Dejó todo para cumplir su sueño de viajar a la India, transformó su hobby y ahora fabrica muebles únicos en el mundo
Siempre tuvo en claro que su sueño era conocer el mundo, aunque parecía algo imposible nunca dejó de perseguirlo. El coraje la llevó a emprender su primer viaje a Europa sola a los 19 años, conoció más de 25 países y la visita a la India terminó por despertar toda su inspiración. De cada lugar recolectó telas, colores y experiecias, que le sirvieron para darle una original impronta a su emprendiemiento que nació casi por “casualidad”. Hoy, desde la Patagonia vende "piezas únicas" a todas partes del país.
Jorgelina Mantecón tiene un alma aventurera, libre y creativa. Desde muy chica sabía que su sueño era viajar por el mundo, aunque parecía algo imposible nunca dejó de perseguirlo. El coraje la llevó a emprender su primer viaje a Europa sola a los 19 años y tiempo después la visita a la India terminó por despertar toda su inspiración. Recorrió ya más de 30 países y de cada uno recolectó telas, lugares y colores, que le sirvieron para darle una original impronta a su emprendiemiento que nació casi por “casualidad”, doonde supo transformar su hobby y hoy fabrica muebles únicos en el mundo, donde plasma colores, flores, animales y paisajes en una combinación especial .
Jorgelina vive en Neuquèn capital, tiene 31 años, dejó su carrera de abogacia a los 19 años y desde los 23 lleva adelante "Alegra", un emprendimiento que nació casi sin buscarlo. Hoy vende muebles- piezas únicas - a distintas parte del país y en Chile. Fabrica en su taller cada uno "dese cero", son replicas de muebles antiguos hechos a mano, diseña cada modelo y fabrica ademàs cada tela para tapizar. Hoy tiene cerca de 10 personas trabajando con ellla y tiene pedidos de distntas partes del país.
"Lo empecé como un hobby, haciéndome los muebles de mi casa porque tenia 20 años y me querìa ir a vivir sola, siempre me gustó el estilo antiguo, pero siempre fue caros y entonces se me ocurrió hacerlos a mí comprar las estructuras antiguas y tapizarlos yo. Despuès los empecé a publicar en las redes, pero solo para que la gente vea lo que hice y ahí me empezaron a preguntar si los vendía o si podía restaurar los muebles y bueno así que dije que si enseguida, me entusiasmó la idea", recordó en dialogo con ADNSUR.
“Alegra fue porque mi abuela empecé a pensar en el living de mi abuela y ella fue la que primero como apostó a todo lo que el emprendimiento y la que me prestó su su patio de casa y el primer living de sillones, y ella me dijo esto alegra cualquier espacio”.
Jorgelina recuerda que ese primer taller era muy chiquito, era una oficina, de hecho los respaldos de cama que miden 2 metros de largo, los tenía que hacer en la vereda, porque adentro del salón no entraban. "Después empecé a viajar, así que estaba como un tiempo viajando unos meses despues otros acá en Neuquén donde laburaba en algún comercio y a la vez a la par hacia muebles, pero fue como más informal al principio. Y hace cuatro años atrás cuando volví de la India - donde estuvo 5 meses- se me ocurrió poner mi primer taller de muebles".
Nunca estudio tapicería ni diseño, solo se dejó guiar por su intuición, ayudada por los tutoriales de Youtube, pero sin duda su creactividad fue la clave para el crecimiento de su proyecto. “Siempre fui como muy autodidacta y siempre estoy horas y horas mirando en internet, pero fue como algo que fue naciendo, tenía la ilusión por ahí de estudiar la carrera de diseñadora de interiores, pero no la pude porque en la pandemia fue un crecimiento muy grande de Alegra y empezó mucho el trabajo y no me daban las manos, estaba todo el día trabajando. Y era un agradecída que tenía que trabajar ahí dejé la carrera”.
