“La Fiebre del cobre”: ¿Cómo es el circuito del robo de cables que azota a varias ciudades de Chubut?
Las Cooperativas Eléctricas, la Policía del Chubut y la Justicia definen procedimientos de actuación conjuntos ante el impacto en los servicios públicos, la conectividad y la afectación a la vida cotidiana de la ciudadanía. ¿Por qué sucede esto ahora?
Audacia, especulación, sangre fría, un alto sentido inescrupuloso, dependencia a intereses ajenos e inconfesables son algunos de los ingredientes que componen el menú del robo de cables que afectan el desarrollo de los servicios públicos en las ciudades más importantes de la provincia.
Si bien se trata de un fenómeno que se puede rastrear hace más de 20 años en distintos formatos, su dinámica actual deja al descubierto el protagonismo de gente joven que asumen riesgos absolutos (en el que incluso hubo fallecidos en el intento) más allá que las intervenciones policiales tuvieron respuestas inmediatas con alta eficiencia.
La situación más determinante tiene que ver con una importante afectación de los servicios públicos en un contexto del desarrollo de la tecnología, telefonía y demanda creciente de de energía en ciudades que crecieron – exponencialmente- en los últimos años.
Uno de los principales motivos para el robo de cables es la extracción del cobre que posee en su interior. El recorrido es la venta de estos elementos en los locales de ‘chatarras y afines’ donde 1 kilo de cobre se cotiza a $ 4500.
Por supuesto, puede parecer una tarea compleja el robo de los cables pero -a través de las ‘tareas hormigas’ y de manera sistemática- estas actividades ilícitas se expanden y pueden tener un mayor saldo positivo ante grandes extensiones de materiales.
¿QUIÉNES ROBAN LOS CABLES? ¿CÓMO SIGUE EL CIRCUITO?
En el lapso de los últimos 2 meses, la Policía del Chubut (a través de distintas dependencias de Trelew, Rawson, Puerto Madryn, Gaiman, Dolavon y 28 de julio) detuvo a 25 personas (en su mayoría hombres jóvenes) cuando robaban los cables.
No deja de sorprender la motivación humana para realizar estas tareas que los sitúan al límite de la vida y la muerte. Una de las observaciones que se pueden hacer es que quienes se atreven a realizar estos hechos tienen que tener un conocimiento aproximado en estos procedimientos pero también se registraron fatalidades.
Acorde a las fuentes policiales consultadas por ADNSUR, el circuito de esta audaz modalidad delictiva (que no es nueva pero no deja de sorprender) consiste en actuar durante las noches, apropiarse de los cables, extraer el cobre, venderlo en los locales de chatarra y luego esos elementos se dirigen a la zona norte del país en transportes de media y larga distancia.
Una vez que la carga se deposita en los camiones, se dificulta el control exhaustivo porque son objetos que se pueden ocultar en tambores u otros recipientes.
DESAFÍO PARA LA JUSTICIA: ENFRENTAR EL ‘VACÍO LEGAL’ ANTE ESTE TIPO DE DELITOS
Si bien la Policía del Chubut demostró su eficacia en la detención inmediata de los autores de estos ilícitos, en los ámbitos judiciales se les imputan ‘daños’ y recuperan la libertad ambulatoria a las pocas horas.
Uno de los objetivos centrales es que la Justicia agilice los procedimientos para fortalecer los controles donde se puede avanzar en la manipulación de estos objetos y dificultar las transacciones económicas.
Consecuente con este esquema y en respuesta a los pedidos de los intendentes de las ciudades del Valle que sufrieron graves interrupciones de servicios en los últimos días, los organismos judiciales instruyeron a la Policía del Chubut para que extremen las actuaciones para prevenir estos hechos.
Los ajustes con el sistema de videovigilancia, el patrullaje permanente, la identificación de la red delictiva, los controles sorpresivos en los locales de chatarra y la cooperación estrecha con los municipios y las Cooperativas son algunas de las medidas que avanzan en esa dirección.
UNIDAD ENTRE LOS ORGANISMOS: LA CLAVE PARA LA PREVENCIÓN
En este tipo de hechos, los vecinos prestaron una importante colaboración porque vieron afectados sus propios servicios con el propio riesgo de sufrir la pérdida de algún electrodoméstico, ver resentido el funcionamiento de Internet y la telefonía y el peor escenario de tener a algún familiar electrodependiente en el que se atraviesa un riesgo de vida inmediato.
Por supuesto que los comerciantes se muestran preocupados por este escenario relacionado con las pérdidas económicas que pueden sufrir.
Atentar contra los servicios públicos constituye un grave delito, tipificado en el código penal, con penas de prisión efectiva. Los responsables de estos hechos delictivos, además de poner en peligro su propia vida, afectan a la sociedad en su conjunto.
El daño económico es millonario pero además es gravísimo para la continuidad de los servicios por las dinámicas de conseguir presupuestos y definir plazos de entrega para la reparación integral de los dispositivos afectados.
Las reuniones entre la Policía del Chubut, las Fiscalías, las Cooperativas Eléctricas y las Asociaciones Vecinales son claves para establecer acciones conjuntas para fortalecer la prevención ante la ola creciente de robos hacia los servicios públicos que se traduce en importantes perjuicios para toda la comunidad.