Cultivos de energía: la planta de maíz puede incorporar al valle del río Chubut a la transición energética
La zona del VIRCH tiene un alto potencial para producir 'materia verde', un insumo para generar electricidad y fertilizantes orgánicos exportables. En este informe, las claves de una propuesta para diversificar la matriz productiva de una de las principales regiones de Chubut.
Durante el reciente Foro de Transición Energética, realizado en la Expo Industrial de Comodoro Rivadavia, se presentó una iniciativa que podría abrir oportunidades de desarrollo de proyectos productivos, tanto para la generación de energía como de bio fertilizantes, a partir del aprovechamiento del ensilado de maíz. La propuesta consiste en aprovechar toda la planta, incluida la materia verde, para alimentar un biodigestor y con el gas generado, alimentar un generador eléctrico.
La propuesta fue presentada por Juan Khouri, fundador de la firma Enerbas, empresa asociada con la firma Bioléctrica, que vienen desarrollando proyectos vinculados a la generación de energía a partir de productos orgánicos. Según reseñó, ya han desarrollado proyectos en otros puntos del país, como Rosario y Córdoba, en el marco del Programa de Energías Renovables que impulsa CAMMESA..
Los proyectos consisten en la utilización de biodigestores alimentados con gas producido por descomposición del ensilado de maíz, algo que comenzó en el año 2012, con una primera planta instalada en la localidad cordobesa de Río Cuarto.
Esa tendencia se profundizó a partir del año 2015, con la sanción de la sanción de la llamada ley de generación de energía distribuida, que permite a los usuarios y consumidores de electricidad transformarse a su vez en generadores.
La novedad de interés para la provincia de Chubut, introducido por Khouri durante el Foro, acompañado por el Grupo de Transición Energética Sostenible (TES) de Comodoro Rivadavia, son los resultados de un estudio elaborado años atrás, que revela el alto potencial del valle inferior del río Chubut, para la producción de materia verde.
En términos potenciales, según aquel estudio, las condiciones de la mencionada región del valle chubutense tienen capacidad de multiplicar por 4 la cantidad de ese material, en comparación al volumen que se genera en la zona núcleo.
“El ensilado es la planta completa, es el maíz que no llega a madurar, entonces se pica la planta entera y se alimenta con esa materia verde un reactor –explicó Khouri-, que es similar a un sistema digestivo en el que se hace una fermentación y se obtienen dos productos: gas por un lado, utilizado para inyectarlo en moto generadores y transformarlo en energía eléctrica; y el segundo es un fertilizante natural”.
Ya hay más de 27 plantas funcionando en distintos del país, entre San Luis, Río Cuarto, Córdoba capital, Santa Fe, Misiones, entre otros, funcionando e inyectando energía eléctrica al interconectado nacional.
“Nosotros fuimos adjudicados con un proyecto que en 18 meses va a estar funcionando en Rosario –refirió-, pero como estoy en Chubut me preguntaba por qué no hacer cultivos energéticos en la Patagonia, si lo que sobra es tierra. Puede haber problemas de temperaturas bajas o falta de agua, pero investigando encontré un informe ya realizado sobre el alto potencial de la región”.
En ese plano mencionó el informe técnico realizado por ‘Maizar’, que es la Agrupación de Productores Agropecuarios de Maíz y Sorgo de la Argentina, en conjunto con el INTA, a priori da viabilidad para el valle del río Chubut, con un potencial 4 veces superior a la media del país.
“Según el informe, una hectárea en este valle podría producir 120 toneladas por hectárea, cuando la media en el país es de 35 toneladas. Una planta de bio gas para generar 1 megaWatt de energía por hora, es decir 24 Mw al día, necesita 50 toneladas de materia verde”.
Según precisó, a partir del informe, “en el marco de la transición energética Chubut tiene una oportunidad, porque si bien no es de gran caudal en términos energéticos -(1 megaWatt equivale a un consumo de 4.000 habitantes, lo que tampoco es despreciable)-, se abren otras perspectivas de producción. Hay que considerar el bio fertilizante que podría generarse, con 50 toneladas por día, lo que significa un activo para diversificar la matriz productiva y se puede utilizar hasta para exportar, ya que Europa hoy tiene una alta demanda”.
“El petróleo nos deja en una zona de confort y no se le prestó mayor atención a ese estudio -dijo el especialista durante su presentación-, pero hoy es una gran oportunidad. Es un buen momento para convocar a productores y organismos técnicos como INTA e INTI para hacer un piloto de este tipo de proyectos energéticos”.
En ese marco, puntualizó que se abren oportunidades a nivel internacional y mencionó como ejemplo que la unión de empresas que integra ha sido incluida en un programa de la Comunidad Europea, para desarrollar biofertilizantes a partir de plantas piloto que generan gas a partir de la materia orgánica
En el valle de Chubut ya hay sectores en producción, por lo que a partir de esta inquietud podrían diversificar su actividad. En 28 de Julo, detalló, funciona una cooperativa que hoy ya está sembrando y cosechando ensilado de maíz, que se utiliza para alimento balanceado.
“INTA Trelew tiene los informes técnicos y nosotros ya estamos predispuestos a estar en contacto con ellos y con otros ingenieros agrónomos y con la Sociedad Rural, para poder confirmar la viabilidad de estos informes y poder desarrollar proyectos pilotos como los que ya funcionan en otras partes del país”, propuso el expositor.
La inversión necesaria se estima en un orden de magnitud de 5 millones de dólares para la infraestructura necesaria para generar 1 Mw de potencia.
Khouri aclaró que no se espera que las inversiones sean realizadas por el Estado, pero añadió que éste ocupa un rol importante en lo que refiere a la planificación y posterior habilitación de los potenciales emprendimientos.
Durante el foro de Transición Energética, el referente Juan Carlos Villalonga fijó además las expectativas sobre el rol de promoción que cabe a los distintos resortes públicos.
“Desde el punto de vista energético, están los mecanismos dispuestos por CAMMESA, en la licitación para los distintos proyectos de energías renovables –explicó Villalonga, quien directivo de la la plataforma H2Ar-. Pero hay muchos otros beneficios que tiene el manejo de este producto. El manejo de los residuos no va a depender de CAMMESA, pero esa parte la tiene que concretar la provincia. El hecho de generar bio fertilizantes –añadió- lo tiene que terminar el Ministerio de Agricultura. Faltan apalancamientos que no tienen que ver con el área energética, porque esto lo excede”.
En la misma línea, Khouri sumó que algunas plantas de biogás para la zona del valle podrían ser impulsadas por el sector público, por ejemplo por los municipios de aquella región, para dar tratamiento y disposición final a los desechos de pescado.
Por otro lado, precisó que el municipio de Comodoro Rivadavia realizó un estudio de pre factibilidad y se avanzaría en la licitación de una planta de biodigestora, para el tratamiento de residuos domiciliarios orgánicos y así evitar el enterramiento de esos desechos.
“Esto lo menciono a colación del rol que puede tener el sector público de cara a este tipo de proyectos, por ejemplo para evitar los rellenos sanitarios –indicó-. Pero no se necesita como condición para las inversiones en materia de bioenergía, porque éstas se están asumiendo desde el sector privado”, diferenció.
En relación a la zona del valle, insistió en que la factibilidad para sembrar maíz y aprovechar su potencial energético podría abrir la puerta a un desarrollo similar al que se da en la zona núcleo del país, con cultivos energéticos que han adquirido una centralidad estratégica por el desarrollo productivo que están generando no sólo a partir de la energía, sino también mediante una serie de productos que pueden tener demanda nacional e internacional.