Titín vive en la zona de chacras de Km 17. Es un terreno grande. Sobre un lateral se ve la pequeña casa de adobe y al lado un invernadero. La puerta está abierta y mientras me acerco lo escucho hablar con su hijo Enzo.

Nos saludamos, Enzo sale y yo entro.

Hay una pequeña mesa contra la pared y ahí nos instalamos. El mate ya está en proceso, nos sentamos cerca de la pava que está en un anafe y comenzamos la charla.

¿Guardás alguna “foto mental” de tu infancia?

Yo vivía en el Pasaje Los Patos, por la Loma... la cosa era juntarnos a jugar a la pelota. Ese era el disparador, recuerdo la complicidad con los chicos. Jugar a la escondida con las chicas y darse un beso en la mejilla. A la nochecita se escuchaba el grito de las viejas: ¡a comer!

Titín es el niño de la izquierda (Fuente Oscar García)
Titín es el niño de la izquierda (Fuente Oscar García)

Me contó un amigo de tu infancia que siempre te gustó actuar... contame sobre eso.

Sí, cuando iba a la primaria me ofrecía para los actos, sobre todo si venían a preguntar en la hora de matemática. Yo levantaba la mano enseguida, quería zafar. Hice personajes que me gustaban: fui Cabral y otra vez fue el Tambor de Tacuarí. De grande leí y entendí la historia de otra manera y la de San Martín es inmaculada, es el único militar que me banco. Si, el escenario era un escape para mí.

¿Sigue vigente como escape?

Hoy no, el lugar donde más feliz soy en mi residencia terráquea, desde que me levanto hasta que me acuesto.

¿En qué escenario te sentís más cómodo, en el de la vida o en el de la música?

En el musical, es el estado de éxtasis más puro que he vivido en mi vida. Es un estado de amor nutritivo y curativo. Me salvó de los infiernos más crudos que he tenido, es un remanso en toda esa turbulencia.

Titín no descuida el mate en ningún momento. La pava la pone otra vez al fuego y silva. Me pasa otro mate.

¿Qué otras cosas hiciste en tu vida que no tienen que ver con la música?

Trabajé en el petróleo, fui mecánico dental, limpié los pisos en psiquiatría y cociné para pediatría, también para comedores del barrio Moure, di clases de guitarra, hice veredas y fumigué. Hice un curso de Albanet y soy pintor profesional. En Astra fui diariero y vendía verduras casa por casa. Me acuerdo que cuando avisé en el barrio que dejaba de llevar los diarios, los viejos se pusieron re tristes: "cómo vas a dejar de traer diarios”, me decían.

¿Qué te pone mal?

Hay muchas cosas que mi corazón no soporta, como la avaricia, la envidia, la falta de empatía, no las entiendo. La falta de sentido común me vuelve loco, la profunda ignorancia y lo descorazonado de algunas personas. No soy una persona corruptible, no hay dinero que me compre, yo quiero estar tranquilo así como estoy acá. Miro a mi alrededor. El ambiente es chico pero cómodo, tiene una estufa rusa en el centro que mantiene muy bien el calor.

Contame cómo fue construir tu propia casa

La construí ladrillo a ladrillo, es muy lúdico, sanativo, mi casa tiene todo lo justo, la temperatura ideal para mi cuerpo, la humedad perfecta. Todavía me faltan cosas, pero voy despacio. Junto dinero y compro lo que necesito. También chatarreo y reciclo cosas. Cambié una guitarra rota por una alacena.

Fuente Mariela Garolini
Fuente Mariela Garolini

¿Cuál es tu lugar preferido en la casa?

No tengo, siempre estoy con la guitarra, un libro y un bolígrafo por si baja la musa.

Vivimos en una sociedad de consumo, vos decidiste dejar un poco todo eso, cómo fue ese proceso.

