García Borboroglu: “La topadora arrancó la estructura de los nidos y provocó la muerte de los pichones”
El primer testimonio en la segunda jornada del juicio por la masacre de pingüinos es clave para la fiscalía, ya que se trató de Pablo García Borboroglu, el mayor especialista mundial en la especie y que fue el primero en llegar, y registrar imágenes horas después del paso de la máquina sobre los nidos.
En la segunda jornada del juicio por ‘La Masacre de los pingüinos’ que se desarrolla en la sala de audiencias del Superior Tribunal de Justicia de Rawson, se produjo uno de los testimonios más esperados.
En la oportunidad, el doctor Pablo García Borboroglu (especialista de los pingüinos) precisó “soy Dr. en Biología, Lic. En Ciencias Biológicas egresado de la UNPSJB, investigador del Conicet – CENPAT en Puerto Madryn; profesor asociado de la Universidad de Washington en la ciudad de Seattle; co-fundador y presidente de Pengüin Global Society que es una entidad que promueve la protección de las 18 especies de pingüinos del mundo y su investigación y también soy co-fundador y todavía dirijo el ‘Grupo Mundial de Especialistas en Pingüinos’ de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza”.
“El 24 de noviembre del 2021, era plena época de pingüinos y yo estaba trabajando en Península de Valdés. Cuando regresé a mi casa en Puerto Madryn, recibí muchos mensajes -entre ellos- de Alberto La Regina y del ministro de Turismo de ese momento, Néstor García. Me comuniqué con ellos y Alberto La Regina me contó que -durante varios días- observaron movimiento de suelos en la colonia y que se había alertado al Ministerio de Turismo y a otros funcionarios que informaron a la Dirección de Fauna en ese momento”, recordó.
“Pasaron los días y la Dirección de Fauna no iba al lugar. Luego de algunas consultas, me dijeron que el Director Bersano había dicho que ‘no había nada que hacer ni que él podía hacer nada’, reveló.
“El 26 de noviembre, fui al lugar con Norma y Alberto La Regina. A medida que uno avanzaba, se veía que el camino estaba despejado y que se había hecho con una máquina excavadora por la profundidad de la huella y había arrasado con toda la vegetación nativa del lugar y había destruido todo el hábitat”, detalló.
“Este camino cruzaba la colonia de pingüinos de magallanes de Punta Clara en distintos sectores. Fuimos hasta la costa y en el tramo final era donde se veía de manera más clara la destrucción total del hábitat porque -en ese sector- las características del lugar hace que los pingüinos hacen que nidifiquen en alta densidad”, explicó.
PESADILLA
En la parte más fuerte del testimonio, al mostrar las imágenes de pichones muertos, dijo que “me encuentro dos pichones muertos, primero veía la trayectoria de la huella que pasaba sobre el techo de la entrada del nido, y el colapso de la estructura”, ya que “el arrastre arrojó tierra suelta y provocó la muerte de los pichones, que estaban muy frescos, no tenían olor”.
“Nos impactó ver en el macho adulto la mortandad de sus pichones por accionar humano” dijo el científico, y sostuvo “fuimos a documentar y esto nos iluminó de que trataba este impacto tan fuerte” ya que “lo que estábamos viendo no lo habíamos haber soñado en las peores pesadillas”.
Como no podía tocar nada, dijo Borboroglu que sólo tomó imágenes y no se llevó nada, pero “en el primer allanamiento cuatro días después ya no estaban los pichones, y en el segundo, la escena estaba toda modificada, removieron el boyero electrificado , las huelas se habían cambiado”.
Sobre los cadáveres, dijo que “los pichones estaban en buenas condiciones físicas, estaban bien alimentados, a mi juicio murieron por el accionar de la topadora” algo que se nota “en la estructura del ojo, la cornea del ojo, la muerte había sido muy reciente y por eso estábamos shockeados, no tenían olor”.
“Murieron dos horas antes de que yo pase. Era noviembre con enorme calor, en un día avanza el olor. Con la imagen satelital se vio que a las 9 de la mañana estaban sanas aún”, relató el doctor.
También remarcó con imágenes la existencia de “el alambrado de 6 hilos electrificado, el último hilo de 15 centimetros, les impedía el paso a los adultos hacia los nidos, se generó una acumulación de adultos que no podían pasar, quedó fragmentada la colonia en dos partes”.
Indicó que “la maquina arrastró toda la cavidad de los nidos y la aplastó, no quedó suelo, arrancó la estructura, no quedó vegetación, sólo se ven los cimientos”, luego de lo cual, fue invitado a retirarse de la sala por el tribunal, por un debate entre los abogados sobre el valor del testimonio.
Concretamente, el abogado defensor Federico Ruffa dijo “respeto a su valor como testigo, pero hago una objeción de que sea considerado un informe pericial, la prueba fue producida en franca violación de los derechos de defensa”.