Fue detenido por violencia de género, se autopercibió mujer y abusó sexualmente de una compañera en la cárcel. Se trata de Gabriela Fernández (nacido como Gabriel) que cambió su identidad de género, durante los procesos judiciales en su contra por violencia de género. El hecho sucedió en la provincia de Córdoba.

Según se conoció, durante años, Fernández estuvo involucrada en varios casos de maltrato, privación ilegítima de la libertad, amenazas y otras denuncias, y ahora se enfrenta a nuevas imputaciones, incluyendo abuso sexual en prisión.

El caso de Gabriela generó polémica debido a su identidad de género, ya que, en medio de sus procesos judiciales, Fernández anunció que se autopercibía mujer. Este cambio generó un dilema legal. Tras ser reconocida como mujer, utilizó la normativa, amparándose en derechos según su identidad, pero también sus comportamientos dentro del sistema carcelario generaron serios problemas. 

Utilizó la normativa, amparándose en derechos según su identidad

Luego de ser trasladada al pabellón de mujeres en una cárcel de Córdoba, Fernández fue acusada de haber abusado sexualmente de otra compañera, quien luego quedó embarazada.

La decisión de ubicarla en una cárcel de mujeres, a pesar de sus antecedentes de violencia de género y las denuncias previas, provocó muchas críticas. En tanto, el tribunal señaló que la protección de los derechos de Gabriela no debe poner en riesgo la seguridad de otras internas. La sentencia subraya que la imputada utilizó su identidad de género como una herramienta para ejercer poder sobre las demás mujeres en prisión, utilizando su condición de "referente" dentro del pabellón para intimidar y manipular a otras internas.

"Para brindar completitud a los derechos de la aquí imputada, se vulneraron o se pusieron en riesgo los derechos de 481 mujeres", señaló el fallo judicial.

Además, indicaron que utilizó su condición de "referente" dentro del pabellón para intimidar y manipular a otras internas

De esta forma, se decidió que Fernández sea trasladada a un centro penitenciario especial, alejada tanto de hombres como de mujeres, hasta que se pueda garantizar su seguridad y la de las demás internas. Además, el fallo deja abierta la discusión sobre los requisitos necesarios para el reconocimiento de la identidad de género en contextos penitenciarios, sugiriendo que las leyes actuales no prevén una regulación adecuada para evitar abusos en situaciones como la de Fernández.

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Con información de Infobae, intervenida por IA, bajo supervisión y edición de ADNSUR

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