El caso de Irina Montoya y María Dolores Sánchez, dos jóvenes que vivían en Chañar Ladeado, se convirtió en un símbolo del horror y la violencia que pueden acechar a quienes buscan explorar el mundo. 

En febrero de 1998, ambas chicas emprendieron un viaje hacia Comodoro Rivadavia con la ilusión de conocer al recién nacido sobrino de María Dolores. Sin embargo, su travesía se tornó en una pesadilla cuando se encontraron con Eduardo Fermín Eliçabe, un custodio de seguridad que se ofreció a llevarlas en su automóvil y que se convertiría en su verdugo.

DEL VIAJE INOCENTE AL ENCUENTRO FATAL

El 17 de febrero de 1998, Irina Montoya, de 25 años, y María Dolores Sánchez, de 18 años, partieron desde Rosario con mochilas al hombro y una mezcla de emoción y curiosidad. 

Las jóvenes estudiaban Trabajo Social en la Universidad Nacional de Rosario y deseaban conocer a la familia de María Dolores en Comodoro Rivadavia. Su plan era sencillo: hacer autostop hasta su destino y disfrutar del paisaje argentino en el camino.Durante la madrugada del 18 de febrero, llegaron a una estación de servicio en Santa Fe. 

Irina y María Dolores fueron asesinadas a balazos cuando viajaban a Comodoro
Irina y María Dolores fueron asesinadas a balazos cuando viajaban a Comodoro
Foto: El Litoral

Allí, decidieron continuar su viaje a dedo. En medio de un fuerte temporal, las chicas fueron recogidas por un camión que las llevó hacia Bahía Blanca. Sin embargo, su suerte cambiaría drásticamente cuando se encontraron con Eliçabe.

Eliçabe, un hombre de 43 años que trabajaba como custodio para una agencia de seguridad encargada de vigilar camiones en tránsito, se ofreció a llevarlas en su Fiat Duna Weekend. 

Las jóvenes tenían el sueño de conocer Comodoro Rivadavia
Las jóvenes tenían el sueño de conocer Comodoro Rivadavia
Foto: El Litoral

Aparentemente amable y servicial, el trabajador no era más que un depredador disfrazado. A unos 36 kilómetros del destino final, desvió su ruta hacia un camino rural conocido como García del Río.Allí, bajo la lluvia torrencial que caía esa noche, Eliçabe detuvo el auto. 

En un acto brutal e inhumano, atacó a las jóvenes. Primero violó a María Dolores y luego disparó contra ambas por la espalda. Los cuerpos fueron encontrados más tarde por un tambero que pasaba por el lugar.

María Dolores tenía un disparo en la cabeza y otro en la espalda, mientras que Irina había recibido un balazo en la nuca y agonizaba cuando fue hallada.

LOS TESTIGOS CLAVES Y UN MISTERIOSO SUICIDIO

La escena del crimen estaba cubierta por la lluvia, lo que dificultó la recolección de pruebas. Eliçabe regresó a su hogar alrededor de las 6:30 AM, donde ocultó una cámara fotográfica robada a las víctimas y la pistola Beretta calibre 6.35 que había utilizado para cometer el crimen. 

A pesar del horror que había perpetrado esa noche, Eliçabe intentó mantener una vida normal; incluso acarició el vientre embarazado de su esposa antes de irse a dormir. Al día siguiente, cuando el caso comenzó a captar atención mediática, se presentó en la comisaría con una historia absurda sobre las jóvenes siendo posibles correos de droga. 

Uno de los testigos clave fue Carlos Lemos, el mozo de la estación de servicio donde las jóvenes habían hecho una parada. 

Eduardo Fermín Eliçabe asesinó a las mochileras que viajaban al sur argentino
Eduardo Fermín Eliçabe asesinó a las mochileras que viajaban al sur argentino

Lemos proporcionó información crucial sobre las últimas horas antes del ataque. El mozo recordó haber visto a las chicas cuando llegaron y notó que estaban nerviosas al hacer autostop. Su testimonio ayudó a establecer una línea temporal sobre los eventos que llevaron a su encuentro con Eliçabe. 

