tiene alguna afectación -por ejemplo- ciertos hábitos, cuestiones del sueño, alimentación, cuestiones académicas, relaciones con los pares, es cuando hay una dificultad en limitar y regular el uso”.
La especialista propuso preguntarse y si nosotros como tales podemos regular nuestros usos. En la clínica, después de la pandemia, “las consultas de los adultos tuvieron que ver con la ansiedad y la depresión”. En tanto, el celular para algunos “se convirtió en el refugio de mucha actividad en tiempos de poca socialización presencial. Y también para los adultos. En los mas chicos, aparece en los estudiantes de los primeros años, que es cuando ellos recién empiezan con el uso”, explicó.
En ese punto -indicó- “es recomendable que el uso aparezca lo mas tardíamente posible. No es lo mismo ver a chicos de seis años, que tienen un celular como un regalo, sin acceso a redes sociales, que cuando ya están terminando la escuela primaria y hacen su viaje de egreso y los papás quieren tener contacto con ellos”.
Y advirtió, “tampoco se podría reducir el celular como la causa de la ansiedad o la depresión, es algo que puede aparecer en el discurso de la familia y los pacientes, pero bueno, hay algo todavía más complejo que tiene que ver con lo psíquico”.
En ese sentido, amplió: “El celular es un objeto que tienen todos los adolescentes y que implica una entrada a otros lugares como las redes sociales, las apuestas on line. Y esta dificultad que tiene el adolescente de regularse, a esto se le suma que los chicos están mucho tiempo solos, porque los padres trabajan muchas horas y a veces esas aplicaciones de control parentales colaboran un poco en regular”.
La especialista recomendó no negociar aquellas cuestiones que resultan vitales para los chicos. “No negociar una buena calidad de sueño, una buena alimentación, tiempo del aire libre, socializando. Es decir, si el celular ocupa todo eso hay que ser estratégicos, conversar con ellos”.
Asimismo, enfatizó en la importancia de que los adultos puedan ofrecer alternativas y espacios de distracción, deportivos. Pero sobre todo hacer cumplir las reglas establecidas. “Yo te voy a dar tanto tiempo y podría haber una extensión mayor los fines de semana o feriados", ejemplificó.
La psicóloga mencionó que, muchas consultas de padres se centran en la preocupación por el aislamiento social de sus hijos. "Muchos papás están preocupados porque ven que sus hijos no salen, que no tienen amigos", lo que refleja un temor a que el uso del celular reemplace las interacciones sociales presenciales.
Celular en el aula ¿si o no?
Ríos afirmó que el celular se ha convertido en "una herramienta de trabajo constante" en el contexto educativo, especialmente después de la pandemia, donde muchas instituciones han integrado plataformas digitales y correos institucionales.
Respecto al uso del celular dentro de las aulas, propuso que se establezcan normas claras sobre cuándo y cómo se puede utilizar. "No soy partidaria de prohibirlo", comentó, sugiriendo que la regulación y el establecimiento de momentos específicos para su uso serían más efectivos.
Por otro lado, reconoció que los estudiantes más jóvenes, especialmente aquellos que recién ingresan a la secundaria, pueden tener más dificultades para manejar el uso del celular. Por ello, es esencial implementar estrategias que les ayuden a regular su uso.