La historia del derrame de petróleo que movilizó a cientos de voluntarios y tiñó de negro las olas y las aves en Caleta Córdova
El 26 de diciembre de 2007 se produjo un derrame de petróleo en Caleta Córdova durante la carga del buque "Presidente Arturo Illia", de la empresa Antares Naviera. Más de 300 metros cúbicos de combustible tiñeron de negro la costa y la mancha se extendió por casi cuatro kilómetros. Centenares de aves, peces y moluscos fueron afectados y la comunidad se volcó a la zona en un trabajo voluntario para salvar las especies. Este martes iniciará el juicio oral y público que juzgará a la tripulación del barco y en ADNSUR recordamos aquellos tristes días del barrio pescador.
COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) – Era casi de noche cuando el 26 de diciembre de 2007 una mancha oscura se hizo visible sobre la costa de Caleta de Córdova. Nadie imaginaba que ese color aceitoso sería el desastre ambiental más grande de la historia de Comodoro Rivadavia, la ciudad donde en 1907 se descubrió el petróleo en Argentina.
Pasaron 12 años de esa tragedia ecológica que dejó graves consecuencias en la costa ubicada a 20 kilómetros del Centro de Comodoro, y este martes iniciará el juicio oral y público que juzgará a la tripulación del barco que produjo el derrame.
El debate se extenderá hasta el 28 de este mes con Mirta Beatriz Calvo como única querellante y 7 tripulantes del buque “Presidente Arturo Illia” como imputados. El juicio llega luego que en 2016 la Cámara de Casación Penal decretó nulo el proceso de suspensión de juicio a prueba que los había beneficiado.
EL DÍA QUE LAS OLAS FUERON NEGRAS
Esa tarde del 26 de diciembre la mancha de petróleo fue detectada por vecinos. Nadie sabía cuál era el origen. Sin embargo, en pocas horas su magnitud hizo ruido hasta Buenos Aires y se conformó un comité de crisis integrado por la Secretaría de Ambiente de la Nación, el gobierno provincial y Prefectura Naval Argentina.
Con el pasar de las horas el panorama empeoró y se reflejó en el paisaje. Olas negras y espesas y cientos de aves cubiertas de petróleo y afectadas. La incertidumbre del futuro nunca fue tan grande para los pescadores artesanales de la zona.
La investigación por el accidente comenzó de inmediato; también la recuperación ecológica. Al otro día, ya trabaja personal de la cartera ambiental de provincial y llegaban integrantes de la Dirección de Residuos Peligrosos. El objetivo era identificar a los responsables del hecho.
El derrame se produjo en la monoboya, el extremo del oleoducto donde se toma el crudo que está en los tanques de almacenamiento, sobre tierra firme. Por su tamaño los buques no pueden arrimarse a la playa y de esta forma es la única manera de poder llenar las bodegas para trasladar el petróleo a las refinerías.
En principio ninguno de los buques que operó ese día dijo haber tenido inconvenientes en sus bodegas y no se detectó ninguna rotura en la boya. Era todo un interrogante lo sucedido.
Más 300 metros cúbicos de petróleo Escalante tiñeron la costa de negro. Aves, peces y moluscos manchados fueron el reflejo del desastre.
Grupos ecologistas comenzaron a trabajar para evitar una mayor mortandad de aves marinas, las principales afectadas por el derrame.
Los primeros voluntarios en llegar fueron integrantes de la Fundación Patagonia Natural. Para que el trabajo sea organizado se dispusieron corrales donde se estabilizó a las especies afectadas, principalmente Macá Grande, patos, cormoranes y pingüinos de Magallanes. Cientos de personas también se acercaron a colaborar desinteresadamente.
Mientras tanto, la Dirección de Contingencias Ambientales trabajaba en la contención del derrame y la Dirección de Sitios Contaminados en la programación de la posterior remediación.
Además cien brigadistas, provistos con palas, baldes y recipientes de distinto tipo ya trataban de juntar la mayor cantidad de petróleo. Y en paralelo se trabajaba en la remediación de los kilómetros de costa afectados por la mancha de crudo.
Con bombas se cargaba el petróleo derramado y se lo trasladaba a la planta de una de las empresas ubicada en el kilómetro 9 de la ciudad.
El Gobierno provincial, en tanto, pidió el registro de la llegada de barcos de los últimos 10 días, y comenzó a rastrear imágenes satelitales.
Por ese entonces el gobernador era Mario Das Neves y el intendente Martín Buzzi. El mandatario provincial tres días después denunció ante la Justicia a la Terminal Marítima Patagónica (Termap), operada por empresas petroleras de la zona. Sin embargo, luego de varios años la compañía fue desvinculada de la causa por falta de mérito.
La investigación comprobó que el capitán del buque, construido por la empresa Antares Naviares S.A a principios de los 80, notó una mancha de petróleo en el mar, pero en lugar de alertar rápidamente a las autoridades locales y cortar la carga, fotografió el derrame y lo envió al directivo de la empresa. La magnitud se podría haber evitado en caso de dar aviso al instante y comenzar a trabajar en la contención.
Según indica el sitio de la Fundación Patagonia Natural en un informe, más de 800 aves marinas fueron afectadas y 642 pasaron por el Centro de Rescate que se instaló en la zona. La mitad de ellas fueron pingüinos de Magallanes.
El trabajo contó con un gran acompañamiento de la comunidad y más de 300 voluntarios participaron a diario de las actividades de limpieza.
Sin duda se trató de la mayor tragedia ecológica de la historia de Comodoro, un derrame que pudo haberse contenido, pero que 12 años parece nunca haberse producido, como si todos se hubieran olvidado de lo sucedido por aquellos días en que el mar de tiñó de negro en las costas de la ciudad.
Fotografías: Pepe Pugni