Podría salir de la cárcel el condenado por el crimen de una adolescente que conmocionó a Chubut
Después de 15 años podría recuperar la libertad Juan Carlos Arista, sentenciado a prisión perpetua por violar y asesinar a una chica de 14 años, cuando salía de la escuela en Gaiman. La ciudadanía del Valle se movilizará este viernes para exigirle a la Justicia que permanezca en prisión.
En noviembre del 2007, el cuerpo de María Isabel Jiménez, una adolescente de 14 años, fue encontrado sin vida en un descampado de Gaiman con signos de haber sido violada.
En 2008, Juan Carlos Arista, un vecino de la localidad, oriundo de Salta y que en ese entonces tenía 25 años, fue encontrado culpable por la violación y el asesinato de la menor y condenado a prisión perpetua. El fallo lo dictaron los jueces Omar Minatta y Alejandro de Franco, y el conjuez Emilio Galende.
El próximo viernes, 15 años después del horror, el condenado podría salir de la cárcel con un régimen especial.
Los pobladores de Gaiman, indignados, se movilizarán dentro de dos días para impedir que la Justicia otorgue este beneficio al autor de este asesinato, según publicó El Valle Online.
EL CASO
El caso de la adolescente muerta conmovió a la provincia del Chubut y tuvo resonancias nacionales.
El ex gobernador Mario Das Neves, en ese momento, adelantó que ya tenían al culpable para llevar un poco de calma a la ciudadanía.
La chica, hija de un matrimonio de bolivianos, salió de la Escuela Agrotécnica a las 17 horas, tomó un colectivo y tenía caminar unos metros hasta su casa, pero nunca llegó. Fue la madre quien salió a buscarla y encontró el cadáver entre unos arbustos con una herida de arma blanca.
Según pudieron reconstruir los investigadores, Arista, quien trabajaba en la cosecha de cerezas, había sido visto persiguiendo a la chica en bicicleta.
En el juicio el acusado negó los cargos y relató que ese día trabajó hasta las 18 horas en una chacra, luego cobró el jornal y se fue a su casa.
También sostuvo que, en aquel momento, la Policía supuestamente lo habría obligado a confesar y se inculpó para proteger a su familia.
No obstante, el secuestro de una sevillana con restos de sangre compatibles con los de la pequeña en el domicilio de Arista, fue una de las pruebas claves en el desarrollo del juicio.
