Refuerzan la búsqueda del submarino en la profundidad del mar
Sumaron equipos de alta tecnología. El mal clima dificulta los rastrillajes.
CAPITAL FEDERAL - Mientras el tiempo avanza sin resultados, las condiciones climáticas en la zona del rastrillaje no mejoran y la preocupación se extiende entre los marinos y los familiares de los 44 tripulantes perdidos, la Armada comenzó a intensificar ayer la búsqueda bajo el agua del submarino ARA San Juan.
El buque polar británico HMS Protector ya está barriendo con una sonda el interior del mar recorriendo el trayecto que venía haciendo el submarino perdido, desde Ushuaia hacia el punto estimado en el que interrumpió sus comunicaciones, el miércoles pasado. Otro buque oceanográfico argentino, el ARA Puerto Deseado, realiza una exploración similar con un recorrido inverso, desde Mar del Plata -destino final del submarino- hacia el punto marcado a 342 km del Golfo San Jorge. Es un trayecto que, en condiciones normales, el ARA San Juan hubiera completado en ocho días.
La principal novedad de ayer, sin embargo, fue el arribo de equipos de alta tecnología para trabajos en inmersión, que llegaron por la mañana a Comodoro Rivadavia en dos aviones de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, preparados con unidades especializadas y personal entrenado para rescatar tripulaciones de submarinos con problemas.
Con el correr de las horas se moderaban las expectativas por los siete intentos de llamadas satelitales recibidos anteayer en distintas bases de la Armada y que podrían haberse originado en el ARA San Juan, cuyo comandante, el capitán de fragata Pedro Fernández, es considerado en la Armada un marino muy experimentado.
"Se está investigando. Las emisiones satelitales fueron muy bajas y de corta intensidad. Pueden ser un indicio, pero no hay nada corroborado, informó a LA NACION el secretario general de la Armada, contralmirante Jorge Lorenzo Cisneros.
Incluso el jefe de la Base Naval de Mar del Plata, almirante Gabriel González, agregó que aún no hay una clara evidencia de que las llamadas se hayan intentado hacer desde el submarino perdido. "Se está haciendo un análisis más profundo de las señales. Los entes técnicos que están abocados a esta tarea continúan tratando de determinar fehacientemente que hayan provenido del submarino y que no hayan sido llamadas entrantes al submarino", dijo el oficial marino.
Por su parte, la empresa Iridum Corporate negó que los intentos de llamadas satelitales que podrían haberse realizado desde el submarino se efectuaron desde equipos de su red.
LA EXPLORACIÓN SUBMARINA
Teniendo en cuenta las dificultades para determinar la geolocalización de las llamadas truncas, los esfuerzos se concentraron en el rastrillaje por vía submarina con una intensidad superior a la de los primeros días, cuando se buscaba el submarino prioritariamente sobre la superficie.
"Desde que se declaró el estado de búsqueda y rescate se triplicaron los esfuerzos por vía aérea y por buques", dijo a LA NACION el vocero de la Armada, capitán Enrique Balbi, al señalar que se encuentran en acción en la zona de operaciones 11 barcos y diez aviones, a los que hay que sumar las unidades alistadas cerca para actuar cuando sean convocadas. Las condiciones meteorológicas seguían siendo ayer adversas en la zona de búsqueda, con olas que llegaban a los ocho metros de altura, lo que dificultaba la efectividad de los sensores de los buques y los aviones. El pronóstico meteorológico aventura que las malas condiciones seguirán hoy y que mañana podría mejorar el clima.
Balbi confirmó que la búsqueda subacuática se hará con instrumentos que permitan realizar un mapeo tridimensional del fondo marino.
Mientras continúan las exploraciones, se avanzó en la preparación de los equipos de rescate, para que puedan actuar con rapidez y efectividad una vez que el submarino sea localizado. Los equipos estrella, en ese sentido, son los que llegaron ayer a Comodoro Rivadavia transportados de una base militar de San Diego, en dos aviones Boeing C-17 Globemaster III, de la Fuerza Aérea de EE.UU., una de las aeronaves de transporte militar pesado de mayores dimensiones. Llegó equipado con una cámara de rescate submarina, con capacidad para sumergirse a 200 metros y realizar el salvataje de seis personas por vez. A este equipamiento se sumará en los próximos días un módulo presurizado de rescate (PRS, por sus siglas en inglés), de mayor alcance, acondicionado para salir en busca de 16 tripulantes en cada inmersión a una profundidad mayor.
Para actuar con las cámaras y las cápsulas, los sistemas se acoplan con el submarino averiado y sellan la escotilla para permitir el rescate de la tripulación. Lógicamente, para que puedan entrar en acción, previamente tendría que ser localizado el submarino. "La idea es preparar los equipos para ponerlos en marcha apenas ubiquemos el ARA San Juan y no perdamos tiempo", explicó a LA NACION una fuente castrense.
En las últimas horas se sumó al teatro de operaciones el Hércules C-130 de Gran Bretaña, que estaba cumpliendo actividades en las islas Malvinas. También llegó para ponerse a disposición un P3 antisubmarino de Chile, que ya está alistado para la exploración aeronaval.
La Prefectura colabora con el buque Dorbes, el guardacostas Tango y un avión B-350. Además, se incorporó al operativo de búsqueda y rescate el buque pesquero Don Pedro.
El ministro de Defensa, Oscar Aguad, sigue el desarrollo de las operaciones desde el Edificio Libertad, la sede de la Armada, con diálogo directo e instrucciones a los jefes navales. "Informa todo en tiempo real a Mauricio Macri y al jefe de Gabinete, Marcos Peña, particularmente lo relacionado con la utilización de los aviones y barcos enviados por los países extranjeros", confió un vocero. En el Gobierno se interpreta que la ayuda internacional se facilitó por la reinserción de la Argentina al orden mundial.
Fuente: La Nación