LOS VIAJES POR EL MUNDO Y SU CONEXIÓN CON LA INDIA
Con tan solo 19 años Jorgelina decidió emprender su primer viaje sola al exterior, conoció Europa y desde entonces ha recorrido más de 30 países en busca de experimentar distintas vivencias y conocer otras realidades. Viajar era un sueño que tenía desde chica pero sabía que sería algo muy dificil dada la situacion economica de si familia, pero nada la detuvo. Y a los 21 años decidió conocer la India, lugar con el que sintió uuna conexion especial y lo ha visitado ya en tres ocasiones. Asegura que cada uno de ellos es una renovacion y una inspriacion para sus creaciones. Recorrió además Maldivas, Filipinas, Turquía, Perú, Sudafrica, entre tantos otros.
"Viajé a la India porque había tenido una crisis como muy triste, una crisis personal unos años anteriores y era como que estaba buscando algo en esto de viajar y de conocer y ver otras realidades. La India no sabía por qué pero era un país que me encantaba. Es un destino que yo elijo porque creo que haber vivivo en otras vidas pasadas o algo porque me siento muy cómoda y me gusta mucho".
La primera vez en la India fueron cerca de cinco meses, ahí conocí todo, se manejaba en tren en la clase Sleeper que es la que la común de la gente usa, me quedaba en casas de familia, conoció sus costumbres, su cultura "eso de lo que yo me enamoré", afirma. "Yo me fui a caminar la India, no tenía un propósito. He compartido mucho con mujeres también estuve en desierto de Thar viviendo con una comunidad donode mujeres éramos las encargadas de ir a buscar el agua a 5 kilometros, pero todo eso tambièn lo disfrute".
Por lo general de sus viajes siempre traía telas que usaba para tapizar, entonces realmente comenzó a hacer piezas únicas con telas raras siempre con mucho color y después de inspiración, la India tiene colores por todos lados. "Me acuerdo de haber estado sentada en el rio Ganges tomando mates, que es el río sagrado de la India y vi una señora como lavaba su ropa y tenía puesto un sari, que es como la vestimenta típica de la India el vestido de la mujer que era violeta y con unas flores amarillos y yo la vi a ella y después llegué a Argentina hice una silla violeta con flores amarillas".
EN CRECIMIENTO
Cuando empezó la pandemia, no pudo viajar más a buscar telas ni siquiera a Buenos Aires y se le estaban terminanddo las que había traído de sus viaje, fue ahí empezó a hacer las telas en el taller, compró la primer plancha de sublimación y comenzò a fabricar las las telas.
Tiene un equipo de artesanos que son ebanistas que me arman todas las estructuras réplicas de lo antiguo. Cinco personas trabajando en el taller y tres costureras. “Yo siempre busco más, constantemente y de hecho siempre estoy como pensando en más o viendo qué puedo hacer o qué puedo inventar. Siempre estoy como es como que tengo un hambre de seguir creciendo, eso me ha permitdo crecer”.
Fue eso lo que permitió transfomrar lo que parecía su hobby en un gran emprendimiento que hoy vende sus muebles únicos a todos partes del país, inlcuoso al exterior. "Tengo una demora de tres meses en algunos pedidos. La verdad es que el emprendimiento ha crecido porque le meto todo mi esfuerzo y mucho trabajo. Pero a veces es como que me emociona pensar de cómo empecé a cómo hoy el día está el taller. Es algo que no buscaba, no es que soñaba con hacer muebles y lejos de eso se fue dando. Mis diseños me bajan, los pienso, los combino, despues los imprimó y terminan en piezas únicas, porque hay nada igual en el mercado a lo mío".
“Las cosas se van surgiendo o se van dando sin que tengas que pensar bastante, no me gusta tampoco planear nada, no me pongo mucho a pensar, pero bueno es como que lo que yo quería hacer que eran vender mis diseños se está cumpliendo”, concluyó.