Alarma por la sequía: llueve por debajo del promedio de los últimos 30 años y ya temen por la provisión de agua en el verano
La escasez de precipitaciones en junio y julio anticipa problemas para la cuenca del río Senguer. Las medidas de emergencia que ya se preparan y la obra esencial que debería licitarse a fin de año.
El problema es fácil de definir y difícil de resolver. En lo que va del invierno ha llovido y nevado muy por debajo del promedio de los últimos 30 años en la zona cordillerana, lo que anticipa riesgos para la cuenca hídrica del río Senguer, con su nacimiento en lago Fontana, que depende de aquellas precipitaciones. En el gobierno provincial ya se prepara una norma de emergencia y se anticipan medidas de prevención para el próximo verano, cuando la evaporación lleva al lago Musters a niveles muy cercanos al límite de las tomas de agua del acueducto Comodoro-Rada Tilly-Caleta Olivia.
La falta de nieve en la cordillera pone en riesgo no sólo la actividad turística, que se vio afectado en las vacaciones de invierno, sino que además enciende alertas de cara a las medidas necesarias de prevención que se deberán adoptar para garantizar el abastecimiento de agua en la próxima temporada estival.
“En la primera quincena de junio hubo anomalía de temperaturas altas para gran parte del país, por encima de lo normal”, describió Aldo Sánchez, del Servicio Meteorológico local, consultado para este informe .
En la segunda mitad de junio tuvimos el ingreso de una masa de aire de origen polar, que generó baja temperatura y precipitaciones en el centro y norte del país, con nevadas en Córdoba y San Juan, pero esta masa no generó muchas precipitaciones en la Patagonia . Y al comenzar el mes de julio tuvo un déficit de precipitaciones no solamente en la Patagonia, sino también el centro del país, La Pampa, Buenos Aires ”.
Julio ha mantenido un bajo registro de lluvias y nevadas en la zona cordillerana, mientras que la proyección para los próximos 3 meses, según describió Sánchez, no se anticipa un recupero importante de las precipitaciones en la región cordillerana.
La preocupación que empieza a dispararse en la región se da por el impacto que la sequía puede tener sobre el volumen de agua en los lagos cordilleranos, particularmente el Fontana, desde el que nace el río Senguer, que por causas naturales baja su caudal en primavera y verano. Al desembocar en lago Musters, la evaporación hace reducir fuertemente su nivel. En el verano 2021, por ejemplo, las tomas del sistema acueducto estaban fuertemente amenazadas por esa pérdida de nivel.
El IPA ya prevé medidas de emergencia
“Yo soy optimista de que llueva en los próximos meses, pero por las dudas tenemos preparado el borrador de un decreto o ley de emergencia hídrica, en caso de que se dé el peor escenario”, anticipó el presidente del Instituto Provincial del Agua, Nicolás Cittadini, en diálogo con ADNSUR.
Todavía no se estableció el alcance, ya que si es a nivel provincial deberá salir por ley, mientras que si sólo fuera por la cuenca hídrica del río Senguer, tendrá forma de decreto.
“Estamos esperando un informe del INTA en relación a los pronósticos de lluvias –indicó el funcionario-. Si tuviéramos que avanzar en la emergencia, nos va a dar la potestad de exigir cortes a quienes tienen captaciones de agua en campos de la zona, sobre todo por parte de aquellos que detectemos y no tienen declarada esa toma. Hay canales que en invierno siguen abiertos, aun cuando no se utilizan ”.
Con ese propósito, se apunta a establecer compuertas en los canales de ingreso a los campos, según indicó el funcionario, lo que permitiría priorizar la llegada del agua del río Senguer hacia el Musters, para garantizar el abastecimiento de agua a las poblaciones que dependen de este sistema.
Cittadini detalló que desde que inició su gestión envió intimaciones a 3.500 productores rurales de toda la provincia, para exigir un uso más eficiente y la regularización de los sistemas de riego. De ese total, alrededor de 350 corresponde al cauce del río Senguer.
“Son medidas preventivas, que estamos tomando para empezar a regularizar y avanzar en uso eficiente de los sistemas de riego. También vamos a cerrar a quienes riegan por inundación ”, anticipó.
“Todas estas medidas las estamos tomando desde antes de la sequía, en febrero cuando asumí comenzamos a establecer este registro y lo mismo estamos haciendo con todas las cooperativas de la provincia –indicó-, quienes deben informar la venta de agua para todo tipo de usos ”.
La medida es esperada desde el Concejo Deliberante de Comodoro Rivadavia, que en la sesión del jueves 29 de julio aprobó por unanimidad un pedido para que se declare la emergencia y se convoque con urgencia al comité de Cuenca, con participación de todas las ciudades involucradas, es decir Rada Tilly, Sarmiento y Caleta Olivia, además de la urbe petrolera.
