Por qué se rompe el acueducto: las obras pendientes desde hace 23 años y la falta de gestión política para encarar las soluciones de fondo a la falta de agua
El recambio del tramo crítico costaría hoy más de 30.000 millones de pesos. En el 2023 hubo fondos asignados en el presupuesto nacional, pero no se avanzó en el proyecto ni en la licitación.
El acueducto que abastece de agua potable a Comodoro Rivadavia, Rada Tilly, Sarmiento y Caleta Olivia una obra de ingeniería que tiene 23 años de antigüedad, aunque ese único dato no explica, por sí solo, el grave estado de deterioro que presenta, debido al inadecuado mantenimiento durante los primeros años de su habilitación, cuando no se hicieron los necesarios trabajos de protección catódica para evitar la corrosión de la cañería.
El sistema acueducto Jorge Federico Carstens, conocido popularmente como acueducto Lago Musters, tiene su origen en el lago homónimo, de donde toma el agua que una vez tratada es bombeada a través de dos cañerías paralelas de 140 kilómetros cada una, hasta llegar a los centros de consumo.
Cuando en 1999 se habilitaba la nueva obra, era presentada como la solución de fondo al histórico problema de la ciudad, ya que la cañería construida anteriormente, en 1966, también con la misma promesa, había probado su ineficiencia para resolver el problema.
SE NECESITA CAMBIAR UN TRAMO CRÍTIC DE 41 KM: HABÍA FONDOS EN EL PRESUPUESTO DE ESTE AÑO, PERO NO SE USARON
La paradoja con el sistema, compuesto por dos cañerías, es que la habilitada en 1999 se encuentra hoy en peores condiciones que la de 1966, aunque ambas presentan elevados grados de deterioro y obsolescencia de algunos componentes, que hacen necesaria una obra integral. En lo inmediato, serán necesarias obras paliativas de gran magnitud.
El problema de las cañerías del ducto ’99 es que son de hormigón pretensado, lo que significa que tienen una armadura metálica de acero en su estructura, que está expuesta a la corrosión por el contacto con el suelo y el agua. Para evitar este problema, las cañerías deberían contar con un sistema de protección catódica, que consiste en colocar ánodos de sacrificio de magnesio, que se oxidan en lugar del acero, prolongando la vida útil de las tuberías.
Sin embargo, como esos trabajos no se hicieron con la periodicidad necesaria en los primeros años desde su puesta en funciones, hoy la cañería se encuentra en un grave estado de precariedad, lo que se evidenció en la sucesión de roturas de los últimos días. Y cuando esas protecciones se agregaron en los últimos años, ya no alcanzan para revertir el daño acumulado.
El tramo más crítico es el de Cerro Negro y Valle Hermoso, un trayecto de 41 kilómetros, para el que incluso se habían previsto fondos en el presupuesto nacional 2023, para el recambio de esa cañería. El monto asignado era de 1.300 millones de pesos, sobre un total estimado, a valores de fines de 2022, en 13.000 millones de pesos. Sin embargo, no hubo gestiones desde el ámbito provincial ni local para activar el proceso licitatorio.
El ‘acueducto 66’, por su parte, fue construido con hormigón de mejor calidad y está recubierto por una pintura asfáltica que protege mejor la armadura del caño, según señalaron fuentes cercanas a la operación. No obstante, también tiene inconvenientes importantes, ya que buena parte de los motores de impulsión de agua a través de esa cañería han cumplido largamente su vida útil, sin olvidar que cuando era la única cañería existente se rompía prácticamente todas las semanas, debido a que estaba sometido a condiciones de mayor exigencia.
LA REPOTENCIACIÓN ESTÁ PARALIZADA, PERO TAMPOCO SERÁ LA SOLUCIÓN
Dentro de la historia reciente del sistema acueducto se cuenta la obra de “repotenciación”, iniciada en el año 2013 con el objetivo de sumar más caudal. Con ese proyecto, a los 4,8 millones de litros por hora que transporte el sistema hoy, se sumarían otros 2,2 millones de litros por hora, para completar un mayor caudal que respondería al crecimiento de la demanda verificado al momento de realizar aquel proyecto, 10 años atrás.
Sin embargo, la obra no sólo no está terminada, sino que ha quedado recientemente paralizada por problemas de actualización de precios de los materiales necesarios, debido al impacto de la inflación.
La segunda paradoja en el drama que atraviesan las 4 ciudades afectadas por falta de agua es que esta obra, por sí sola, tampoco alcanzaría para resolver el problema. Tal como informo ADNSUR a partir del diálogo con especialistas, el deterioro actual de la cañería no soportaría el mayor caudal de agua que prevé la obra, por lo que en lugar de una solución, podría multiplicar la cantidad de roturas.
Por eso es necesario el urgente recambio de la cañería del tramo crítico (y a futuro, de todo el ducto 99), además de la construcción de nuevas reservas, ya que las que existen actualmente resultan insuficientes para cubrir la demanda de la ciudad.
Solamente actualizado por inflación, los 13.000 millones de pesos de noviembre del año pasado equivalen hoy a 32.000 millones de pesos, sin contar las obras de ampliación de reservas para albergar el mayor volumen de agua.