Multitudinaria marcha en Cipolletti a 27 años del triple feminicidio que sigue impune
Decenas de personas se congregaron en las calles céntricas para pedir justicia por los asesinatos de las hermanas Paula y María Emilia González, y Verónica Villar
Este sábado se llevó a cabo una nueva movilización en Cipolletti, tras cumplirse 27 años del triple crimen que conmovió a la localidad.
La marcha se realizó por las calles del centro de la ciudad, mientras que se registraron algunos incidentes frente a la comisaría cuarta.
Colectivos feministras se congregaron en las calles céntricas, donde efectuaron un reclamo por el triple femicidio de las hermanas Paula y Maria Emilia Gonzalez, y Verónica Villar, ocurrido en 1997.
Durante la manifestación se desarrolló una quema de muñecos, que representaban a Milei, Weretilneck, Bulrrich, Victoria Villarruel y Videla.
La quema de muñecos se realizó en la intersección de las calles Roca y España de la localidad. Algunos manifestantes intentaron vulnerar las vallas de la comisaría cuarta, y otros lanzaron fuego hacia la dependencia policial.
Se desarrolló un importante operativo de seguridad, y el pedido de justicia terminó sin inconvenientes llegada la noche, cuando se montó un escenario en la Plaza San Martín, y se desarrolló la radio abierta como pedido de justicia.
Desde las políticas públicas, en el escrito rechazaron las medidas tomadas a nivel nacional contra el Ministerio de la Mujer, la Subsecretaría de Protección contra la violencia de género en el ámbito provincial, y el programa “Ruca Quimei” en lo local, conducido actualmente por Rodrigo Buteler.
La actividad estuvo organizada por la Multisectorial de Mujeres y fue encabezada por Ofelia Villar y otros dos de sus hijos, familiares de Verónica. Contó además con la presencia de Agustina Bonetti, hija de María Emilia González, que al momento de lo sucedido tenía apenas dos años.
El contexto del feminicidio y su repercusión
En 1997, el Código Penal argentino aún no contemplaba el término "femicidio", por lo que el caso fue tratado como un “triple crimen”, adquiriendo notoriedad nacional. El único detenido fue Claudio Kielmasz, quien pasó de ser un "testigo protegido" al principal acusado. En 2001, fue condenado a prisión perpetua por el secuestro y asesinato de las jóvenes.
Las víctimas tenían edades entre los 17 y 24 años: Verónica, de 22 años y estudiante de Agronomía; Paula, de 17 años y en el último año de secundaria; y María Emilia, de 24 años, que cursaba el profesorado en Enseñanza Inicial y tenía una hija de dos años, Agustina, que hoy se acerca a cumplir 29 años.
A pesar de la condena perpetua, Kielmasz ha presentado numerosos recursos para obtener salidas temporales. Además, en el juicio de 2001, otro implicado, Guillermo González Pino, recibió una pena de 18 años de prisión, aunque su condena fue revocada y se ordenó su liberación por el Tribunal Superior de Justicia. En 2022, González Pino, que cumplió otra condena por estafas, fue expulsado del país bajo la figura del “extrañamiento”.
Con información de Diario Río Negro y La Mañana Neuquén