Menos del 40% de los campos están productivos y un 20% no tiene animales
Se trata de datos de los departamentos Mártires, Paso de Indios, Telsen y Gastre.
RAWSON (ADNSUR) - Un informe del INTA Chubut asegura que más del 20% de los campos ubicados en la meseta está desocupado mientras que un porcentaje similar trabaja a menos de la mitad de su capacidad productiva. Se trata de relevamientos en establecimientos de los departamentos Telsen, Gastre, Mártires y Paso de Indios. Esas cifras podrían crecer si se tiene en cuenta que hay un importante porcentaje de establecimientos sobre los que no se tiene datos.
El trabajo fue realizado por los ingenieros agrónomos Miguel Cárcamo y Mirco Muñoz, junto con la licenciada Erica Llanos. Aseguran que la sequía que afectó a la zona desde 2005, las cenizas del volcán Puyehue y el avance de depredadores como el zorro y el puma tuvieron gran influencia en la producción ganadera de Chubut y en la multiplicación de parcelas subocupadas o directamente abandonadas.
A la hora de analizar los datos recabados, los técnicos diferencian entre establecimientos que tienen una cantidad de animales acorde a su capacidad productiva (en producción) de aquellos que poseen una carga animal por debajo del 50% de su capacidad de producción (subocupados) y por otra parte los que si bien cuenta con toda la infraestructura necesaria para funcionar, no tienen producción (desocupados). También se mencionan a los establecimientos que están abandonados –no tienen infraestructura básica necesaria para funcionar – y a aquellos sobre los cuales no se pudieron obtener datos, ya sea por desconocimiento del informante o porque pertenece a otro departamento.
Los datos fueron obtenidos a través de informantes calificados y de encuestas no estructuradas, además de la observación y registro durante las reuniones de la Mesa de Desarrollo Local de Gan Gan o la Mesa de Gestión Local de Gastre, donde referentes de la asociaciones de productores intercambiaron datos con técnicos y personal del INTA, CORFO y SENASA.
En Gastre, de las 349 parcelas que se encuentra dividido, se identificaron 180 establecimientos que se encuentran en producción, 20 sub-ocupados, 54 desocupados y 95 sin datos. En Paso de Indios se identifican 257 parcelas en que se encuentra dividido el departamento, 50 están identificadas en producción, 95 sub-ocupados, 73 desocupados y 39 sin datos.
En Mártires, de 135 parcelas en que se divide el departamento, se identificaron 51 establecimientos en producción, 28 sub-ocupados, 36 desocupados y 20 sin datos. Y para Telsen, de sus 269 parcelas se identificaron 109 establecimientos que se encuentran en producción, 72 sub-ocupados, 51 desocupados y 37 sin datos.
La suma de las parcelas relevadas de los cuatro departamentos dan un total de 1.010 unidades, de las cuales 38.61 % se encuentran en producción, lo que implica que el 42.48 % de las parcelas se identificó como subocupadas y desocupadas, conteniendo en esta última categoría los abandonados. La categoría ‘Sin datos’ quedó fuera del análisis, pero los técnicos entienden que “queda pendiente ya que es necesario analizar estos datos con la encuesta provincial ganadera para categorizarlos”.
Los datos fueron contrastados con otro informe, elaborado por el ingeniero agrónomo Escobar, en base a datos de la Encuesta Provincial Agropecuaria 2005/2014, realizada por la Dirección de Marcas y Señales de la Provincia, donde se muestra la reducción de ganado en los departamentos analizados en este informe, y la disminución de productores.
De ese trabajo se desprende que el promedio de reducción de animales en los cuatro departamentos fue del 59% en el promedio 2005/2014, con picos del 70% en el departamento Telsen, mientras que la reducción en el cantidad de productores fue del 6% promedio. El dato más alto corresponde para mismo período corresponde al departamento Mártires con un 10%.
Según informa Jornada, entre los motivos de la pérdida de superficies productivas se menciona “el déficit generalizado de precipitaciones que ocasionó en casi todo el territorio una importante sequía iniciada en 2005”, lo que motivó la declaración de la emergencia agropecuaria en 2008 y su extensión durante seis años.
Se sumó en 2011 la erupción del volcán Puyehue, afectando con la deposición de las cenizas. “Estos dos procesos naturales (ordinarios y extraordinarios) impactaron fuerte y negativamente sobre la producción ganadera de la provincia y en especial en la zona norte de la Meseta Central provocando más del 45 % de mortandad de hacienda”.
“El incremento de costos de producción y fundamentalmente los costos de mano de obra, de los insumos, las retenciones a la actividad lanera, el tipo de cambio y los bajos indicadores productivos, que intervienen tanto en la comercialización como en la producción, contribuyen a que la rentabilidad del campo sea negativa y como consecuencia su cierre o abandono”.
La situación actual se caracteriza “por grandes extensiones donde los campos no están en producción y otras donde los campos productivos se entremezclan, a modo de mosaico, con campos abandonados”. Por esa situación, en esos establecimientos “se produce una reproducción muy importante de predadores como el zorro y el puma principalmente, no realizándose un control adecuado”. Afecta a los establecimientos linderos con majadas, donde si bien las pariciones son aceptables, no suben los porcentajes de señaladas por problemas de predación, principal causa de la pérdida de animales.