A todo el mundo le vienen bien unas vacaciones, ya sea para desconectar del trabajo, para cargar pilas, para hacer planes con la familia o, simplemente, para descansar un tiempo de obligaciones. Las vacaciones, bien merecidas. Aunque para disfrutar de las vacaciones no significa estar 1 mes entero de parranda o irse durante unos días fuera, no. Simplemente puede significar dejar de hacer la rutina diaria –levantarse, ducharse, desayunar, coger el transporte, trabajar/estudiar, comer, seguir trabajando/estudiando, entrenar, cenar, ver la tele y dormir- para adaptarla a otros niveles de carga, dejando algunas tareas de lado. Incluso los entrenamientos.

¿A quién no le ha apetecido dejar de entrenar durante el mes de vacaciones? Pues las vacaciones también pueden ser una buena época para recargar las pilas para afrontar el final de temporada en condiciones o, tal vez si ya habéis hecho el cupo de competición, empezar al 100% con los entrenamientos de septiembre para la temporada que viene –aquellos que hacen temporada “escolar” y terminan competiciones en junio-.

Así, de esta forma podemos diferenciar dos tipos de runners. Los que han seguido entrenando durante las vacaciones y los que han preferido hacer unas vacaciones a lo grande sin entrenamiento. Seas cual seas, debes tener en cuenta ciertos aspectos de cara a cuando vuelvas a la rutina diaria:

El descanso

Running, ¿Cómo afrontar la vuelta de las vacaciones?

Distintos horarios

Te levantas, desayunar, entrenas, almuerzas, echas la siesta, cenas y te vas a dormir en un horario distinto al que sueles llevar durante todo el año. Seguramente hayas entrenado por la mañana, bien pronto o al anochecer, incluso haciendo algún entrenamiento nocturno. Pero cuando vuelves con los horarios ya no los puedes mantener y debes adaptar tu entrenamiento a tu trabajo o a las clases. Contra esto no se le puede hacer nada, pero en lugar de resignarte debes retomar los horarios habituales y seguir entrenando en el momento del día en el que lo solías hacer o cambiarlo, ahora que toca encarar la vuelta de las vacaciones.

Altibajos en nuestra dieta

Si has estado de vacaciones en algún hotel, seguramente ya hayas empezado pasándote con la primera comida del día: el desayuno. Y más si es el típico desayuno buffet libre que cada evz hay en más hoteles. Luego seguramente también te hayas pasado con el almuerzo. Por la tarde habrás estado en la playa con la neverita al lado y habrá caído algún helado… y por la noche, más de lo mismo. Una cena contundente y alguna copa para finalizar el día. Entre los horarios y la dieta... Pero debemos volver a la vida real y volver a la dieta. Al principio costará, pero cómo termina pasando siempre, tu propio cuando ves que no rindes correctamente, te lo pedirá.

Cambios de climatología

Simplemente si hemos cambiado nuestra residencia habitual y nos hemos cogido unas semanas de hotel en la playa, en la montaña o en el interior lo hemos notado. Y si hemos viajado al extranjero lo habremos notado todavía más. Y con las olas de calor y posterior frío del mes de agosto, el cuerpo se resiente y nunca acaba de acostumbrarse a una temperatura concreta. Y llega septiembre y las temperaturas bajan, aunque para entrenar siempre se agradece. Todos estos cambios han podido afectar a tus niveles de energía y te hayan pasado factura a la hora de entrenar. Al clima no se le puede hacer nada, pero siempre podemos tomárnoslo con más positivismo.

Vuelta al trabajo/clases

¡Ohhh benditas vacaciones! ¡Qué bien sientan! Estamos aliviados, relajados, sin preocupaciones. ¡Cómo nos gustaría estar así siempre! Pero la cruda realidad es que debemos volver a lo de siempre. Y también puede significar volver a la fase de entrenamiento –o seguirla-. No importa si eres de los primeros o de los segundos, porque volver a la rutina siempre afecta a nuestra mente y, si es un trabajo físico, a nuestro cuerpo. Los primeros días de vuelta los debemos encarar con paciencia y sabiendo que incorporar una carga podrá modificar nuestro rendimiento.

Sobreentrenamiento

¿Has dejado de entrenar o por el contrario no has parado ni un solo día? Si no has pausado tus entrenamientos tal vez hayas acumulado demasiada carga y hayas pasado al sobreentrenamiento… si es así, notarás fatiga, somnolencia, cansancio e incluso alguna lesión o pequeño dolor. Si es así, para las futuras vacaciones tómate unos días de relax, aquellos en los que no hagas nada y descansa –aunque cueste hacerlo-.

Fuente: running.es • Fotos: fontelles.com, juninalminuto.com

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