Estos últimos días, se destapó una trama de ventas ilegales de terrenos en una zona próxima al río Negro, donde no está autorizada la construcción de viviendas. Este escándalo sacudió a la comunidad de Fernández Oro, exponiendo las operaciones de un consorcio encabezado por una empresaria de Neuquén.
La agrupación Amigos del Río fue la responsable de sacar a la luz esta irregularidad. Según informaron, el consorcio está compuesto por un estudio de abogados de Neuquén, una inmobiliaria de Allen y el propietario de una chacra local que fue loteada. Este último habría facilitado la expansión hacia otras tierras rurales, adyacentes a la Reserva Natural Puerto Viejo.
El proyecto inmobiliario carece de la prefactibilidad necesaria para acceder a servicios básicos como energía, agua y gas, requisitos esenciales para cualquier desarrollo habitacional. Las autoridades municipales de Fernández Oro confirmaron estar al tanto de estas operaciones y aseguraron que llevan meses investigando el asunto.
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El intendente Gustavo Amati y el asesor legal del municipio, Martín Rebaliatti, mantuvieron una reunión para decidir los pasos a seguir. Aunque hasta el mediodía del martes no se habían divulgado los resultados del encuentro, se espera una acción contundente para frenar estas ventas ilegales y regularizar la situación.
La maniobra ilegal habría comenzado hace tres años, cuando un chacarero local, que heredó la propiedad, decidió dividirla en 60 lotes y venderlos. En estos terrenos ya se han construido varias viviendas, todas ellas sin acceso a servicios básicos y conectadas a través de un solo medidor de energía.
El caso está envuelto en un misterio considerable. Además de la inmobiliaria de Allen y el propietario de la primera chacra, se mencionan varios apellidos y un nombre que resuena insistentemente: Yasmín. La identidad y el rol exacto de esta persona en el consorcio todavía no han sido esclarecidos.