Viajaron de Alaska a Ushuaia en autos eléctricos: recargaron energía en Comodoro y ahora vuelven a Uruguay
El trayecto se hizo entre el 1 de junio y 29 de diciembre último, mientras que el 6 de enero pasaron por Comodoro y recibieron asistencia para establecer una red de cargas en su retorno al país de origen.
El sueño de viajar en un auto eléctrico desde Alaska hasta Ushuaia fue cumplido por Martín Canabal y sus compañeros de viaje, quienes de regreso hacia Uruguay pasaron por Comodoro Rivadavia y pudieron recargar las baterías con ayuda de integrantes del Grupo de Transición Energética (TES). Una aventura que marca un camino y que motivó incluso el interés de Elon Musk, el creador de Tesla.
El trayecto realizado por Martín Canabal, Tuti Iraola y Oliver Umpierre, tres amigos de origen uruguayo, forma parte del proyecto ‘Electric Americas’ y ha logrado no sólo el hito de recorrer por primera vez la ruta panamericana en dos vehículos eléctricos, sino también reflejar las necesidades que aún resta por cubrir en materia de infraestructura, para seguir avanzando hacia la masificación de vehículos que eviten los motores a combustión y la emisión de gases de efecto invernadero hacia la atmósfera.
La expedición internacional tuvo, en este trayecto final, una destacada participación comodorense, ya que el Tesla que los traslada de regreso debió repostar energía en la urbe petrolera, con un apoyo brindado desde el grupo TES que incluyó además la asistencia en Puerto San Julián y el acompañamiento para una red de abastecimiento hacia el norte, ya que la autonomía del vehículo se limita a 400 kilómetros de recorrido.
“Ha sido una linda experiencia y nuestra participación se dio casi por casualidad –contó Pablo Reyes, integrante del grupo TES, en diálogo con ADNSUR-. Ellos venían viajando hacia Ushuaia y se encontraron con un amigo mío en Chile, a quien le comentaron que en su vuelta hacia Uruguay pasarían por Comodoro Rivadavia. Mi amigo sabe que estoy vinculado al TES y apenas Martín estuvo en San Julián, donde tuvo una serie de inconvenientes para conseguir un punto de carga, me contactó y tratamos de darle asistencia para que pudiera cargar”.
Reyes aclaró que este tipo de vehículos eléctrico no requiere de grandes complejidades técnicas para recargar sus baterías, pero sí hay que atender algunos detalles específicos que aún no se cuentan, en Argentina en general y en la Patagonia en particular.
“El auto tiene su propio cargador y carga en corriente continua, pero puede tomar energía de la red pública, ya sea en 220 ó en 110 Volts, a una intensidad de alrededor de 30 amperes. Y necesita un punto de conexión básico, que pueda soportar la carga. Tengamos en cuenta que las instalaciones domiciliarias tienen un máximo de 40 amperes, por lo que no se pueden enchufar a un toma corrientes común, porque demoraría mucho. El auto tiene la capacidad de regular el ritmo de carga, para ‘no derretir los cables’, para explicarlo de forma sencilla, por lo que buscamos un lugar de carga en San Julián y llegó con un 3 por ciento de batería a Comodoro, en una distancia de 430 kilómetros”.
Ya en esta ciudad, el Tesla pudo reabastecerse gracias a la colaboración desinteresada “de los amigos de Nuevo Sur –siguió comentando Reyes-, quienes tienen una estación de carga y creo que la estrenaron. Por un tema de compatibilidad de conector tuvimos que hacer una maniobra y conectarla en otro punto, para no romper el conector. Las estaciones de carga tienen la opción de cargar en corriente continua y en ese caso la demora es de sólo 2 horas para conseguir el 80 por ciento de la batería, pero aquí lo resolvimos con el propio cargador del auto y nos llevó 11 horas. El problema quedó resuelto y mientras Martín y sus compañeros descansaban, el auto se cargó y este sábado por la mañana salieron rumbo a Puerto Madryn, donde esperamos que puedan llegar con la autonomía de la batería, o bien recargar en Trelew. Nosotros armamos una red de contactos para que puedan ir haciendo escala y reabastecerse”.
