Cómo se armó la gran movilización contra la Ómnibus en Comodoro
La movilización del miércoles, en contra del proyecto de Ley Ómnibus y DNU de Javier Milei, fue una de las más grandes y significativas de Comodoro Rivadavia. Al menos de los últimos tiempos.
Como sucede en cada una de estas protestas, cuando se sale a la calle en defensa o en contra de algo, que no “es lo mismo pero es igual”, es muy difícil establecer con certeza cuánta gente participó. Por lo tanto hay que hacer un cálculo promedio entre lo que aseguran los organizadores y los gobiernos de turno. Más allá de esa inexactitud, porque no se sabrá si fueron 25.000 personas o 9000 para tomar cada una de las mediciones, lo cierto es que la movilización del miércoles fue una de las más grandes de Comodoro Rivadavia, superando los antecedentes inmediatos de las manifestaciones del intento de imponer el 2 x 1 para favorecer a los genocidas, el plan económico de Mauricio Macri, la defensa de la educación pública, el repudio por el desalojo de los docentes de la intersección de las rutas 3 y 26, para citar algunas.
EL ARMADO
La movilización del miércoles se hizo en el marco del medio paro en todo el país pero para que esa representatividad, que el gobierno nacional hoy sigue subestimando, gane las calles y supere a los convocantes originales hubo que trabajar mucho política y sindicalmente en Comodoro Rivadavia. Los acercamientos y los acuerdos para movilizar juntos quedaron expuestos el miércoles, cuando se cristalizó el éxito de esa gestión para sumar partes y actores.
La CGT Saúl Ubaldini, conducida por Gustavo Fita (Viajantes) y Raúl Silva (UOCRA), empezó a tender puentes desde el mismo momento en que se definió la acción de fuerza, esa que se reclamaba desde las primeras y no tan numerosas movilizaciones que realizó la izquierda tanto en Comodoro como en el resto del país pero cuya convocatoria necesitaba un poco de aire para no recibir (con justificación) reproches de ejercer acciones desestabilizantes. También se requería ese tiempo para tener una organización responsable y la necesaria protección de los trabajadores.
Los dos dirigentes mencionados se reunieron con el diputado nacional y secretario general de Petroleros Privados, Jorge Avila porque necesitaban saber cuál iba a ser su posición cuando el dictamen de la Ómnibus llegue al Recinto, algo que el gobierno, tras el controvertido dictamen de minoría del martes, pretendía hacer el jueves y ahora, como mínimo, se postergó hasta la semana próximo.
Avila aseguró que no iba a acompañar el dictamen “ni nada que atente contra los trabajadores, jubilados y los recursos de la provincia”. Con esa respuesta que acercó a las partes, Petroleros se sumó a la movilización. El gremio, no obstante, tenía el límite de la representación del diputado dentro del boque de Juntos por el Cambio en el Congreso, con su consecuente alineación con el gobernador Ignacio Torres. A eso se sumó la conciliación obligatoria en la que se encuentra, que le impedía parar y movilizarse activa y masivamente.
Esa charla fue el jueves pasado y se ratificó el viernes cuando las tres CGT de la provincia y la CTA se reunieron con el gobernador Ignacio Torres para conocer su posición frente al DNU y Ley Ómnibus. En ese encuentro, en el que también participó Avila, quedó claro que, más allá de las aclaraciones del mandatario provincial, el frente sindical contra ambos proyectos contaba con Petroleros, más allá de que su titular no pueda estar presente ni ser uno de los oradores.
Los petroleros resolvieron la situación de manera inteligente y salomónica. Solo se movilizó la comisión, el cuerpo de delegados y los trabajadores de franco. La acotada participación igualmente fue significativa. Para que no queden dudas el secretario adjunto de Petroleros, Carlos Gómez, fue uno de los oradores destacados. En el palco de San Martín casi Güemes, hizo pública la posición que tendrá Avila en su banca cuando se trate (si es que se logra hacerlo) la ley Omnibus en el recinto de la Cámara de Diputados.
