Vendían droga a través de artículos de limpieza en la Patagonia, y una insólita maniobra los descubrió
Vendían "artículos de limpieza", pero escondían más de un kilo y medio de cocaína. Tres condenados en un juicio abreviado.
La fachada era perfecta: una distribuidora de productos de limpieza que operaba en Centenario y Neuquén. Pero en realidad, tras cada "pedido", lo que se entregaba era cocaína de altísima pureza. Tras una investigación que duró más de un año, la Policía Federal logró desmantelar la banda y sus tres integrantes fueron condenados por tráfico de drogas.
Un año de escuchas y vigilancia
La pesquisa comenzó en noviembre de 2021, cuando los investigadores detectaron movimientos sospechosos. La banda usaba un lenguaje en clave, refiriéndose a la droga como “artículos de limpieza”. Durante más de un año, los efectivos de la Policía Federal de Cipolletti monitorearon a los implicados hasta que en diciembre de 2022 lograron reunir pruebas suficientes para actuar.
Con órdenes de allanamiento en mano, se realizaron operativos en Centenario y Neuquén capital, con dos puntos clave: un aguantadero en el barrio Eluney, sobre Avenida Lago Traful, y un departamento céntrico en Diagonal 9 de Julio al 100.
El resultado fue contundente: más de un kilo y medio de cocaína incautado, armas de fuego y un centenar de proyectiles de distintos calibres.
Cómo operaba la organización
La justicia identificó como líder de la banda a Mario Roberto Lucci, de 60 años, quien operaba desde Centenario junto a su pareja, una mujer de 42 años, encargada de contactar a compradores y revendedores. En tanto, en Neuquén, Aldo Marcelo Ricagno, de 54 años, almacenaba la droga y las armas.
Inicialmente, la fiscalía había imputado a Lucci como organizador del tráfico de drogas, pero en la acusación definitiva esa figura fue descartada y todos fueron considerados partícipes en distintos niveles.
La droga secuestrada tenía una pureza del 80%, según los estudios de la Unidad de Criminalística de Gendarmería Nacional.
Tras un juicio abreviado, Lucci fue condenado a 6 años de prisión efectiva, mientras que Ricagno recibió 4 años. La pareja del primero, por su rol secundario, recibió una pena condicional de 3 años, con la obligación de cumplir pautas de conducta.
Durante la audiencia, Ricagno intentó justificar su participación, argumentando que fue adicto a la cocaína desde la adolescencia, aunque aseguró que ya no consume.
