Dique Ameghino: crónica de una obra maestra, mientras la Autovía Puerto Madryn-Trelew enfrenta interminables demoras
El Dique Florentino Ameghino se realizó entre 1950 y 1963. A lo largo del tiempo, se tejieron las vivencias más hermosas pero también se sufrieron tragedias. El ejemplo de esta colosal obra que se realizó en menos de 15 años, contrasta con la incomprensible demora de una ruta clave para Chubut que lleva más de 18 años sin terminar.
En este día especial en el que se recuerda la llegada de los colonos galeses al Valle Inferior del Río Chubut en 1865, el río ha sido una fuente de preocupación constante debido a su irregularidad.
Sin embargo, fue en 1944, durante la Gobernación Militar de Comodoro Rivadavia, cuando se anunció la construcción de un dique para regular su caudal.
El proyecto, diseñado por el ingeniero Antonio Pronsato, buscaba resolver los problemas estructurales de la región del VIRCh. En 1947, con la llegada de Juan Domingo Perón a la presidencia y el inicio del Primer Plan Quinquenal, se decidió concretar la construcción del dique.
Las obras comenzaron el 15 de marzo de 1950, bajo la dirección del gobernador Eduardo Picerno, quien también impulsó la creación de una villa para albergar a los trabajadores. Inicialmente llamada Eva Perón, la villa adoptó posteriormente el nombre de Villa Dique Florentino Ameghino.
¿CUÁNTOS MATERIALES SE NECESITARON PARA ESTA OBRA COLOSAL?
La construcción del dique implicó una serie de obras complementarias. Se abrió la ruta provincial 31 para asegurar el transporte de cemento desde Comodoro Rivadavia y se construyó una derivación del ferrocarril Central del Chubut desde la estación Las Chapas.
El dique fue inaugurado el 19 de abril de 1963, y comenzó a generar energía el 4 de noviembre de 1968.
La magnitud del proyecto se refleja en los materiales utilizados: 160.000 toneladas de cemento, 350.000 m³ de ripio y arena y 450.000 m³ de piedra partida, entre otros.
“EN EL DIQUE SE VIVÍA MUY BIEN, ÉRAMOS TODOS HERMANOS”
A partir de su propio proceso de construcción, el dique Ameghino experimentó un crecimiento poblacional a partir de las familias de los trabajadores que desarrollaban sus tareas.
La amplitud de los espacios y la vida en la escuela N° 9 fueron testigos del crecimiento de generaciones de chicos que cultivaron recuerdos imborrables llenos de afecto y cariño.
Alicia y Jorge eran los hijos de Isabelino Román quien cumplía funciones en la comisaría local. En diálogo con ADNSUR, ambos evocaron sus experiencias de la infancia que estuvieron atravesadas por la fascinación de una obra colosal que crecía a la par de ellos.
“Por un lado, el dique estaba dividido por el puente peatonal con la escuela y la ciudad y, del otro lado del río, las edificaciones. Cuando recién se comenzó, se construyeron las casas de los ingenieros que eran casas como las que se ven en EEUU”, ilustró Alicia.
“La gente quería vivir ahí. Se vivía muy bien y todos los vecinos éramos como hermanos. Había una vida social muy activa”, subrayó.
UN PUEBLO DE AVANZADA PARA SU ÉPOCA
“Había una cancha donde se hacían los picnic, quintas de cerezas, gamelas, las viviendas para los trabajadores (que se llamaban colmenas). El pueblo crecía de una manera impresionante”, destacó.
“Fue un trabajo que se hizo de manera brillante y extraordinaria", enfatizaron Alicia y Jorge Román.
“Además, había farmacias, un supermercado ‘La Anónima’ y hasta el cine Coliseo. La escuela N° 9 estaba construida con material de la mejor calidad y tenía 1.000 chicos a la mañana y la misma cantidad a la tarde”, detallaron.
“En la parte superior, podían aterrizar los aviones y los helicópteros, había trenes, teléfonos. En el campamento del sector superior, había usina propia, agua, hospital, una gamela grande, había un club. Todas las casas tenían cloacas y agua corriente", enumeraron.
"Había una forestación muy hermosa, todo se cuidaba con especial cariño”, exclamaron.
“Hacia mediados de la década de 1960 y con el fin de las obras, los trabajadores e ingenieros ya se empezaron a retirar de la Villa Dique Ameghino y el panorama empezó a hacer otro muy distinto. Pero nosotros veníamos a visitar a nuestros familiares en Rawson, Trelew o Puerto Madryn y vivíamos mucho mejor en el Dique”, distinguieron.
“Ante una obra tan grande, hubo heridos y trabajadores que fallecieron en el Dique en distintos tipos de accidentes porque eran tareas de extremo riesgo por las alturas y la manipulación de explosivos pero habría que comparar con las personas y las familias completas que perdieron la vida en la Autovía Puerto Madryn – Trelew. No debe haber mucha diferencia”, señalaron.