Paralelamente, ADNSUR pudo dialogar con Martín Canabal, el ingeniero uruguayo que ideó el proyecto. Mientras se encontraba en viaje hacia el norte, el capitán de la expedición fue contestando las preguntas de esta agencia:
“El viaje se inició oficialmente el de junio, desde Anchorage, una ciudad de Alaska y concluyó el 29 de diciembre con la llegada a Ushuaia. Antes de eso tuvimos que trasladarnos desde San Francisco, en Estados Unidos. Fuimos hacia el puerto de Tacoma y allí una empresa nos donó el envío de los vehículos, en barco, hacia Alaska. Y una vez que llegamos a Ushuaia, éste no fue el destino final, sino que ahora estamos en viaje desde Comodoro a Madryn, para llegar dentro de algunos días a Uruguay”.
Al contar cómo surgió el proyecto, precisó que la idea surgió “porque yo tenía ganas de hacer un viaje largo desde hace mucho tiempo. Y hace unos seis años, decidimos con mi esposa ir a residir a Estados Unidos, por razones de estudio de ella. Cuando fuimos a vivir allá, pensé que era el momento de cumplir uno de mis sueños, de ‘una manejada’ muy larga, aunque no sabía en ese momento que iba a ser en autos eléctricos Tesla”.
Cuenta Martín Canabal que el proyecto fue madurando a medida que comenzó a investigar sobre el tema. “Me di cuenta que no era fácil, pero se podía hacer. Contacté con mi amigo Olivier Umpierre y le conté el proyecto. El se dedica a hacer filmaciones y surgió la idea de hacer un documental durante el viaje, junto con Tuti, su novia, que se encarga de temas ambientales, por lo que se armó el proyecto que incluye no sólo el viaje, sino el documental y poder ir contando distintos proyectos de sustentabilidad que fuimos encontrando en el viaje. Hemos conocido gente increíble, que trata de hacer el bien, como también empresas de todo tipo”.
De ese modo, cuando los protagonistas lleguen a Uruguay podrán iniciar la segunda parte del proyecto, que será la edición final y difusión del documental registrado por Olivier, en 12 episodios a través de DirecTV Go y el canal de Youtube de ‘Electric Americas’.
“El docu va a tratar sobre la expedición, que de alguna manera marca un record y los proyectos de sustentabilidad que fuimos encontrando en el camino, pero también sobre deportes extremos, ya que nosotros hacemos kitesurf, parapente, buceo y surf, por lo que sumamos estas actividades para darle un poco de color y dinamismo”.
Martín asintió ante la consulta de si el viaje tuvo como objetivo generar conciencia sobre la necesidad de profundizar el camino de la transición energética.
“Sí, fuertemente. Desde un principio queremos demostrar que hoy ya fue posible hacer la ruta panamericana en autos eléctricos. Si pudimos hacerlo, hay menos excusas para tener un auto eléctrico en el día a día. Una de las grandes contras es el rango que hay que cargarlos, es decir la autonomía, que si bien existen las dificultades, se pueden ir resolviendo”.
Sin embargo, insistió en que en la vida cotidiana, en la ciudad, “podés cargarlo durante la noche en tu casa, por lo que al despertar tenés el tanque lleno todos los días. Para viajes largos, falta infraestructura en Latinoamérica, pero en Canadá, Estados Unidos, Méjico, Europa y muchos otros países ya cuentan con los cargadores rápidos instalados por Tesla. Ya no hay excusas. Para este viaje, todavía puede ser una locura y no creo que sea para cualquiera todavía, pero en 5 años la infraestructura va a estar”.
“Más allá del cambio climático, es mucho mejor para los propios humanos si los autos fueran eléctricos –reflexionó Canabal-; por más que generemos electricidad con fósiles, es mucho más eficiente y limpio que los motores a combustión interna. Los autos eléctricos son mejores para el mundo y las ciudades, con muy pocas cosas en contra. No es razonable seguir comprando autos a combustión interna”.
La principal dificultad, según reconoció, es la autonomía limitada a 400 kilómetros, pero consideró que en buena parte del trayecto internacional se eligió la ruta en función de la existencia de cargadores. “En casi todos los puntos pudimos resolver, a veces esperando un poco más de tiempo y a veces, un poco menos”, aclaró.
