De la Patagonia a los Pirineos en busca de una nueva vida: la travesía de Aldana Guevara en Andorra
Aldana Guevara dejó su Comodoro Rivadavia natal para probar suerte en el pequeño país de los Pirineos. Entre las montañas y la ausencia del mar, esta nutricionista argentina relató su experiencia de adaptación, los desafíos laborales y cómo la comunidad argentina en Andorra la ayudó a navegar la burocracia local.
Aldana Guevara, una argentina de 30 años, había vivido en Córdoba en los últimos años antes de decidir dejar Argentina hace dos años para probar suerte en Andorra, un pequeño país de los Pirineos enclavado entre España y Francia. Tras una primera temporada de verano, Aldana logró establecerse como residente y ahora comparte su experiencia de adaptación a esta nueva realidad.
"Cuando estuve hablando con la persona que me iba a entrevistar, me dijo 'no, al final no tengo plata para tantos permisos', así que ahí entré en pánico y dije '¿para qué vine?'", recordó Aldana sobre sus primeros pasos en Andorra. Sin embargo, esa incertidumbre inicial no la detuvo y a los pocos días pudo conseguir otro trabajo.
La nutricionista resaltó que uno de los principales desafíos fue adaptarse al idioma local, el catalán. "Acá te saludan y es 'poneme una coca-cola' y yo me quedaba ahí como '¿me tratás bien no?'. Los andorranos son más directos a diferencia de nosotros los argentinos que somos más de pedir por favor, gracias y permiso", explicó.
Afortunadamente, Aldana contó con el apoyo de la comunidad argentina en Andorra, que la asesoró sobre trámites y la ayudó a sortear algunos obstáculos burocráticos. "Hay una asociación de argentinos que te ayuda con el tema de los papeles, hacen negociaciones con el gobierno y eso está muy bueno", destacó.
Más allá de las diferencias culturales, Aldana resaltó la estabilidad económica y laboral que encontró en Andorra. "Acá se ganaba bien, se gastaba mucho pero se podía ahorrar. Como camarera ganaba entre 1700 y 1800 euros por mes", contó. Sin embargo, el alto costo de la vivienda era uno de los mayores desafíos, ya que la mayoría de los residentes debían compartir piso.
A pesar de extrañar el mar de su Comodoro Rivadavia natal, Aldana se sintió cada vez más adaptada a la vida en Andorra. "Es muy lindo, pero para mí le falta el mar. Acá estás rodeado de montañas por todos lados, no hay horizonte", reflexionó.
Ahora, con su pasaporte italiano en mano, Aldana tenía la mirada puesta en España como próximo destino, donde espera poder ejercer su profesión de nutricionista. "Creo que mi primer pasito sería Barcelona, que está lleno de argentinos y se habla español", anticipó.
Mientras tanto, Aldana planea volver a visitar Argentina en los próximos meses, después de casi dos años sin pisar el país. "Tengo muchas ganas de volver a ver a mi familia y amigos. Extraño mucho Argentina en general, no solo Comodoro", concluyó.