CAPITL FEDERAL - La Cámara de Diputados comenzará el martes el tramo final del extenso debate por la legalización y despenalización del aborto -hubo más de 700 expositores desde el 10 de abril hasta el 31 de mayo- con una reunión de comisión conjunta de Legislación General, Legislación Penal, Familia y Mujer, y Salud en la que se emitirá un ajustado dictamen de mayoría a favor del proyecto, con las modificaciones introducidas el último jueves, que tiene como cabecera al presentado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito.

Un día después, el miércoles 13, la discusión llegará al recinto, en donde se espera una sesión maratónica de al menos 20 horas -comenzará a las 11-con resultado impredecible debido a los indecisos que aún restan definir su voto. También habrá manifestaciones a favor y en contra de la norma, por lo que se está coordinando un mega operativo de seguridad con el Ministerio que conduce Patricia Bullrich y la ciudad de Buenos Aires.

Los diputados de más experiencia coinciden en que es imposible adelantar la votación. El "poroteo" es el más ajustado de los últimos años y, como nunca, los indecisos serán los que definan. Por eso las presiones y las negociaciones no cesarán hasta el mismo miércoles. Y muchos legisladores no quieren dar a conocer su voto para evitar ser abordados.

Cambiemos es el interbloque que más internas tiene. Quedó demostrado con la foto de pañuelos verdes y la contra-foto organizada por Gabriela Michetti, con pañuelos celestes y el lema "Salvemos las dos vidas". Aunque sus actores lo minimicen: "No hay conflicto interno. El Presidente pidió que haya un debate, que todos se expresaran y eso incluye a los funcionarios". Pero también hay llamados desde sectores eclesiásticos. Por ejemplo, la UCA se contactó con varios diputados del interior para que "escuchen su postura".

Sin embargo, hubo quienes, por lo bajo, mostraron su bronca: "Fue innecesaria la contra-foto. Podrían haber hecho cualquier otro tipo de acto, pero generaron una rivalidad. Esto no es Boca-River. Además, lo nuestro era más lógico porque en el Gobierno las principales voces ya habían dejado clara su postura en contra", describió un importante diputado. Se refería a Mauricio Macri, María Eugenia Vidal (desde Roma, en donde se reunió con el Papa, mandó un mensaje a su gabinete para que asistiera a la foto), Marcos Peña y Horacio Rodríguez Larreta.

En el oficialismo saben que los indecisos no son más de 10. Lo que más preocupa es que son todos "votos volubles". Pero también tienen sus conteos. Por ejemplo, el último del grupo en contra dio que tenían 130 votos seguros, proyectando a los indecisos. Los que están a favor no aseguran su victoria, pero tampoco la dan perdida. Hoy se ven dos votos abajo. Pero hay una variable que será determinante: los ausentes y las abstenciones.

En el congreso peronista en Ferro del viernes se habló del "efecto Solá", por Felipe. Son aquellos diputados que, a partir del cambio del ex gobernador bonaerense -votará a favor- podrían acompañarlo. Sucede que muchos consideran que se trata de una cuestión de salud pública, más allá de su postura: "No estoy a favor, pero existe y la diferencia es si tenés plata o no te lo hacen bien o corrés riesgo", explicó una legisladora cercana a esta idea y que votará favorablemente. Es una de las que más llamados recibe, porque saben que no es militante. Pero ya adelantó que no cambiará de parecer.

Lo mismo sucede con Mario Negri, presidente del interbloque Cambiemos, quien en el brindis por el Día del Periodista dijo una frase que para muchos fue entendida como un guiño a favor de la norma: "La criminalización del aborto ha fracasado", opinó. Esto podría terminar de empujar a quienes no decidieron su voto, o hasta a cambiar voluntades.

Sin embargo, el radical aún figura en la lista de indecisos, aunque con una aclaración importante: no votará en contra. En su entorno no descartan que pueda abstenerse.

En lo que sí están todos de acuerdo es en que fue un logro importante la manera en que se viene desarrollando todo el debate. Daniel Lipovetzky (PRO, a favor), quien presidió toda la discusión en las comisiones con los expositores, expresó a Infobae su conformismo: "Estamos muy contentos. Ahora esperemos que haya un debate responsable y la gente se manifieste pacíficamente, sin agresión. Y que los diputados decidan su voto en base a lo escuchado y no se dejen llevar por las presiones".

Del mismo modo se refirió Gabriela Burgos (UCR, en contra), quien destacó la cantidad de oradores: "Hicimos un gran esfuerzo. Fueron muchas horas de trabajo y logramos invitar a más expositores de los que pensábamos. Y en lo personal he aprendido mucho con algunos de ellos".

