Un viejo concepto sobre turismo lo caracteriza como “un conjunto de actividades recreativas, vacacionales, de ocio o de negocio, que realizan las personas en sitios diferentes a los de su residencia habitual, por un período no mayor a un año, ni inferior a las 24 horas". Hoy, esta idea no solo que es obsoleta sino que ya no resiste a nuevos paradigmas que ponen en valor lo cercano, lo propio, dando lugar al turismo de “proximidad” que rompe, precisamente, con esa noción de “salir” por la de también “quedarse”.

Basado en este principio y en la búsqueda de alternativas, Caleta Olivia desarrolla una propuesta que vincula la historia de la ciudad, sus primeros tiempos y el paso de los años a través de un circuito que recorre también los lugares en los que se emplazaron los pioneros. Hoy, edificios comunes para muchos se transforman en una huella que nutre la identidad caletense.

Desde la supervisión de Turismo de la municipalidad local, se la denomina "Circuito sociocultural histórico". Consiste en presentar de manera física los atractivos que subyacen en la localidad y de esta manera poder aprovecharlos, conociendo el relato de su historia, a cada paso.

En poco más de hora y media, el recorrido incluye varias paradas que se realizan sobre la idea de una línea del tiempo, pasando por las cuatro etapas económicas que existieron y que aún se desarrollan en la localidad, para ordenar mejor los hechos que marcaron a nuestra región.

LOS PUNTOS PRINCIPALES

La primera posta es la Playa “La Caleta”, que está ubicada frente al muelle viejo de la empresa TERMAP. La visita inicia allí dado que esta costa es fundamental para la historia de la ciudad, dado el origen de Caleta Olivia coincide con arribo del buque “ARA Guardia Nacional”, embarcación comandada por el capitán Ezequiel Gutero, a quien además se le atribuye el bautismo de la localidad.

El Capitán Gutero dejó documentado que “el día 26 de mayo reconocí en la costa un paraje abrigado entre dos restingas. Reconocido resultó ser una caleta pequeña pero muy abrigada y profunda que permitió en muy buenas condiciones el desembarco de 800 palmas, y 700 rollos de alambre”

Fue el telégrafo, así como lo describe Gutero, la base para lo que hoy es una ciudad cercana a los 90 mil habitantes. Fue ese medio de comunicación el que bajo la política de afirmación de la soberanía, impuso el General Julio Argentino Roca pensando en los destinos más alejados del continente nacional.

La segunda parada es la “Casa de Ernesto Romberg”, en la curva donde la calle Juan Álvarez empalma con la Avenida Costanera. Se trata de una pequeña casita tipo pabellón de chapa que aún se puede apreciar, y que brinda detalles sobre la vida de este primer poblador que llegó en 1901 a la zona.

“En un amplio terreno frente al mar, hizo una casa de chapa, zinc, canaletas y madera compuesta de una cocina y dos dormitorios. Se cree que fue la primera vivienda construida en este lugar, que posteriormente, alojó a varias familias recién llegadas. En el año 1901, Romberg pobló la estancia Bahía Lángara, la que conservó hasta el año 1914, cuando se la vendió a Ceferino Ardura”, cuenta la historia que se relata durante el recorrido.

Dato curioso: al poco tiempo de haber llegado a lo que posteriormente sería Caleta Olivia, Romberg puso un aviso en un diario alemán que decía: “Busco señora culta para compartir, que quiera venir a la Patagonia”.  Al poco tiempo se casó con una mujer que había sido secretaria del Káiser de Alemania.  Era una dama muy instruida, tocaba el piano y lo trajo en su traslado en barco.  Era un gran piano de cola y lo bajaron en Puerto Deseado. Como en esa época no había autos, lo tuvieron que poner sobre un carrito y lo llevaron a la estancia.

La tercera posta es la “Casa de Juan Álvarez”, también conocido como el almacén de “Casa Vieja”, aledaña a la casa de Romberg. El lugar permite contar cómo era el comercio en esa primera etapa de 1900. Allí, Álvarez junto con Máximo Berezowsky dejaron importantes vestigios de cómo era esta actividad.

Durante el recorrido se cuentan datos de las familias, del comercio que vendía “todo suelto” (desde el vino a las galletas) y hasta artículos de mercería.

