En un mundo donde a veces parece que los valores éticos se han vuelto cada vez más escasos, la historia de Verónica Hernández, una empleada del Banco Galicia en Comodoro Rivadavia, llega como un bálsamo reconfortante.

El pasado miércoles, mientras Verónica limpiaba el piso del banco, se encontró con una bolsa transparente llena de dólares. En lugar de guardárselos o intentar aprovecharse de la situación, la mujer actuó con una honestidad y un compromiso que ratificó su enorme personalidad.

Verónica pasó frente a las cámaras de seguridad, le informó al gerente y le entregó personalmente el dinero. Minutos después, el dueño del dinero, un médico pediatra local, llegó al banco y, al ver a Verónica, la abrazó conmovido por su gesto.

"Ella es una mujer resiliente que escapó de la violencia y hoy vive en el Stella Maris junto a dos de sus cuatro hijos, mientras cuenta las horas para ver a su nieta recién nacida", relató la periodista Liliana Romero, quien dio a conocer esta inspiradora historia a través de sus redes sociales.

Esta sencilla pero poderosa escena refleja el impacto que pueden tener los actos de integridad. Verónica, una mujer que enfrentó duros momentos en su vida, demuestró con su acción que los valores éticos y el compromiso con los demás pueden ser más fuertes que cualquier adversidad.

Los vecinos de Comodoro Rivadavia destacaron la integridad y la solidaridad de la trabajadora como un ejemplo a seguir en una sociedad que a veces parece olvidar la importancia de estos principios. 

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