Luego de haber sumado al gremio más importante que no forma parte de la CGT, ya que Camioneros y Bancarios si están dentro de la organización central, el resto fue más inercial porque la participación de los gremios de las dos CTA ya estaba garantizada por los acercamientos que aceleró la política económica de Milei.
LA IZQUIERDA
En la movilización también, como se dijo, participaron los gremios de las CTA y las organizaciones y partidos políticos de izquierda. Salvo la Corriente Clasista Combativa y el Partido del Trabajo y del Pueblo que con sus diferencias están dentro de Unión por la Patria y Arriba Chubut, el resto ya estaba movilizado y chicaneando en sus concentraciones a la CGT por no ponerle fecha y demorar el paro y la movilización.
La CGT Saúl Ubaldini no hizo reproche alguno ni puso reparos para que se sumen a la movilización, algo que hubiera sido ilógico e inconducente, también le dio un lugar destacado en el palco y en el listado de los oradores. Cada uno tuvo su espacio, ya sea para hacer su discurso o para leer el documento, algo que pudo haber estirado el desarrollo del acto pero que le dio una masividad y un marco total a la protesta.
LA VOZ DEL INTENDENTE
Cerrado el frente sindical, la CGT también sumó al acto nada más y nada menos que al intendente Othar Macharashvili.
El jefe comunal fue uno de los primeros en firmar en el marco de la Federación Argentina de Municipios, que conduce Fernando Espinoza de La Matanza, el documento en contra del DNU pero una cosa es participar en una movida de 500 pares y otra asumir protagonismo y hablar en el acto de las organizaciones sindicales.
Macharashvili analizó la invitación pero no por estar en desacuerdo en la movilización sino para no “invadir” la convocatoria sindical y por su propia forma de hacer política, que es de una exposición más baja que la de los anteriores intendentes. El titular del Ejecutivo Municipal sigue midiendo sus intervenciones públicas que hasta el momento, salvo las de agenda, reservó para ocasiones especiales, como fueron las de su voz de alerta y oposición al proyecto del gobierno provincial sobre áreas petroleras.
Consciente de lo que implica para la ciudad y la sociedad el proyecto de Ley Ómnibus, el intendente no puso reparo alguno a sumarse al acto, salvo que sea de manera tal que quede claro que no se estaba “subiendo” a la movilización y reclamo, sino acompañando la movida como conductor de Comodoro Rivadavia.
Ese papel en segundo plano, aunque por lógica y representación Macharashvili fue uno de los últimos en hablar, lo sostuvieron en la práctica los otros funcionarios que se movilizaron, entre ellos el viceintendente Maximiliano Sampaoli, y los concejales Marcos Panquilto, Maite Luque y Gabriela Simunovic.
CÓMO SIGUE
La síntesis del resultado y de lo que se vio el miércoles en Comodoro la hizo, en parte de su discurso, Gustavo Fita.
Luego de cuestionar y explicar que significaba para los trabajadores el DNU y la Ley Omnibus, el diputado provincial aseguró que la convocatoria y el éxito de la movilización “no es de ningún dirigente. Esta es la respuesta de todos al avasallamiento de derechos por parte del gobierno nacional”.
Como esa duda que a veces queda entre personas que dan el primer gran paso tras una serie de salidas sin mucho contacto, se instaló el miércoles por la tarde el famoso: “¿Cómo seguimos?”. La respuesta, en este caso, debió ser parecida a ese “vamos viendo” que se utiliza para ganar tiempo y para no cerrar compromisos definitivos de algo que recién empieza.
Las certezas que se tienen básicamente son dos como las caras de la luna. La primera es que la del miércoles fue la primera de varias movilizaciones que se tendrán que realizar. La otra es que, como dijo el escritor más grande de la Argentina, quienes salieron a la calle juntos el miércoles no están unidos por el amor sino por el espanto.