"No podemos esperar a que llegue el verano y no salga agua de las canillas", dijo la concejal Natalia Guerreiro, quien acompañó una iniciativa impulsada por Ana Clara Romero.
El pronosticador Aldo Sánchez anticipó que la proyección entre julio y septiembre dio un pronóstico de lluvias "normal o levemente por debajo de lo normal para el norte y centro de la Patagonia", aunque habiendo transcurrido ya el primer mes de ese trimestre con registro bajo, el margen se achica. Los próximos dos meses serán vitales.
“Hoy se está atravesando el fenómeno conocido como 'La Niña', que por lo general coincide con períodos de déficit de lluvias y ahora estamos yendo hacia una etapa neutral, que podría favorecer que en los próximos meses haya lluvias más abundantes. En general son fenómenos complejos y difíciles de monitorear ”, concluyó Sánchez.
Pronóstico reservado
Walter Maza, meteorólogo y docente de la cátedra de Climatología de la Universidad Nacional de la Patagonia, aportó otras precisiones al ser requerido para este informe:
“Normalmente las precipitaciones tienen una variación anual determinada para cada lugar, pero cuando la precipitación disminuye notablemente respecto de lo normal y se mantiene en el tiempo, puede ocurrir que los suelos comiencen a secarse, las plantas pueden morir, los flujos de corrientes de agua declinan, los niveles de agua en los lagos y reservorios caen. Todos estos períodos secos pueden convertirse en una sequía ”, definió.
Para el área de Esquel, dijo que hubo períodos secos entre junio de 1986 y junio de 1987; junio 1989 hasta abril de 1990; Junio de 2007 a abril de 2008; junio de 2011 hasta abril de 2012.
“Y también tuvimos meses secos desde octubre de 2020 hasta la actualidad, con distintos grados de severidad, por lo que en consecuencia la disminución de la nieve afecta los reservorios de agua”.
Maza también aceptó que el impacto en lago Fontana y su vínculo con el lago Musters, a través del río Senguer, se verá afectado por el fenómeno, “seguramente en alguna disminución del nivel de los lagos”.
Respecto de la magnitud del fenómeno, Maza dio la referencia de que en Esquel hay una precipitación anual que oscila entre 500 y 700 milímetros, en tiempos normales, mientras que con una sequedad moderada a severa, esa cantidad de agua caída se reduciría entre 50 y 60 por ciento, oscilando los 250 a 300 milímetros por año.
En Comodoro Rivadavia, el período de sequía es de intensidad leve, con una reducción del 20 al 30 por ciento en su promedio de precipitación anual, ubicado en torno a los 200 milímetros.
El especialista advirtió que no hay relación directa entre lo que ocurre en Patagonia con lo que se observa en la bajante del río Paraná, también afectado por una fuerte sequía.
“Son dos regiones geográficas muy diferentes. En la región patagónica los vientos prevalecientes son del oeste y los sistemas frontales concurren a menudo a la zona patagónica, tanto chilena como argentina y eso favorece a las precipitaciones, sobre todo del lado chileno. Y como la cordillera es relativamente baja, las precipitaciones son en forma de nieve, en invierno son muy abundantes".
Y añadió:
"Climatológicamente hablando son áreas muy diferentes, no habría correlación (con lo que ocurre en el norte del país). Lo que sí podemos decir que 'La Niña', recién se estaría manifestando como pronostico climático a partir de octubre, noviembre y todavía no está muy claro ese pronóstico, no hay mucho consenso en cuanto a los modelos de proyección climática de que esté por ocurrir , pero se daría a finales de este año ”.
En cualquier caso, el pronóstico climático es desalentador, según advirtió el docente universitario, ya que “para la zona del oeste de Chubut y la meseta central, las precipitaciones durante los meses de agosto, septiembre y octubre van a ser menores a lo normal, con lo cual estaremos hablando de una probabilidad de 40 ó 60% de que sean menores a lo normal y esto va a tener mayor acentuación en cuanto a la sequedad”.
El dato que compensa en parte esa proyección negativa en cuanto a lluvias, es que “los valores de temperatura media para los próximos 3 meses van a estar dentro de lo normal –según precisó el profesor Mazza-. Sería más grave si el pronóstico proyectase valores de temperatura media superiores a los normales en el próximo trimestre ”.
En ese escenario, combinando bajas precipitaciones con altas temperaturas, el resultado sería un aumento de la evaporación que suele darse en primavera y verano, disminuyendo la superficie del agua del lago Musters.
Por eso es fundamental la obra de regulación en la naciente del Senguer, sobre el lago Fontana.