Además, Ricardo Acuña, el chofer del camión que había transportado a las jóvenes antes de que fueran recogidas por Eliçabe, también fue testigo crucial. Sin embargo, fue encontrado muerto meses después bajo circunstancias sospechosas que muchos consideraron como un "suicidio".

Eliçabe recibió una condena de 25 años de prisión
Eliçabe recibió una condena de 25 años de prisión
Foto: Clarín

La policía allanó el domicilio de Eliçabe el 22 de febrero y encontró tanto la pistola utilizada como la cámara Olympus Stylus robada. Sin embargo, el interior del auto había sido lavado meticulosamente, lo que complicó aún más la obtención de pruebas forenses adicionales. 

A pesar del intento desesperado por desviar las sospechas hacia otros lados —incluyendo acusaciones sobre una supuesta conspiración contra él— las evidencias eran abrumadoras. El ADN encontrado en el cuerpo de María Dolores fue determinante para establecer su culpabilidad.

EL JUICIO Y LA CONTROVERTIDA LIBERACIÓN

El juicio contra Eduardo Fermín Eliçabe comenzó el 30 de marzo de 2000. Durante este proceso judicial, los familiares de las víctimas vivieron momentos desgarradores al escuchar los detalles del crimen. 

La sala estuvo llena no solo con los seres queridos de Irina y María Dolores sino también con otros afectados por casos similares; entre ellos estaban los padres del fotógrafo José Luis Cabezas. Eliçabe fue condenado por "violación, homicidio doblemente calificado reiterado y tenencia de munición de guerra". 

La sentencia fue recibida con lágrimas y gritos por parte del público presente; muchos clamaban por justicia después del horror vivido por las jóvenes. El tribunal aplicó la pena máxima: reclusión perpetua con acceso a libertad condicional después de cumplir al menos 25 años.

A pesar de la condena firme confirmada por la Suprema Corte argentina, el 30 de diciembre de 2010 Eliçabe salió en libertad condicional gracias a una interpretación polémica del artículo séptimo de la ley 24.390 (conocida como ley del "2 por 1"). 

Eliçabe salió en libertad condicional favorecido por la ley del 2 x 1 que estaba vigente cuando lo condenaron
Eliçabe salió en libertad condicional favorecido por la ley del 2 x 1 que estaba vigente cuando lo condenaron
Foto: TN

Este hecho generó una ola de indignación entre los familiares y activistas que luchan por los derechos humanos.Un año y medio después de su liberación, Eliçabe notificó a la justicia sobre su traslado a Mar del Plata donde comenzó una nueva vida como marino mercante. Trabajó para una empresa pesquera y pasó gran parte del tiempo mar adentro. 

En entrevistas posteriores con medios locales como La Nueva, Eliçabe mostró una sorprendente indiferencia hacia sus crímenes pasados: “Ya pasó, listo”, declaró.

COMODORO, SU SEGUNDA OPORTUNIDAD DE VIDA

Tras salir en libertad condicional, Eliçabe formó nuevas relaciones; incluso tuvo más hijos. Se casó nuevamente y mantuvo contacto con sus hijos anteriores. Sin embargo, su vida nunca volvió a ser igual tras ser detenido; sus vecinos lo recordaban como un hombre reservado que había sido policía en los años '80.

Durante parte de su condena, mantuvo una relación con Claudia Scuffi, una periodista conocida durante su tiempo en prisión; esta relación duró al menos ocho años según documentos judiciales.

Mari y Ramón Montoya, los padres de Irina, durante el reconocimiento en Chañar Ladeado.
Mari y Ramón Montoya, los padres de Irina, durante el reconocimiento en Chañar Ladeado.
Foto: Comuna de Chañar Ladeado

Curiosamente, tras cumplir parte de su condena y obtener la libertad condicional, Eliçabe se trasladó hacia Comodoro Rivadavia por motivos laborales relacionados con su trabajo como marino mercante. 

Esta decisión de llegar a la ciudad petrolera que había sido destino final para las mochileras agregó una capa inquietante a su historia; él mismo confirmó que pasaba gran parte del tiempo entre Comodoro Rivadavia y Ushuaia debido a sus responsabilidades laborales en el mar: “La mayoría del tiempo lo paso en Comodoro”, afirmó Eliçabe, sin dar detalles de su vida en la localidad chubutense.

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