Se trata de nuevos formatos que se están poniendo de moda para consumir vino.

Bag in Box (BIB) y Portion Pack son las dos nuevas expresiones con las que los consumidores se están familiarizando cada vez más. La primera, que también recibe el nombre de Wine Dispenser, es una caja de cartón que dentro trae una bolsa hermética -con el contenido equivalente a cuatro botellas- y una válvula que permite servir la cantidad deseada de vino sin que se alteren sus propiedades por hasta cuatro semanas. La segunda, es un envase de tetra brick con la medida precisa para llenar dos copas.

Los tiempos y las modas cambian, y los hábitos de los consumidores también. El mercado del vino es uno de los que más experimentó en esos vaivenes. Y en los últimos años, a la par de nombres raros y etiquetas innovadoras, empezó a vivir una tendencia cada vez más fuerte: el consumo por copa. Las empresas reaccionaron, y en góndolas y vinotecas aparecieron productos hasta ahora desconocidos en los que el protagonista ya no es la botella, sino la caja.

¿Por qué el auge aquí, ahora?

Los expertos dicen que la caja se puede guardar de cualquier manera, y algunos sugieren dejarla “parada” con la manija hacia arriba. No tiene sentido guardar este vino en cava: hay que consumirlo lo más fresco posible, y guardarlo una vez abierto en la heladera para frenar los procesos de desarrollo bacteriano.

Juan Parajua, gerente de Marketing de de Bodegas La Rosa, dice que el vino perdió consumo per cápita no porque lo consuma menos gente, sino porque se consume con menos frecuencia.

“Esto tiene varias explicaciones. La velocidad con qué se vive y el menor espacio de la mesa familiar en la vida cotidiana. Es de conocimiento masivo que el contacto del oxígeno con el vino lo perjudica en muy poco tiempo y eso es un freno al consumo “de una copa”. A eso le sumamos el crecimiento de los hogares unipersonales o uniparentales, la mayor conciencia de un consumo moderado del alcohol, los controles de alcoholemia. Es nuestra obligación entender a los consumidores y darles nuevas soluciones a una problemática concreta que ellos viven. Esta es una de las posibles soluciones”, analiza.

¿Cualquier vino puede ir a un Bag in Box?

No todos. “La vida útil del BIB se limita a unos 6 a 9 meses, ya que el envase es permeable al oxígeno. Luego de este período, el vino se deteriora inevitablemente. Por eso está limitado a aplicaciones de vinos jóvenes de alta rotación. Si un vino tiene una complejidad y estructura que se beneficia por la evolución en botella, no debe ser envasado en un Bag in Box”, advierte Juan Pelizzatti, presidente de Chakana. “Un vino top siempre irá a una botella de vidrio y con tapón natural: no hay mucho que inventar”, coincide el sommelier Iglesias.

Fuente: http://www.clarin.com/

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