El propio Mauricio Macri felicitó tanto a Lipovetzky como a Carmen Polledo (PRO, en contra) en la reunión que mantuvieron esta semana. También les pidió que esta organización se mantuviera para el último tramo y ratificó que lo importante es que se haya abierto el debate, más allá del resultado.

CAMBIOS Y POSTURAS

Una manera para convencer a los indecisos fue introducirle cambios al proyecto original, que no conformaba del todo. Este texto, de 22 artículos, obtendrá dictamen de mayoría el martes en la comisión. Los fervientes opositores no cambiarán su postura y hasta son críticos de las modificaciones: "Son maquillajes de un texto que se armó mal".

La posibilidad de abortar sigue siendo hasta la semana 14, a excepción de que el embarazo haya sido producto de una violación, estuviera en riesgo la vida o salud de la mujer o si hubieran "malformaciones fetales graves incompatibles con la vida extrauterina". Para el caso de la violación, la mujer que aborte deberá tener una declaración jurada y presentarla ante el médico que intervendrá.

Sobre esto, quienes se manifiestan "a favor de las dos vidas" cuestionan cómo se realizaría la intervención en un embarazo, por ejemplo, de 20 semanas. Denuncian que en la norma no está estipulado y que esto genera una "categoría de persona" ya que si un hombre y una mujer no quieren proseguir con el embarazo, se habla de "feto o embrión". En cambio, si es planeado o si deciden tenerlo, se refieren a su "hijo".

El otro ajuste importante es la inclusión de la objeción de conciencia. Si la ley fuera sancionada, los médicos podrán negarse a realizar abortos, siempre y cuando se inscriban en un registro. Sin embargo, los hospitales o centros de salud tendrán que contar con profesionales dispuestos a cumplir la ley. Es decir, la objeción de conciencia sería individual y no institucional.

Una modificación que ayudó a acercar posiciones fue la del artículo que habilitaba a las adolescentes de entre 13 y 16 años a practicarse un aborto sin la autorización de sus padres. Aquí se decidió remitir a lo dispuesto en el Código Civil y Comercial. Esa norma, aprobada en 2014, indica que estos jóvenes "tienen aptitud para decidir por sí respecto de aquellos tratamientos que no resultan invasivos ni comprometen su estado de salud o provocan un riesgo grave en su vida o integridad física".

Ahora, se agrega que si se trata de tratamientos invasivos, "el adolescente debe prestar su consentimiento con la asistencia de sus progenitores", y que en caso de conflicto entre ambos "se resuelve teniendo en cuenta su interés superior, sobre la base de la opinión médica".

Hubo otro cambio ejecutado para sumar adhesiones. La nueva norma pone a disposición de las mujeres que aborten consejerías interdisciplinarias pre y post intervención. Sin embargo, no afectaría el plazo máximo de 5 días estipulado en el proyecto para la realización del aborto desde el momento en que la mujer asiste al centro de salud.

Si bien muchos de estos agregados fueron vistos como un paso adelante, quienes rechazan el texto aún mantienen serios interrogantes. Dos fundamentales son el gasto que significaría aplicar esta ley y el rol que tendrán las obras sociales.

Para lo primero, la principal objeción es que el debate no pasó por la comisión de Presupuesto. En público, los diputados no suelen esgrimir este argumento para no ser acusados de minimizar la discusión a un simple tema monetario. Pero es una realidad que no está delimitado con qué fondos se cubriría la ayuda del Estado. Un dato que sustenta este argumento es que hoy solamente están cubiertas por el sistema de salud el 40% de las maternidades. "No podemos asistir a quienes son madres, ¿cómo hacemos para cubrir intervenciones como el aborto?", se preguntó una de las legisladoras que está en contra de la interrupción del embarazo.

Con respecto a las obras sociales, la lógica a la que apuntan los anti-aborto es que irremediablemente aumentarán o que deberán cambiar los planes de cobertura. También arriesgan hipótesis sobre qué sucedería si una clínica u hospital no está en condiciones de realizarlo. ¿Las mujeres deben ser derivadas a un hospital público? ¿Todos los hospitales van a tener el equipamiento adecuado?

Lo cierto es que, más allá de los pronósticos, el miércoles, en el recinto, los diputados tendrán la última palabra. Ahí se conocerá el resultado. Será una votación que mantendrá en vilo a gran parte de la sociedad.

Quienes están en contra quieren asegurarse de que sea rechazado de plano en la Cámara baja porque, de conseguirse la media sanción, sienten que el Senado no podrá esquivar la presión de no darle la aprobación definitiva. A pesar de que muchas provincias son anti-aborto, la confirmación de Miguel Ángel Pichetto de que votará a favor y el rumor cada vez más fuerte de que Cristina Kirchner también acompañaría, ponen en jaque el poder de los gobernadores para influir para que el texto sea rechazado.

Fuente: Infobae

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