La obra del lago Fontana
Los distintos periodos de sequía han afectado fuertemente la superficie de los lagos Colhue Huapi y Musters en Sarmiento. Mientras el primero ha reducido notablemente su superficie de agua, con múltiples problemas que se reflejan por la formación de bancos de arena y pérdida del suelo vegetal en los alrededores, la amenaza llega también hacia el lago del que depende el abastecimiento de agua para más de 400.000 habitantes.
Un análisis de Walter Maza muestra que conforme han disminuido los promedios de lluvia en la región de Coyahique, desde los 1.000 hasta los 500 milímetros anuales, en el año 2016, la superficie del lago Colhué Huapi se redujo desde los 800 hasta los 200 kilómetros cuadrados .
En el Musters la situación no llega ser tan dramática en cuanto a la pérdida por evaporación, debido a su mayor profundidad, pero igualmente el nivel de la superficie de agua disminuye fuertemente en la última parte del verano, amenazando con dejar la toma de agua del acueducto viejo por encima del nivel necesario para el bombeo.
Por eso resulta vital la obra de regulación en lago Fontana, para evitar que el río Senguer erogue grandes cantidades de agua en el inicio de la primavera, cuando por lo general comienzan los deshielos y se eleva la temperatura, pero el consumo (para riego o consumo humano) no es tan elevado.
La lógica de la obra es preservar el agua la mayor cantidad de tiempo en su origen, es decir en el lago Fontana, a una menor temperatura, para dejarla "bajar" paulatinamente, a medida que se incrementa el consumo en verano, atenuando las pérdidas por evaporación.
¿En qué etapa está la obra ?, se le preguntó al presidente del IPA:
“El Estudio de Impacto Ambiental está terminado, sólo había un requisito formal que estamos terminando de cumplir y en breve estaríamos en condiciones de que el Ministerio de Ambiente convoque a la audiencia pública, que podría hacerse a fines de agosto”, estimó el funcionario provincial, en base al plazo de 30 días de anticipación con el que debe convocarse.
También se está terminando de formalizar el acuerdo con el propietario del terreno en el que se emplazará la obra, con quien ya hay un acuerdo de palabra y resta la firma del convenio para la servidumbre de paso, según puntualizó el funcionario.
Una vez cumplida la audiencia, se podrá requerir a Nación el llamado a licitación para la obra, que tendrá un plazo de ejecución cercano a los 3 años, por lo que será inevitable pasar otros 3 veranos mirando de reojo las tomas de agua del acueducto lago Musters.
“Igualmente, una vez que concluya la obra pasará algún tiempo hasta que levante la cota del lago -advirtió Cittadini-, no es que se resuelven todos los problemas con la obra. Esta es importante, pero tiene que ir de la mano con un uso eficiente del recurso, tanto de los productores como de los consumidores y usuarios industriales o del petróleo. Es necesario el acuerdo entre todas las partes”.
El consumo de cada sector
Un informe enviado a Legislatura desde el IPA, en mayo último, dio cuenta de que en el recorrido del río Senguer hay 16 canales de riego, con distintos niveles de consumo, que totalizan alrededor de 3,1 millones de metros cúbicos por hectárea por año.
“El consumo de agua potabilizada para el conglomerado humano cubierto por la SCPL es aproximadamente 30,5 millones de metros cúbicos por año”, señala el informe, con un promedio de 469 litros por habitante por día para Comodoro Rivadavia.
Sarmiento consume 1,3 millón de metros cúbicos por año, con un promedio de 1.000 litros por habitante diarios; Rada Tilly, con 1,5 millón de m.3 por año y 274 litros por habitante diario; y Caleta Olivia, con casi 6 millones de metros cúbicos al año, lo que refleja un consumo de 316 litros por habitante al día.
El consumo registrado para la industria petrolera, según los caudales informados, asciende a 1,4 millón de metros cúbicos al año, lo que significaría unos 3.955 cúbicos por día, sobre los 108.000 cúbicos transportados diariamente por el acueducto.
Paliativos para el verano
Frente a la magnitud del problema natural planteado por la sequía, queda por resolver si Servicios Públicos de la provincia avanzará con alguna de las obras paliativas que se habían previsto años atrás, cuando cada verano se convive con la amenaza de que las tomas del acueducto queden impedidas de succionar agua para trasladar hacia las tres ciudades que abastece el sistema.
Uno de esos proyectos apuntaba al corrimiento de la boca más expuesta, para que se ubique a una profundidad que garantice el funcionamiento del sistema de bombeo del acueducto.
Otra opción es la profundización de la bomba en su ubicación actual, para garantizar que la pérdida de hasta 80 centímetros de altura en los meses de enero y abril pongan en riesgo el abastecimiento.
Esas son las respuestas que cabría esperar desde una adecuada planificación provincial, para evitar que el problema se agrave. Las otras depende de la naturaleza, que cada vez da más señales de cambios drásticos en cuanto al clima. Estos ya no podrán resolverse rezando, o danzando, para que llueva.