La Patagonia es un destino reconocido a nivel mundial por su mística y atractivos para el turismo local y extranjero. La familia Mazquiarán, con un proyecto innovador en campos de Río Mayo,  logró poner en valor elementos de la naturaleza, como el agua y el guanaco transformándolos en actividades productivas diversificadas y en equilibrio con el medio ambiente.  Así surgieron el agua mineral de manantial "Orizon", la estancia "Don José" dedicada al turismo rural y el proyecto Guen Guel dedicado a la confección de prendas de vestir a partir de la fibra del guanaco

Casi por accidente descubrieron que de los acuíferos del campo brotaba agua natural de manantial con características de alta pureza. Y se lanzaron a desarrollar un proyecto disruptivo e innovador: el agua mineral “Orizon”. 

“La naturaleza nos la da y nosotros únicamente hacemos el acompañamiento para poder traerla a la mesa del consumidor”, explicó Nelson Mazquiarán, uno de los integrantes de esta familia numerosa que decidió comprometerse con la iniciativa.  

La familia Mazquiarán: innovación y emprendimiento en la Patagonia

“Yo creo que lo que más nos empujó y nos dio la fuerza para hacer estos proyectos es que 

nos sentimos orgullosos de ser patagónicos”, explicó cuando se le consultó por los motivos que los impulsaron a encarar proyectos disruptivos y que hoy marcan la diferencia en el mercado regional.

Los Mazquiarán son oriundos de Río Mayo, una localidad en el sudoeste de la provincia de Chubut, sobre la ruta 40. Se radicaron en Comodoro Rivadavia para que los hijos puedan completar los estudios “pero nunca nos olvidamos del lugar, volvíamos los fines de semana y luego de adultos, regresamos para ver qué podíamos hacer”.

Decidieron hacer una apuesta fuerte en el campo y correr riesgos. "Transformamos un campo primario en actividades de turismo, producción de guanaco y una industria del agua "Orizon", a la que le dimos un 100% de valor agregado."

Un agua “sanadora”

Un día Américo, el puestero, estaba arreglando un molino en el campo y se enfermó. “Me quedé preocupado, así que al otro día a las siete de la mañana fui a ver cómo estaba. Vendía vida y alegría. Me dijo que había tomado del agua del manantial porque es más 'sanadora'. Ese fue el disparador y sin saber por qué, hicimos los análisis y eso llevó a una curiosidad. Se hizo un análisis bacteriológico y el agua salía apta para consumo”, relató Nelson sobre los comienzos.

La familia Mazquiarán: innovación y emprendimiento en la Patagonia

Montaron una planta embotelladora modelo en la Estancia “Don José”, en Río Mayo donde actualmente trabajan unas treinta personas, la gran mayoría del mismo pueblo. “Estamos seguros de que tenemos un producto de calidad, estamos estratégicamente ubicados, tenemos un corredor bioceánico. Este fue uno de los primeros campos, del año 1999, con certificación orgánica, con la que podemos salir a competir a cualquier lugar del mundo”.

Camila es cuarta generación de Mazquiarán, y junto a su hermana y primas, se sumó a la empresa familiar. Nelson cree que es momento de ir dejando paso a las nuevas ideas, así que son ellas las que están en el día a día de la empresa.

“Orizon” tiene todas las condiciones, es un agua mineral natural de manantial,  de tierras orgánicas. El primer objetivo es  hacer crecer las ventas en la región patagónica y una vez que la gente la elija, le guste y que la prefiera a otras marcas,  se puede ir avanzando al norte del país y luego cumplir el sueño de poder exportar”, explica Camila.  Orizon llega a Santa Fe, Buenos Aires, Neuquén, el sur de Tierra del Fuego, Santa Cruz y Chubut.

Magia con la fibra del guanaco

En la Patagonia viven alrededor de 3 millones de guanacos. Se dice que es la segunda fibra preciosa del mundo, después de la vicuña, y la calidad de lo que se puede producir con lana de guanaco es un lujo. “Con el guanaco nos pasó algo similar a lo del agua. Le dijimos un día a uno de los gauchos: ‘ esquilalo’, lo pusimos en una bolsita y lo mandamos a un laboratorio. Ese guanaco nos dio 15.3 micras, lo que nosotros queríamos hacer con la oveja, estaba suelto en el campo. A partir de ese día no se mató más un guanaco”.

La familia Mazquiarán: innovación y emprendimiento en la Patagonia

Contó que el proyecto Guen Guel, que significa panza blanca, surgió haciendo pruebas de esquila con estos animales que hasta ese momento no se esquilaban. “También hubo que hacer capacitaciones con esquiladores que estaban acostumbrados a trabajar con las ovejas.  El guanaco es alto, tiene mucha fuerza e implica mucho de investigación y desarrollo. Hay que salir a nichos fuera del país para comercializarlo. Es una de las riquezas que tiene la Patagonia y no me cabe duda que en algún momento se va a formar una industria”.

La familia Mazquiarán: innovación y emprendimiento en la Patagonia

El objetivo a futuro, indica Nelson Mazquiarán, es estar más abiertos "y el sueño ver que se puede progresar. Que nuevas generaciones siguen esta visión o mejor. Esto no tiene límites"

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