Quise volver a las raíces, tengo mi huerta, utilizo alimentos orgánicos, trato de no comprar en el súper, gestiono mi propia medicina. En mi patio crece el llantén y con eso hago mis propias tinturas naturales. Dejé de comer carne y siento muchos cambios. Yo antes tomaba opiáceos que tenían fentanilo, una droga recetada a la cual era adicto. La pastilla te hace olvidar solo por un rato lo malo que te pasó. El universo es caníbal y yo era todo de todo y tenía que dejarlo.

¿Cuándo comenzó ese proceso de cambio?

Hace 15 años más o menos, me equivoqué feo a nivel corporal y sentimental, me hice daño, hice daño y ahí me di cuenta que tenía que cambiar.

Contame como está compuesta tu familia

Mi vieja es de Santa Cruz, mi viejo nació en Asturias. Hermanos tengo miles pero de sangre a Mirtha, que nos dejó en el 2019. La vida la pasé media complicada, tengo 3 hijos y dos nietos, no nos vemos mucho.

La puerta de la casa sigue abierta y se escucha el ladrido de los perros, adentro la pava silva otra vez y Titín cambia la yerba.

¿Te gusta cocinar?

Soy un terrible chef, cocino todo lo que puedas imaginar. Me gusta cocinarle a Enzo. Hago un pastel de papas vegano capaz de engañar a cualquier carnívoro. Mi condimento preferido es la pimienta negra y soy loco por la cúrcuma.

¿De dónde viene ese gusto por la cocina?

Mis viejos laburaban mucho, un día hice un guiso y me felicitaron y la próxima me pidieron que haga otro y al año ya me pedían menú. Cocinar es un acto de amor también y flasheo cuando veo la cara de placer de la persona a la que le cociné. Alguna vez tuve un emprendimiento de comida árabe hacía shawarma y kebab.

¿Qué pasa con el amor de pareja?

Solo compañerismo, amistad con derechos y sin preguntas. Soy una persona nómade, hoy estoy acá y mañana me voy a Chipre.

Vos sos un tipo muy sensible, ¿qué pensás de la cultura comodorense?

Acá hay mucha chatura, la gente se conforma con nada. Nosotros cuando éramos jóvenes, nos drogábamos “desde la vagina hasta la tumba”, como decía un amigo, pero leíamos Herman Hesse, Adolfo Bioy Casares. Le buscábamos la vuelta artística a la droga, ahora se drogan por drogarse. Lo único que les suena es el reggaetón. Es un sicariato sin balas, intelectual e institucional.

Estas son las cosas que lo ponen mal, se nota... e insiste:

En el rock pasó lo mismo, lo último más lindo que hubo fueron los Babasónicos o Catupecu, pero no me apareció nunca más un Flaco Spinetta. Estamos todos como un hámster en una rueda que no va ningún lado, hasta que un día se nos pare el corazón.

Cerramos la charla y hablamos de sus proyectos musicales. Está por grabar un disco de tango con la orquesta de “Chiqui Pereyra”: 10 clásicos del tango. También está en proceso de trabajo con los “113 eléctricos”, ellos son: Dante Acuña en batería, Francisco Carrizo en guitarra, Gastón Alarcón en guitarra. Saxo tenor, sopranos y trompetas son músicos itinerantes de otras bandas que van rotando, pertenecen a los Cheremeques, Cosecha Especial y La 4370. Titin en bajo, voz y toda la parte lírica.

Respecto a esta última producción la va a lanzar de un tema:

La gente está cansada, son tiempos rápidos, no escuchan 12 temas de un saque, cada tema va a ser una obra que tendrá una portada distinta.

Fuente Titín Naves
Fuente Titín Naves

Al final me muestra unas fotos del “Evento de La Pre Estepa” organizado por la Municipalidad de Las Heras, donde participó junto a Baglietto, Marcela Morelo, Sandra Mihanovich, el Bahiano y Vitale. Su cara irradia felicidad, parece un nene.

Fuente Titín Naves
Fuente Titín Naves

Hablamos más de una hora y nos despedimos. Me subo al auto y me doy cuenta que no le pregunté por qué le dicen Titín. No importa, otro día vuelvo.

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