Del sur argentino a Carolina del Norte: Cómo un video de TikTok inspiró a Francisca Lázaro a ser au pair en Estados Unidos
Francisca Lázaro, una joven de Comodoro Rivadavia, comparte sus experiencias viviendo y trabajando como au pair en Charlotte, Estados Unidos. Desde los desafíos de adaptarse a una nueva cultura hasta los viajes que la han llevado a conocer lugares como Alaska y Hawái, su historia refleja el crecimiento personal y las oportunidades que puede brindar una aventura internacional.
Hace tres años y medio, Francisca Lázaro, una joven de Comodoro Rivadavia, tomó la decisión de emprender una aventura que cambiaría el rumbo de su vida. Motivada por un video en TikTok, Fran, como la conocen sus amigos, se lanzó a la búsqueda de convertirse en una au pair, una especie de niñera que vive con una familia anfitriona en Estados Unidos.
"Fue una noche de cuarentena en la que estaba aburrida mirando TikTok y me apareció una publicidad sobre ser au pair en Estados Unidos. Me interesó y empecé a averiguar hasta que encontré una agencia que me gustó y tenía una buena promoción", recuerda Fran.
Convencer a su madre no fue tarea fácil. "Mi mamá me quedó mirando como diciendo '¿me estás jodiendo?'. Pensó que era algo pasajero, un capricho. Pero le mostré experiencias de otras chicas que habían viajado y le expliqué todo el proceso. Después de unos días, me dijo 'bueno, dale, arranca con el trámite y te ayudo'".
Así, Fran inició los trámites para obtener la visa y se preparó para su nueva aventura. "Los requisitos básicos son tener entre 18 y 27 años, un nivel básico de inglés y pasar por un proceso de entrevistas con la agencia y las familias anfitrionas", explica.
Una vez en Charlotte, Carolina del Norte, Fran se enfrentó a los desafíos de adaptarse a una nueva cultura. "Al principio, lo que más me costó fue acostumbrarme a los horarios de comida. Acá la gente cena a las 5 o 6 de la tarde, y yo a esa hora recién estaba merendando con mates", cuenta entre risas.
Pero con el tiempo, Fran logró encontrar su ritmo y establecer una rutina. "Cuando estoy con mis amigos argentinos, hacemos el horario de allá, cenamos a las 10 de la noche. Pero con la familia, trato de adaptarme a sus costumbres".
Uno de los aspectos que más le sorprendió fue la percepción que tienen los estadounidenses sobre el mate. "Les hice probar mate la primera semana que llegué, y me miraron como diciendo '¿qué es esa droga?'. Pensaban que me estaba drogando. Tuve que explicarles la historia y la tradición del mate, pero no les gustó mucho".
En cambio, Fran ha logrado introducir algunos sabores argentinos en la cocina de la familia anfitriona. "Les encanta la chocotorta, y también les he hecho probar fernet, aunque no les gustó tanto".
Más allá de las diferencias culturales, Fran encontró en Charlotte una ciudad que le ha brindado una excelente calidad de vida. "Es una ciudad muy verde, con un clima templado. Extraño mucho la playa de Comodoro, pero tengo las montañas a dos horas y la costa a tres horas, así que puedo disfrutar de diferentes paisajes".
Uno de los aspectos que más disfruta Fran de su experiencia en Estados Unidos son los viajes que ha podido realizar. "Mis lugares favoritos han sido Alaska, para ver las auroras boreales, y Hawái. Hace poco también fui a Arizona y recorrí varios parques nacionales, como el Gran Cañón. Los paisajes son realmente impresionantes, parece que estás en otro planeta".
Tras los dos años iniciales como au pair, Fran decidió extender su estadía en Estados Unidos y cambiar su visa a estudiante. "Ahora estoy estudiando inglés, pero quiero meterme en diseño de interiores. Acá las universidades son muy caras, pero hay programas de becas y ayudas que hacen que sea accesible para los estudiantes extranjeros".
Si bien extraña a su familia y amigos en Comodoro, Fran se ha adaptado a su nueva vida en Charlotte. "No he vuelto a Argentina desde que me vine, porque con el cambio de visa se complica un poco. Pero mis seres queridos vienen a visitarme, y yo trato de aprovechar cada momento con ellos".
A pesar de los altibajos y los momentos de nostalgia, Fran no se arrepiente de haber dado el paso. "Es una experiencia que te abre la cabeza, conocer gente nueva, culturas diferentes. Aunque al principio da miedo, vale la pena animarse. Hay alternativas si el programa de au pair no es para uno, pero es una oportunidad increíble".
Mientras sigue explorando su nueva vida en Estados Unidos, Fran atesora los recuerdos de su querida Comodoro y aguarda con ilusión los próximos viajes y aventuras que le depare el futuro.