En los últimos años, las personas privadas de la libertad en Comodoro Rivadavia han encontrado en el arte y la cultura una nueva forma de transitar su condena y prepararse para la vida fuera del penal. Además de los programas educativos formales, los internos pueden participar en talleres de formación artística y profesional que no solo contribuyen a su desarrollo personal, sino que también inciden en su proceso de reinserción social.

Lucía Pettinari, Defensora Jefa de la Circunscripción Comodoro Rivadavia y Sarmiento dentro del Ministerio de la Defensa Pública de Chubut, destacó la importancia de estos espacios: "Muchos privados de libertad nunca tuvieron la oportunidad de acceder a la educación ni a actividades culturales. Descubrir la música o la danza dentro del penal les brinda una posibilidad de expresarse y de proyectar un futuro distinto".

El violín y la salsa: nuevos lenguajes dentro de la cárcel

Entre los talleres disponibles en las unidades penitenciarias de Comodoro Rivadavia, se encuentran clases de música, donde los internos aprenden a tocar instrumentos como el violín, la guitarra y el teclado. "Es impresionante ver cómo una persona que nunca tuvo contacto con un instrumento, en pocos meses puede interpretar una melodía", manifestó Pettinari.

Además de la música, la danza también ha cobrado relevancia en la rehabilitación de los internos. Uno de los talleres más populares es el de salsa, donde aprenden los movimientos básicos y la técnica de este género musical. "El baile no solo es una actividad física, sino también una forma de socializar y generar disciplina", explicó la defensora.

Talleres de oficios y su impacto en la reinserción

"El hecho de aprender un oficio, tocar un instrumento o bailar, les permite proyectarse en el futuro".
"El hecho de aprender un oficio, tocar un instrumento o bailar, les permite proyectarse en el futuro".

Junto a las actividades culturales, también se imparten talleres de formación profesional a través de la Escuela de Educación Permanente para Jóvenes y Adultos (EPJA). "Hay capacitaciones en corte y confección, carpintería y panadería. Todo lo que tenga certificación del Ministerio de Educación puede ser considerado dentro del régimen de estímulo educativo", afirmó Pettinari.

Estos programas no solo otorgan herramientas para la reinserción laboral una vez que recuperan la libertad, sino que también contribuyen a la estabilidad emocional de los internos. "El hecho de aprender un oficio, tocar un instrumento o bailar, les permite proyectarse en el futuro. Muchos de ellos nunca habían pensado en estas opciones antes de llegar a la cárcel", comentó Pettinari.

El arte y la educación como pilares de la resocialización

Para Pettinari, la posibilidad de estudiar o acceder a un taller dentro del penal va más allá del beneficio de la reducción de la pena. "Cuando ves el compromiso con el que los internos se toman estas actividades, te das cuenta de que es una herramienta real de cambio", aseguró. Además, resaltó el respeto que los privados de libertad tienen por los docentes y los espacios educativos dentro de la cárcel: "La escuela y los talleres son lugares que valoran. No se dañan ni se rayan. Son espacios de superación".

Con cada vez más internos accediendo a estos programas, la educación y el arte en contexto de encierro se consolidan como herramientas fundamentales para la rehabilitación y la reinserción social en Comodoro Rivadavia.

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