Luego de cumplirse una semana de internación en el Hospital Regional, este miércoles se confirmó la triste noticia sobre el fallecimiento del joven que habría sido baleado en la cabeza por policías, en la zona alta de barrio San Martín, el pasado martes 18 de abril.

En exclusivo para ADNSUR, el fiscal a cargo de la causa, Juan Carlos Caperochipi, confirmó que la investigación del hecho “continúa en el mismo curso que se inició”. 

Hasta el momento, se ha concretado el relevamiento de entrevistas con testigos, se secuestraron las armas de los cuatros policías que han sido separados del cargos, y “resta hacer algunas medidas periciales de las armas en cuestión”, indicó. 

En tanto, al conocerse este miércoles el fallecimiento del adolescente de 16 años, Caperochipi señaló que “el resultado de este delito ya no serán lesiones, sino que estará dentro del espectro de alguno de los tipos de homicidios que establece el código penal”.

De esta manera, el funcionario judicial señaño que “las circunstancias que estamos averiguando nos van a permitir establecer si es un homicidio doloso, culposo, preterintencional y poder establecer la calificación procesal definitiva”, explicó.

Otro punto a definir será “la responsabilidad cada uno” de los efectivos presentes en el hecho. “Si bien hay cuatro policías que están involucrados en el hecho, el disparo fue efectuado por uno de ellos, que está identificado, obviamente el resultado más cargoso desde el punto de vista penal resultará para esa persona”, sentenció. 

Para los otros agentes, se atribuirán los delitos que correspondan. “Desde el delito por encubrimiento, abuso funcional, falsedad ideológica -por el acta donde se volcaron informaciones que no se condecían con los hechos que habían ocurrido- entre otras”, enumeró el fiscal.

Por otro lado, explicaron que no han podido obtener cámaras de seguridad por la zona. “Ese es un déficit de la ciudad, más aún en la zona alta del barrio San Martín, donde dificilmente pueda haber camaras de seguridad públicas allí dispuestas”, remarcó. 

Por el momento, los cuatro policías implicados -por disposicion de la Unidad Regional de Policías- “no están cumpliendo funciones y les ha sido secuestrado el armamento”, sostuvo Caperochipi.

LOS TESTIMONIOS DEL HECHO

Por su parte, el Jefe de la Brigada de Investigaciones, Pablo Lobos, indicó a ADNSUR, quehan tomado varios testimonios importantes, muy relevantes para la investigación” y en menos de seis horas pudieron determinar “qué era lo que realmente había sucedido en el lugar de los hechos”. Esto fue en relación a la existencia de “una incongruencia” respecto de la intervención policial plasmada en el acta. “Pudimos recabar lo que realmente había sucedido”, señaló.

A su vez, anticipó que -por estas horas- se esperan resultados de pericias de teléfonos celulares que -al igual que las armas- han sido incautados.

“Pudimos determinar que los cuatro efectivos que fueron apartados de su cargo por parte de la Unidad Regional y la Jefatura de Policías, estuvieron en el lugar de los hechos. El agravante es el querer ocultar lo que realmente había sucedido”, manifestó Lobos.

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