RIO GALLEGOS (ADNSUR) - El sujeto fue denunciado hace ocho años por manosear en reiteradas ocasiones a una niña de diez, hija de una militante. La familia protesta hoy en la Cámara del Crimen donde el expediente se destruyó por el incendio de 2015, pero TiempoSur confirmó que la causa ya se había archivado tiempo atrás.

El caso está cerca de cumplir una década sin una resolución judicial, sin embargo tomó relevancia pública en los últimos días, cuando los padres de la víctima acudieron al Juzgado de Instrucción de la jueza Valeria López Lestón para protagonizar un escrache.

El acusado es un vecino de esta ciudad capital, que por entonces militaba activamente en el justicialismo, e incluso, lanzaba su candidatura a concejal. Mirta Bórquez confiaba en él, se criaron juntos en el barrio Güemes y fueron al mismo secundario, por eso no dudó en aceptar un trabajo para desempañar algunas tareas en su unidad básica. Fue en esa época, en la que el candidato a concejal habría abusado de la hija de Mirta, que entonces tenía 10 años.

Mirta dialogó con TiempoSur e hizo un relato del caso. “El tipo en esa época trabajaba en la Cámara de Diputados, estaba muy involucrado con políticos. Era amigo mío, yo lo conozco de chico. Y cuando él se candidateó a concejal, yo económicamente no estaba bien y me enganché en ayudarlo”, cuenta.

Mirta recuerda con culpa que el sujeto “me permitía llevar a mi hija a la unidad básica, entonces yo iba con ella” e incluso “a veces la dejaba que lo acompañe cuando salía porque para mí resultaba un tipo sumamente confiable”.

Mirta jamás sospechó y eso continuó así hasta que la niña decidió contarle su calvario a la pareja de su padre.

“A mí nunca me dijo nada por miedo al ‘bolonqui’, por miedo a que yo no le vaya a creer. Pero yo jamás dudé de ella”, dice. “La manoseó en mi casa, en reiteradas oportunidades, un día me llamó al quincho del barrio Guemes para que limpie y ahí también la manoseaba estando yo, y yo no lo vi”, se lamenta.

Cuando ella y su ex esposo radicaron la denuncia, la niña ingresó a la Cámara Gesell, donde brindó un relato coherente y verosímil de los abusos.

“Cuando fui al juzgado, justo el expediente había vuelto a la Cámara y al poco tiempo este tipo tuvo la suerte de que se quemara su expediente”, dice Mirta, respecto del incendio que en noviembre de 2015 redujo a nada varios documentos judiciales, entre ellos, este expediente. “Me comunicaron que se quemó y que figura en los libros como destruido”.

A través de las redes sociales, Mirta, familiares y amigos convocaron para marchar hoy hasta esos estrados, bajo la premisa de pedir explicaciones y que la causa pueda continuar hasta el juicio.

Técnicamente, el abuso simple tiene una pena baja, que va de los 6 meses a los 4 años de prisión, conforme al Artículo 62 inciso 2 del Código Penal. Sin embargo, la Cámara Criminal fijó el juicio que en dos oportunidades fue suspendido por la defensa del acusado, que reclamó la probation.

Esto es, ni más ni menos, que el reconocimiento de la culpabilidad y el ofrecimiento de buena conducta y tareas comunitarias a cambio del debate de instancia privada.

Casación y el Tribunal Superior de Justicia rechazaron ambos planteos de la abogada del acusado, pero las presentaciones dilataron el asunto al punto de dejar el presunto hecho impune.

Así, la causa llegó a su fin cuando pasó a ejecución para su archivo por prescripción. Es decir que cuando se quemó, la causa ya estaba en archivo.

Fuente: Tiempo Sur

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