El sándwich crudo de "Los Altares" que obliga a parar en la Ruta 25
Vas a poder disfrutar de un paisaje imponente que se convierte en el acompañante perfecto, permitiendo que cada mordisco de este sándwich riquísimo sea una experiencia completa para los sentidos.
Chubut cuenta con escenarios impresionantes para los viajeros que recorren sus rutas cada año. Una de ellas, es la Ruta 25, que que cruza a la provincia por su centro, uniendo el mar y la cordillera.
En gran parte de su traza, desde Rawson al empalme con la Ruta 12, corre paralela al Río Chubut. Es en este segmento donde se ubica Los Altares, justo en el centro de la provincia. Pasando el cruce con la 12, el camino continúa hacia el oeste hasta empalmar con la Ruta 40, en Tecka.
Si la 40 tiene una mística difícil de ignorar, la Ruta 25 no se queda atrás. Durante miles de años el viento y los elementos tallaron las formaciones rocosas que se elevan en la meseta chubutense como verdaderos altares de la naturaleza, lo que da nombre a esa localidad.
Los Altares está a 298 km al oeste de Rawson y a 315 km de Esquel, sobre el margen sur del Río Chubut.
Si bien para muchos es la "estación de paso" en su camino hacia el mar o la cordillera, su paisaje imponente la convierte en un destino que merece ser visitado y disfrutado.
LOS MEJORES SANDWICH SOBRE LA RUTA 25
Un plus con el que cuenta la Ruta 25 es un extraordinario sándwich que se sirve en la estación de servicio de Los Altares y que lo convierte en una parada obligada para los viajantes.
¿Qué lo hace extraordinario? Tiene un elemento que la hace única y que nadie debería pasar por alto: los mejores sándwiches de pan casero, de jamón crudo con manteca y queso. Imperdibles.
Esta delicia nació -como muchas otras excelentes creaciones- de la necesidad y la hospitalidad. Como este punto de la provincia siempre fue parada obligada de automovilistas y camioneros, lugar de descanso y de reabastecimiento, los propietarios de la estación de servicio, comenzaron a ofrecerle a los viajeros un sándwich hecho con pan casero, jamón crudo y queso.
Se podría discutir eternamente si la clave de su sabor es la calidad de los fiambres, la combinación justa entre mayonesa y manteca o el sabor y esponjosidad de esa miga de pan. Lo cierto es que comenzó a ganar popularidad y ya no alcanzaban a cubrir la demanda de sándwiches, por lo que debieron incorporar una empleada que se dedique exclusivamente a elaborarlos.
Hoy, cuatro décadas más tarde, diariamente amasan a mano los 50 panes de molde -con la misma receta y cuidado que aquellos primeros sándwiches- para que cientos de viajeros puedan saborear una exquisitez que hace tiempo es un sello del lugar y la provincia.