Absolvieron a Nicolás Pachelo por el crimen de María Marta García Belsunce
El veredicto final resolvió la absolución de Pachelo, quien había sido condenado en su momento por asesinato de la socióloga cometido el 27 de octubre de 2002 en el country Carmel.
Este viernes Nicolás Pachelo fue absuelto por el homicidio de María Marta García Belsunce, ocurrido el 27 de octubre de 2002 en su casa del country Carmel de Pilar.
El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de San Isidro encontró inocente a Pachelo por el delito de "homicidio triplemente agravado por haber sido cometido con el uso de arma de fuego, por su comisión criminis causa y agravado por alevosía en concurso real del delito de robo calificado por el uso de armas", en perjuicio de la psicóloga.
Y así, a 20 años de unos los crímenes más resonantes de la historia criminal argentina, quedó impune y sin la posibilidad de que se impute a otra persona por la prescripción de la causa, informaron fuentes judiciales a Télam.
Carlos Carrascosa, marido de la psicóloga, había sido condenado por encubrimiento del crimen en el juicio llevado a cabo en 2007 y luego condenado por el Tribunal de Casación en 2009 por el homicidio. Pero tras siete años de apelaciones, la Corte Suprema de la Nación ordenó una revisión de la causa.
Pero en 2016 un nuevo fallo detectó irregularidades en el proceso, le otorgaron la absolución y el viudo recuperó la libertad el 19 de septiembre de ese mismo año.
Finalmente el 10 de diciembre de 2020, la Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmó definitivamente la inocencia Carlos Carrascosa por el crimen de su esposa, María Marta García Belsunce, al no tratar el recurso presentado y dejar firme la presentación previa.
LA MUERTE DE MARÍA MARTA
García Belsunce fue encontrada muerta a sus 50 años el 27 de octubre de 2002 en su chalet del country Carmel de Pilar, con su cuerpo semisumergido en la bañera.
La investigación en torno a su muerte se transformó en un caso policial de alto perfil que suscitó un enorme interés, especialmente luego de que la autopsia practicada a 36 días del hecho comprobara que la sociológa y presidenta de la organización Missing Children no había muerto en un accidente doméstico como sostuvo su marido desde un primer momento, sino que había sido asesinada de seis balazos en la cabeza disparados con un arma calibre 32 que nunca apareció.