Cuando terminó la secundaria comenzó a estudiar cocina, y ver en un canala de televisión a cocineros viajando por el mundo -y divirtiéndose- lo inspiró. Manuel Andrés Loizaga tiene 38 años y hace casi 6 que vive en España. Pero su recorrido personal y gastronómico empezó mucho antes, apenas se convirtió en chef. Y todo lo cambió al abrazar el veganismo como su filosofía de vida. Escuchalo contar su historia en este episodio de “Comodorenses por el Mundo”, el podcast de ADNSUR. Si no tenés Spotify hacé click acá.

“Dejar de cocinar animales, siendo argentino, siendo chef… me quede sin herramientas casi… tuve que estudiar de nuevo”, recuerda sobre su transición al veganismo, que no estuvo libre de momentos difíciles. 

"Pero cuando te hace click el corazón, ya no podés cocinarlos más”, expresa.

Cuando terminó el curso de cocina en Comodoro se fue a vivir a Buenos Aires, y terminó haciendo una pasantía en un hotel de Brasil. Tenía 22 años y “ya me empezó a gustar la cosa, aprendés idiomas, conoces gente, culturas", relata Manuel. 

El viaje por año nuevo a Colombia con amigos también se convirtió en una experiencia laboral cuando se quedó varios meses trabajando en un hostel. Y su recorrido siguió, en cada paso, incorporando los sabores y secretos culinarios de lugar.

“Soy un apasionado, me encanta la fusión, ir a las raices de la cultura, de la gastronomia de cada país… para mi es muy importante, me gusta mucho y por eso viajo tanto: lo incorporo a mi trabajo y puedo compartirlo con la gente”.

Regresó a su ciudad natal, y se quedó un año trabajando con el norte puesto en un nuevo destino: España, la tierra de su abuelo.

Escuchalo contar su historia en este episodio de “Comodorenses por el Mundo”, el podcast de ADNSUR. Si no tenés Spotify hacé click acá.

Encontró el amor con Romi, y siguen juntos su camino

Desde Tailanda, donde está cerca de concluir su viaje de casi tres meses entre descansos, capacitaciones y trabajo, Manuel rememora el camino recorrido: “Fue increible cómo se fueron abriendo las puertas… obviamente buscándolas”, aclara.

Ahora trabaja en una casa de retiro en los Pirineos, donde diariamente se luce con la gastronomía para demostrar que al menú vegano es super completo. “Me desvivo para que prueben cosas ricas y demostrar que a la cocina vegana no le falta nada, ni niutrientes ni textura ni sabor”, enfatiza.

Enfocado en el proyecto que más lo ilusiona, nos cuenta que está a poco de concluirlo… Y no podemos más que imaginarnos a los europeos descubriendo su pasión hacia el choripán, una delicia bien argentina -aunque con un “twist”- y al alcance de todos los paladares: Manuel está fabricando los chorizos veganos, distintas variedades, y desarrollando el pan perfecto para ellos.  

“Al final, el desarraigo cuesta mucho, a mi siempre me encantó hacer asado, pero ese hábito, esa tradición, la teminé soltando a la fuerza”, reconoce, en parte por el hecho de eliminar la carne de su dieta y también porque se extraña todo lo que envuelve a un asado, que es mucho más de lo que uno pone a la parrila y tiene mucho mas que ver con compartir con amigos y familia… “Entonces desarrolle chorizos veganos”, cuenta y menciona que muestra los avances de su proyecto en su página de Instagram @hereje.vegan.bbq

Los chorizos veganos de @hereje.vegan.bbq

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