Con celular y televisión en la cárcel: los privilegios de los rugbiers que asesinaron a Fernando Báez Sosa
A casi cuatro años del asesinato conmovió al país, los jóvenes se encuentra alojados en un penal de Melchor Romero y se conoció cómo es su día a día.
Este próximo 18 de enero se cumplirá cuatro años del brutal asesinato de Fernando Báez Sosa, afuera del boliche Le Brique en Villa Gesell, Buenos Aires. Por el violento hecho, se llevó a cabo un juicio que estuvo a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Dolores, quienes el pasado 6 de febrero de 2023, dieron a conocer la sentencia a los acusados.
Por el hecho fueron encontrados culpables coautores de homicidio doblemente agravado y por alevosía a Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Luciano Pertossi. De esta forma fueron condenados a prisión perpetua. Mientras que Blas Cinalli, Ayrton Viollaz y Lucas Pertossi fueron condenados a 15 años de prisión, por ser partícipes necesarios.
De ese momento a esta parte, los jóvenes se encuentran detenidos en un pabellón, separado de otros presos, de la Alcaídía N°3 de Melchor Romero. Según informó Telefe, pasan sus días encerrados y a la espera de que Casación confirme las penas para cada uno de ellos.
Sin embargo, también cuentan con algunos privilegios. De acuerdo a lo que se conoció, los rugbiers duermen de a dos y tienen televisión para mirar en algunos ratos libres. Además, cuentan con cuatro horas de patio entre mañana y tarde. Asimismo, pueden acceder a la biblioteca de la cárcel y a juegos de mesa, como ajedrez.
Por otro lado, los días de visita familiar se realizan los jueves a la tarde, donde reciben la visita de sus padres y reciben comida. También cuentan con celular, únicamente para enviar mensajes de texto.
Pero también realizan trabajos de mantenimiento en el patio del penal. Cabe recordar que durante abril de 2023, se filtró un video que un preso subió a redes sociales, con dos de los condenados cortando el pasto en el lugar. “Ahí los tenés a los gi… cortando pasto, los asesinos”, dice uno, según se llega a escuchar, mientras que otro grita: “¡Thomsen (sic), como cortás pasto eh!”.