La Cuarta visita es frente a la “Casa de Pedro Maimo”, que se ubica en inmediaciones  a la de Álvarez. Esta vivienda no solo permite conocer más anécdotas de esta familia, sino que además es una de las construcciones mejor conservadas hasta la actualidad, ya que se encuentra declarada como Patrimonio Cultural Histórico.

La historia de Caleta Olivia se cuenta en pocos metros de distancia, un recorrido muy rico en anécdotas, donde cada familia y vecino dan cuenta del origen de la sociedad local. Y allí aparecen también los Madroñal y los Berezowsky, y sus familias.

La quinta posta es la Escuela Primaria Provincial 14, desde allí se puede conocer cómo era la educación en esos tiempos y cómo se construyó una de los primeros establecimiento del Estado, en una época donde el auge económico era el signado por la ganadería, principalmente la lana de oveja.

LA ÉPOCA DEL ORO NEGRO

La siguiente posta es unas cuadras más hacia el oeste, donde se erige el barrio Parque. El recorrido se detiene en la estructura de lo que era la “Ex proveeduría de YPF”. Desde allí se narra la importancia de lo que la empresa petrolera argentina hizo por sus empleados, se profundiza además en detalles como la migración interna nuestro país, donde habitantes de provincias como Catamarca, la Rioja y Salta, entre otros, poblaron este suelo en búsqueda de un mejor porvenir a través de la industria hidrocarburífera.

La séptima parada es la “Capilla Cristo Obrero”. En este sitio se observa y da cuenta de una de las tantas obras de la empresa YPF para sus trabajadores. Más adelante se le cambia el nombre y se llama "San Nicolás de Bari" en honor a los vecinos riojanos que entronizaron las imágenes de San Nicolás de Bari, San Blas de los Sauces y Santo Domingo de Guzmán que aún permanecen en la iglesia.

Unos metros más hacia el oeste, se encuentra el edificio del Hospital Privado “Meprisa”. Allí la octava posta. Se trata de un nosocomio que fue construido por la empresa YPF y se inauguró el 12 de Julio de 1963. No obstante, fue privatizado en 1992.

La siguiente parada es el barrio 26 de junio, también conocido como Barrio Nuevo, en contraposición al Parque, que era conocido popularmente como el Barrio Viejo. En este recorrido se conocen el club deportivo “Enrique Mosconi”, la Unión Vecinal , el boulevard Central con juegos adaptados y la gárgola tanguera, entre otros espacios históricos.

Regresando hacia el centro de la ciudad, la siguiente parada es la “Parroquia San Juan Bosco”, en este sitio se cuenta sobre no sólo esta iglesia, que se erige como pilar de la congregación católica, sino que permite comenzar a contar sobre la construcción y posterior emplazamiento del monumento al Obrero Petrolero. Así es, como se lee. La historia cuenta que allí funcionaba el club “Knudsen”, y fue el lugar elegido para elaborar las partes que luego dieron forma a “El Gorosito”.


Este monumento, donde posteriormente se hace la décima parada, se yergue a 14 metros de altura desde el 13 de diciembre de 1969, siendo el emblema que caracteriza a la ciudad y sus habitantes, y que a su vez es el punto neurálgico de todo tipo de convocatorias y manifestaciones.

Caleta Olivia: un circuito para conocer sus orígenes y la historia de sus primeros habitantes

Finalmente, el trayecto se dirige hacia el sur. Varios kilómetros hasta donde culmina la avenida Costanera. En el Puerto Caleta Paula, donde se habla de una nueva etapa económica: la pesca.

Allí se puede acceder al recinto y se cuentan las características de su edificación, que lo llevan a ser uno de los pocos puertos artificiales construidos “tierra adentro” y permiten disponer de facilidades portuarias confiables y aseguradas en el golfo San Jorge adecuadas para la operación de embarcaciones pesqueras de los mas variados portes, y de buques mercantes que completan el ciclo captura, producción y exportación. De esta manera la producción pesquera es desde el propio puerto sin dependencias de otras terminales.

Desde los pioneros hasta la actualidad, pasando por las matrices económicas y energéticas que caracterizan un suelo muy particular. Conocer y aprender de lo propio también puede resultar una práctica turística, bajo costo y muy cerca de casa. Un buen condimento, para pasar un día especial, en familia.

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