La esperanza de una familia que no se rinde: 28 años de la desaparición de Hernán Soto
Marcela Muñoz, la madre de Hernán Soto, compartió su sentir y la lucha constante por encontrar a su hijo, desaparecido en Comodoro Rivadavia en 1997. A pesar de los años, la esperanza sigue intacta y la familia se aferra a las redes sociales y a la tecnología para mantener viva la búsqueda.
El 1° de enero de 1997, la familia de Hernán Soto decidió recibir el primer día del año en el camping San Carlos, ubicado a unos 40 km al norte de Comodoro Rivadavia, cuando el nene de 10 años - el mayor de cuatro hermanos - fue a comprar una gaseosa a la proveeduría del camping y nunca más se supo de él.
Marcela Muñoz, mamá de Hernán Soto, relató a ADSUR, cómo vivió estos 28 años desde la desaparición de su hijo Hernán, el primer caso de este tipo en Comodoro Rivadavia. "La esperanza siempre está, creo que es el motor que nos sigue manteniendo en pie y en vida", dice. A pesar de las distintas emociones y sensaciones que atravesaron con el paso del tiempo, nunca perdieron la fe en encontrarlo.
La familia se adaptó a los cambios tecnológicos, aprovechando las redes sociales y otros medios digitales para ampliar la difusión del caso y llegar a más lugares. "En la época que desapareció Hernán en el 97 lo más tecnológico que teníamos era el fax, imaginate cómo evolucionamos", comentó Marcela.
Ahora cuentan con el apoyo de una señora en Estados Unidos que se convirtió en su "corresponsal", compartiendo información y pegando afiches allá. Además, mantienen un contacto fluido con las autoridades, quienes les brindan una respuesta positiva cada vez que tienen novedades.
Marcela también reflexionó sobre la responsabilidad que le están dejando a las generaciones venideras: "Si no tengo la suerte de encontrarlo, le tocará a mis hijos, le tocará a mis nietos. Algún día va a aparecer, es la premisa, es lo que siempre nos motiva a seguir".
A pesar del paso del tiempo, Marcela sigue buscando y esperando a Hernán. “Hemos tenido como 8 cotejos de ADN a nivel país pero todos negativos hasta ahora”.
El último llamado de alerta lo recibió en pandemia: “No sabes qué hacer porque estábamos en pandemia encerrados, no podíamos ir al juzgado. Mandé un mail y me contacté con el juzgado y comenté que me dijeron que en Pico Truncado había un chico con características similares, pero bueno, el chico presentó su certificado de nacimiento y todo.”
DESAPARICIONES EN FECHAS CLAVES
Los registros indican que los chicos suelen desaparecer en fechas festivas: cumpleaños, Día del Padre, Día de la Primavera. "Desde el '95 a esta parte, se usaba en esas fechas, donde había mucha gente, concurrir a pasar el día a otro lado y ahí aprovechaban."
Según las estadísticas, Marcela cuenta que los chicos que desaparecen en nuestro país son, en general, buscados para adopción en el caso de recién nacidos hasta los cinco años. "Y después, el resto de las edades es la imaginación, porque no podés probar que es para trata, para trabajo en el campo."
"Hasta que Dios me dé vida, lo voy a seguir buscando. En 1997 eran chicos y hoy son hombres. Quizá alguno de esos chicos escuchó en su casa algo y, bueno, apuesto a que algún día alguno venga, se acerque, nos mande un mensajito. Desde 1997 hasta hoy jamás cambié mi número de teléfono con la esperanza de que algún día alguien me mande un mensaje", concluyó.
A pesar de los obstáculos y la burocracia, la familia se aferra a la esperanza y a la tecnología como herramientas fundamentales para mantener viva la búsqueda de Hernán. "Hoy pones una foto y está en 100.000 lugares a la vez. Sirve la tecnología, tiene sus proyectos contra, pero en caso de desaparecido es muy eficaz porque en un minuto llegas a todo el mundo", concluyó Marcela.