Mascotas presidenciales: Isabel II y su fanatismo por los perros corgi

La reina Isabel II tuvo su primer perro a los 18 años, actualmente en el palacio de Buckingham convive con dos de ellos llamados Fergus y Muick. Además, tiene pasión por los caballos, trasladada por sus padres y su hermana, la princesa Margarita.

En sus 96 años tuvo una cantidad incontable de mascotas, pero los corgis fueron definitivamente su gran acompañamiento a lo largo de su vida. Es un tipo de perro pequeño, nativo de Gran Bretaña que antiguamente se utilizaba para pastorear y evolucionó convirtiéndose en la raza preferida por la Familia Real Británica ya que se los conoce como excelentes guardianes y de una fidelidad excepcional.

Esta raza también era la favorita de su padre, Jorge VI. El primer perro de Isabel II se llamaba Susan y lo tuvo a los 18 años, como regalo de sus padres. Si contamos hacia atrás, podemos afirmar que tuvo más de 30 perros a lo largo de su vida.

Los corgis se volvieron una insignia en los Windsor – apellido al que responde la Familia Real británica – aumentando así su popularidad en las últimas décadas.

La reina, que ya lleva 70 años en su rol, compartió innumerables fotografías con sus canes, los llevó a eventos e inclusive uno de ellos, llamado Monty, participó en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Londres del año 2012.

Así como la reina disfruta de estar rodeada de sus perros, sufre la pérdida de ellos, tomando hace unos años la drástica decisión de no llevar más animales al palacio. Pero esto duró poco ya que el año pasado, 2021 llegaron dos perros: Muick un corgi y Fergus, que es un dorgi, cruza entre dachshund y corgi.

Todos los nombres de sus perros eran de lugares o personas representativos para ella. Fergus lleva el nombre de su tío que luchó en la Primera Guerra Mundial, falleciendo en el transcurso de la misma, con tan solo 26 años. Mientras que Muick es el nombre de uno de sus lagos preferidos en el castillo de Balmoral, pero antes de llamarse así, lo apodaban Charlie. Ella hace picnics y excursiones por el lugar junto a sus perros. Ambos son los más cercanos compañeros de la reina Isabel II.

Los perros la acompañan en sus distintas salidas y viajes y en una de sus biografías expresó que “a lo largo de los años fueron más cercanos a ella que algunas personas. Son absolutamente leales, nunca la decepcionan”.

El fanatismo de la reina Isabel II por los perros fue demostrado en las fotos publicadas durante diversos momentos de su vida y aún hoy sigue intacto. Al aislarse por la pandemia de COVID-19 en el castillo de Windsor lo hizo con sus mascotas, quienes fueron un pilar fundamental para sobrellevar el fallecimiento de su marido Felipe de Edimburgo.

VIDA DE REYES

Existen diversos mitos alrededor de los perros de la Familia Real británica. La fallecida Lady Di contó que los perros seguían a la reina a todas partes, acompañándola a sus habitaciones para que ella los alimente con tenedor y cuchara. Además, reveló que dormían en una habitación sólo para mascotas dentro del Palacio de Buckingham, vigilados por cuidadores especializados.

Algunos de sus perros, como la adorada Susan, acompañaron también a Isabel II y el príncipe Felipe, durante su luna de miel por Escocia en el año 1947. La lápida de Susan lleva una inscripción que dice “La fiel compañera de la reina durante 15 años”.

No sólo tienen esos privilegios, además, cuentan con psicólogos, zapatos para protegerlos de las piedras y collares de oro Cartier, porque nunca es suficiente para un perro de la Familia Real.

Podemos decir que la dinastía no está compuesta sólo por los miembros humanos de la familia real, sino también por los perros que la componen, que llevan una vida acorde al rol de una Familia Real.