Modificación de la escala tributaria: el 14,5% de los trabajadores chubutenses pagará impuesto a las ganancias

COMODORO RIVADAVIA - Previo a las modificaciones anunciadas, alrededor de un 10% de los trabajadores registrados en el país pagaban Ganancias. Ahora bien, si se sumaba el universo total, con los aquellos que no están bajo el régimen de relación de dependencia, se reduce aún más ese porcentaje.

La suba del mínimo no imponible se llevó a $ 30.000 brutos ($25.000 netos) para un casado con dos hijos, mientras que para el soltero son brutos $22.000 y $ 18.880 netos. De acuerdo con datos de la AFIP al 2015, un 14,5% de trabajadores totales en Chubut tenía un sueldo por encima de los $ 30.000 brutos. Es decir, que tras elevar el mínimo no imponible, esa población es la que seguirá tributando en la provincia.

Esta ecuación tendrá variación este mismo año ya que con las paritarias ingresarán nuevos trabajadores a tributar y el propio presidente Mauricio Macri anunció que no se tocarán las escalas, con lo cual el gravamen seguirá sufriendo importantes distrorsiones.

EXCLUIR LA ZONA

En Chubut una de las propuestas que que se impulsa es que a través del Congreso se excluya la Zona Patagónica dentro del cálculo para pagar el impuesto (Ver recuadro). Dicho concepto está en casi todos los convenios colectivos de la Patagonia, y responde a un beneficio que reconoce el alto costo de vida, sobre todo a partir de las distancias.

La lógica que persigue este proyecto es que aquel costo de vida que se reconoce en los hechos con la Zona, no se tome como parte del salario real cuando se trata de la tributación.

Y acá hay que tener en cuenta el peso que tiene la Zona dentro del salario de los trabajadores de Chubut. Esto varía según la actividad. En algunos casos la Zona significa el 12% del salario básico del empleado. En otros como los petroleros, llega al 80%. Y en docentes, el reclamo es llegar a un 80% en esta paritaria de forma unificada. Y en el caso de los trabajadores de Anses la Zona representa el 55% del total del salario.

SABOR A POCO

Tras la decisión de Macri de no actualizar las escalas, fueron muchos los sindicalistas que hablaron de “sabor a poco”. Lo dijo el propio Hugo Moyano. Desde lo provincial, los dirigentes gremiales que hablaron con el Económico en el momento del anuncio hablaban de un primer paso, que “no es suficiente”.

Es que con los incrementos queronden el 30%, serán muchos los que comenzarán a tributar.

Así el anuncio puede llegar a convertirse en un arma de doble filo al no colmar las altas expectativas que tenía un grueso de la población que vio mejorado su poder adquisitivo en los últimos años.

Por un lado, los 25.000 pesos netos para un casado y los 18.800 netos para un soltero, sonaron a poco, sobre todo en medio de una discusión salarial que viene después de que se desarrollara una devaluación del 50%.

Si la intención era ponerle paños fríos a la paritaria, puede que ahora se haya agregado un poco más de nafta y ante la “decepción” que puede tener el anuncio, se pida más. Sobre todo a partir de que el propio Gobierno Nacional determinó que no se altere el arcaico sistema de alícuotas, donde se determina cuánto pagan los que pagan. En ese terreno, hay un modelo totalmente regresivo.

LOS QUE SALEN Y LOS QUE ENTRAN

Otra de las curiosidades del anuncio es que a partir de subir el mínimo no imponible, serán más los que paguen que los que dejarán de pagar. Es que por una Resolución de 2013, los que cobraban hasta agosto de ese año menos de 15.000 brutos, no entraban en el gravamen, más allá de que hoy puedan tener sueldos de 20 y hasta 30 mil pesos. La resolución se anula.

La AFIP a través de su titular, Alberto Abad, dio precisiones sobre los que quedarán excluidos a partir de ahora: 180.000. Pero cuando se le consultó por los que ingresaban, estuvo “flojito de papeles”. Según estimaciones de Sergio Massa, alguien que propugna la eliminación del impuesto, son cerca de 220 mil aquellos que ahora empezarán a tributar. Es decir, serán más los que entran al sistema de pago, que los que salen.

Fuente: Jornada