“Ahora, vemos que hay problemas con las casas y las obras públicas al poco tiempo que se construyen”, completaron Alicia y Jorge Román.
También el dique Ameghino generó la atracción del cine porque fue uno de los escenarios de la película “Caballos Salvajes” que se rodó en la zona en 1995 con la actuación estelar de Héctor Alterio, Leonardo Sbaraglia y Cecilia Dopazo entre otros.
En la actualidad, las familias y los amigos recorren el dique para compartir un asado y -en tiempos de altas temperaturas- disfrutar la sombra del río, practicar natación o desarrollar la Pesca en los sectores habilitados para tal fin.
LA OTRA CARA DE LA MONEDA: TRAGEDIAS DOLOROSAS
En función de la extrema complejidad de la construcción y las medidas de seguridad insuficientes de la época, se registraron fallecimientos de los empleados que trabajaron en la obra por distintos tipos de accidentes.
Otra faceta poco conocida tiene que ver con los problemas psicológicos de los obreros que llegaron de distintos lugares del país, países vecinos y permanecieron en el lugar durante mucho tiempo alejado de sus lugares de origen y sus familiares en un desarraigo que tuvo consecuencias.
Más cerca en el tiempo, hay que recordar el accidente terrible que vivió un grupo de alumnos y docentes de una escuela de Merlo (Conurbano bonaerense) en el puente peatonal que se desmoronó y provocó una tragedia devastadora.
En los últimos años, se instalaron tradiciones para compartir la "Fiesta de la Energía" o las Fiestas de Fin de Año con la comunidad de la zona.
Se vivieron situaciones de violencia con agresiones entre distintos grupos, hubo personas que se extraviaron y no se localizaron hasta el momento.
HACE 30 AÑOS, SE CONCESIONÓ EL DIQUE A UNA EMPRESA
En 1994, el gobierno peronista concesionó la generación de energía del dique a la empresa Hidroeléctrica Ameghino Sociedad Anónima (HASA) por un plazo de 50 años.
El Estado Nacional retuvo el control de la seguridad y operación del dique a través del Organismo Regulador de Seguridad de Presas (ORSEP).
Este organismo se encarga de asegurar el cumplimiento de los estándares internacionales de seguridad, implementar sistemas de medición y alerta hídrico, y formular planes de emergencia y evacuación.
La región vivió su peor sequía en 2021, con la cota del dique descendiendo peligrosamente debido a la escasez de nevadas en la Cordillera.
La cota, que debería encontrarse en 160 metros, descendió a 144 metros en julio de 2021, y en 2022 alcanzó un mínimo histórico de 136 metros.
Sin embargo, en abril de 2023, gracias a un invierno con abundantes nevadas y lluvias, la cota se recuperó a 154 metros.
HACE MÁS DE 60 AÑOS, UNA OBRA IMPONENTE SE CUMPLIÓ EN VARIOS AÑOS MENOS QUE LA AUTOVÍA PUERTO MADRYN - TRELEW
El Dique Florentino Ameghino no solo es una pieza clave en la generación de energía renovable en la Patagonia, sino que también embalsa agua para riego y consumo, siendo fundamental para la región.
Los desafíos recientes subrayan la necesidad de una gestión hídrica sostenible y la importancia de continuar modernizando las infraestructuras para enfrentar futuros desafíos climáticos.
La historia del Dique Florentino Ameghino es un testimonio del ingenio y la perseverancia humana para dominar y aprovechar los recursos naturales y un recordatorio de la constante adaptación necesaria ante los cambios ambientales.
A su vez, la Autovía Puerto Madryn - Trelew constituye una de las obras que más puede favorecer el desarrollo del Valle Inferior del Río Chubut con el ímpetu pujante que Puerto Madryn cimentó en las últimas décadas.
Hay una gran oportunidad pero también la realidad nos sacude con una obra inconclusa a lo largo de ‘interminables’ 18 años en un entramado explosivo donde se conjugan inversiones millonarias, promesas incumplidas, reclamos de los trabajadores de las obras y tragedias viales que enlutaron a familias para siempre.
Resulta imperioso agilizar las obras para que la calzada tenga más estabilidad y - durante este riguroso período invernal- e intensificar las maniobras de señalización y la iluminación en los tramos de cambios de la Autovía a la ruta doble mano.
La Patagonia crece a pasos agigantados, cada vez más familias deciden instalarse en nuestras ciudades, el turismo se expande de manera exponencial y estamos a las puertas de un futuro promisorio en varios planos pero la infraestructura tiene que estar acorde a los desafíos que tenemos por delante para los próximos años.