Los fieles llegaron a la ermita de San Cayetano en Comodoro para agradecer y pedir trabajo
Desde distintos barrios llegaron desde las primeras horas de este miércoles 7 de agosto hasta la ermita, ubicada en el barrio que lleva su nombre. Por la tarde se realizó la procesión.
Cada 7 de agosto, los fieles de San Cayetano, reconocido por sus milagros relacionados al trabajo, se reúnen en sus ermitas para agradecer y pedir.
El santo patrono del pan y el trabajo, cuyo nombre completo era Cayetano de Thiene, nació el 1 de octubre de 1480 en Vicenza, Italia y se ordenó como sacerdote en 1516, a los 36 años de edad.
En Comodoro Rivadavia, su ermita ubicada en el barrio con el mismo nombre, recibió a sus fieles desde muy temprano. Su altar fue adornado aún horas más tempranas por personas que se acercan cada año.
En diálogo con ADNSUR, un fiel contó que hace 32 años se acerca para colaborar con la decoración y limpieza en el lugar. "Cada vez viene más, hay más fe y uno se siente bien”, indicó tras informar que la procesión será a las 14 horas desde el Liceo Militar hasta el templo.
Otra mujer que llegó destacó “Yo vengo los 7 de cada mes. Siempre pido por mis hijos para que tengan trabajo y para que estén bien”, contó en el lugar.
Por su parte, Lali García, colaboradora, contó a ADNSUR que se puso a sacar todo el agua en la ermita tra las intensas lluvias y que si bien - habitualmente - se empieza a juntar la gente desde la madrugada, esta vez fue más tarde que empezaron a llegar los fieles.
“San Cayetano era un señor común y corriente como cualquier ciudadano. Con una posición social muy distinguida, tenía muchísimo dinero su familia, y él estudió dos carreras , pro con el tiempo las dejó de lado para ayudar y servir a la gente”.
“¿Qué lo hacía distinto?, la bondad, la compasión por el otro hasta olvidarse de sí mismo, porque murió muy enfermo pero dedicó toda su vida a ayudar a la gente. Todo el dinero que tuvo lo repartió con la gente que lo necesitaba”, valoró García sobre el patrono que se recuerda este 7 de agosto.
San Cayetano murió en Nápoles el 7 de agosto de 1547, por eso se eligió este último día para recordarlo, agradecerle y pedirle por trabajo.