Juan y Ayelén están en pareja hace varios años y siempre disfrutaron mucho de sus vacaciones, aseguran que en cada viaje se quedaron con ganas de seguir conociendo lugares. Ese deseo se fue incrementando con el paso del tiempo, y si bien estaba siempre presente en sus cabezas, las responsabilidades y el trabajo no se los permitían. Hasta que en plena pandemia decidieron que era momento de dar un giro en sus vidas y comenzar con el proyecto que les permitiera vivir viajando. Así, tras planificarlo- y pese a las adversidades que hicieron que se quedaran sin ahorros- dejaron sus trabajos y comenzaron a cumplir el sueño de vivir viajando junto a sus dos mascotas. Ya llevan 25 mil kilómetros recorridos y el gran objetivo es poder llegar hasta México a bordo de "Mecha".

Juan Ignacio Bertoni tiene 28 años y Ayelén Grecchi 32, junto a Pupi y Titi emprendieron viaje hace dos años arriba de "Mecha", el motor home que lograron comprar con los ahorros. Así, salieron de San Jorge, ciudad ubicada en el centro oeste de la provincia de Santa Fe, el 19 de septiembre del 2022. Y ya recorrieron juntos 20 provincias y tres países (Argentina, Chile y Brasil). 

Sus vidas son así hace más de 700 días, a bordo de una camioneta, con un espacio reducido de tal vez unos tres metros cuadrados, acompañados de sus mascotas, conociendo paisajes únicos en cada rincón del país. Sin saber tal vez en qué lugar vivirán el próximo día, pero con la felicidad de hacer lo que les gusta: vivir viajando.  “Sin dudas no somos las mismas personas que por allá en 2022 salieron de viaje, cambiamos y lo sabemos, pero siempre por el bien nuestro y de lo que nos rodean”.

Hace tres semanas se encuentran en la ciudad de Neuquén, donde hicieron un parate y aprovecharon para vender las artesanías que hacen, y que son las que les permiten sustentar el viaje. "A nosotros siempre nos gustó viajar, desde que estamos juntos lo hicimos muchas veces pero nos pasaba que cuando volvíamos y regresábamos a la rutina del trabajo nos quedábamos con ganas de seguir conociendo lugares con nuestros trabajos, no era bastante complicado por el tema del horario", contó Juani en diálogo con

Él era empleado de un frigorífico, pero también hace tareas de electricidad y ella trabajaba en una veterinaria. "Con nuestra rutina y obligaciones diarias solo podíamos hacer lo que nos gusta con poco tiempo o pocas veces al año, relativamente 10 días al año o dos semanas como mucho. Queríamos hacer más tiempo lo que nos gusta y trabajar o sustentarnos para llevar esa vida, y que sea trabajar para vivir y no vivir para trabajar, así que como esa era nuestra idea decidimos ponerla en marcha, y lo estamos haciendo hace dos años", recordó con felicidad.

Juani recordó que el paso previo a iniciar el viaje fue complicado, porque si bien hace dos años que iniciaron el viaje, el proyecto comenzó hace cuatro, en plena pandemia. "Decidimos ponernos una meta y haciendo las cosas de a poco nos decidimos en plena cuarentena por el Covid, porque nos convencimos que íbamos a hacer lo que queríamos, la pandemia marcó un antes y un después para muchas personas y darnos cuenta que no sabíamos qué podía pasar mañana y no queríamos dejar todo para cuando nos jubilemos, sino hacer lo que realmente queremos hacer en nuestra vida, que es esto: conocer lugares y culturas".

CON $30.000 EN LOS BOLSILLOS

Y recordó el momento en que la camioneta se rompió a tan solo un mes de haberla comprado: "Nosotros teníamos pensado salir con ahorros, pero cuando compramos la camioneta, se nos rompe el motor y la plata que habíamos juntado durante esos años se nos fue, así que salimos prácticamente sin ahorros. A mí me terminan despidiendo de mi trabajo y salimos con lo que teníamos así, con creo que en su momento 30 mil pesos".

“Como ya tenían la camioneta lista, no nos quedó otra que animarnos a dejar la estabilidad de tener un sueldo todos los meses, el saber que contabas con cierta plata, y salimos”. 

Así, sin pensarlo demasiado, su vida dio un giro y se tuvieron que convertir en artesanos para poder sustentar el viaje y los gastos del día a día. Hacer artesanías en piedra y macramé que van vendiendo en cada lugar al que llegan: "No tenemos ningún tipo de ingreso estable, solo vivimos con lo que ganamos en las ferias que vamos haciendo donde vamos y ese aprendizaje surgió durante el viaje. La falta de dinero nos hizo aprender algo nuevo".

El viaje comenzó por el norte del país, sin ruta marcada, dejándose llevar por el paisaje, los caminos y, por supuesto, por lo que condicione el clima. Realmente, el viaje para ellos es el día a día, sin saber cuál será realmente el próximo destino. Han tenido que soportar 15 días de lluvia o un temporal de fuertes vientos en la Patagonia: "no se puede trabajar, no puede salir y estás en tres o cuatro metros cuadrados, es como depender un poco del clima", reconoció Juani.

Y reconoció la importancia que tienen sus mascotas en este viaje, son una verdadera compañía para ellos, parte de la familia. “La verdad es que ellos están súper bien, es una compañía para nosotros; por ahí lo que se complica es la entrada a parques nacionales, pero lo demás, todo perfecto. Desde que compramos la camioneta, están siempre arriba; es más, antes de salir de viaje vivimos unos tres o cuatro en la camioneta, así que están súper acostumbrados.

A través de la cuenta de Instagram “Metele Mecha”, comparten fotos y videos de los hermosos paisajes que van conociendo. Ya llevan recorridos más de 25.000 kilómetros y el sueño es conocer México. 

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Instagram de metele_mecha

"Hay ciertas metas en el viaje, por ejemplo, una es llegar hasta Ushuaia, recorrer todas las provincias argentinas, hacer todo Latinoamérica, en un futuro Centroamérica, y el objetivo más grande es llegar a México, pero lo vamos haciendo de a poquito, porque no hay un tiempo ni tampoco una meta a corto plazo, es como se va dando", dijo.

Están en Neuquén hace tres semanas, cuando llegaron desde Mendoza ya que su hermano vive en la capital neuquina. "Este es un momento donde nos permitimos un pequeño parate por ejemplo lavar ciertas cosas o limpiar bien a fondo la camioneta, sacar todo lo del interior, como que estamos haciendo acá un tiempo aprovechando para hacer todo eso".

Y ahora están esperando que pase un poco más el clima frío para emprender viaje rumbo a El Calafate, pero igual siempre recorriendo todos los pueblitos y ciudades que hay en el camino. “Nos encanta vivir así a nosotros, sin estar pendiente tal vez del trabajo y de cuánto nos pagan, se vive con mucho menos dinero. Yo digo mucho más tranquilo, y creo que por más que estemos dos, tres, cuatro años es imposible conocer todo, pero vamos a hacer lo que más se pueda", concluyó.

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