Martín destacó especialmente la experiencia en Comodoro Rivadavia y ponderó la asistencia de la gente de Nuevo Sur, además de todo el grupo que se acercó para colaborar: “movieron cielo y tierra, no sólo me ayudaron en la ciudad sino que ya tengo ayuda para más adelante, en Madryn y otros lugares. Es por lejos, lo más lindo del viaje”, valoró.
Para Canabal, no hay dudas de que el paso hacia este tipo de vehículos será rápido. “Empieza todo en la infraestructura de carga, no digo que sean los gobiernos, creo que son los privados los que deben hacerlo, con las condiciones fijadas por el gobierno para disminuir el riesgo. Estoy convencido de que si tenemos infraestructura, la gente va a cambiar a vehículos eléctricos. En la ciudad, podremos cargar en la casa y será mucho más barato. En las rutas, sí, sería necesario colocar cargadores cada 50 kilómetros”.
Por otra parte, en Comodoro quedaron varias conclusiones interesantes para seguir reflexionando sobre la transición energética.
“Creo que lo que han hecho Martín y sus amigos es muy valioso, como un desafío personal y por otro han demostrado la sustentabilidad de este tipo de movilidad eléctrica –evaluó Pablo Reyes-, sea con este vehículo o cualquiera que tienda a reducir los efectos de gases de efecto invernadero, tan negativos para el cambio climático. Hay que promover este tipo de tendencias, en cualquiera de sus formas: auto s eléctricos, biocombustibles o bio gas. Nosotros, como grupo TES, apuntamos a divulgar este tipo de filosofía, de buscarle la vuelta para cuidar al medio ambiente y lograr un equilibrio entre lo que contaminamos y lo que podemos evitar con pequeñas cosas como éstas. Hoy se habla de autos eléctricos, de pila de hidrógeno, o combustible de hidrógeno hay muchas variantes, todas apuntan a lo mismo. Nosotros no nos enfocamos en ninguna en particular, sino que tratamos de acompañarlas a todas”.
También la experiencia sirvió para reflejar muchos detalles que aún deben ajustarse. De hecho, el viaje se inició con dos automóviles, pero el segundo tuvo que quedar en Ushuaia por un desperfecto, ya que se le rompió la llave de arranque y no hay forma de obtener una copia como ocurre con vehículos convencionales.
“Estaba la posibilidad de que se lo arranquen desde Estados Unidos, a través de internet, por parte de Tesla, pero qué pasaba si luego había que arrancarlo en Garayalde o en un lugar sin buena conexión?”, comentó Reyes, a manera de ejemplo. El segundo auto ya fue transportado hacia Estados Unidos para su reparación.
Otra característica del tipo de vehículos es que son muy pesados, con las baterías en la parte inferior, lo que llevó a morigerar la velocidad ante el estado de muchas rutas, priorizando la integridad del vehículo. De hecho, la velocidad de crucero fue del orden de los 70 kilómetros por hora, para evitar averías.
Otro detalle es que el vehículo tiene un piloto automático que permite al conductor liberarse del manejo, aunque el sistema detecta si el conductor se queda dormido, ya que no está preparado para prescindir totalmente del manejo humano (puede detectar otros vehículos y dificultades en el camino, pero no así pozos en la ruta, por ejemplo).
El interés de Elon Musk se vio reflejado también a través de una interacción en Twitter, donde el multimillonario dio un ‘like’ a uno de los posteos de la expedición, que por ahora cumplió su primer objetivo: demostrar que era posible.
“No sé si lo puedo llamar interacción, pero yo escribí un tuit diciendo que lo logramos, hicimos la travesía en autos eléctricos y al rato, llegando a Comodoro y cuando tuvimos internet, me dice mi compañero Olivier: ‘Elon Musk te puso like’ –contó Martín Canabal en el cierre de su contacto con esta agencia-. Todavía no lo puedo creer, como tampoco las consecuencias que ha tenido esto, con casi 4 millones de reproducciones y comentarios de tuit, siempre positivos. No doy abasto para responder a todos. Y también hubo, hace unos días, que la gente de Tesla puso un ‘like’ a otro tuit y nos pidieron fotos que subieron en su cuenta oficial de Instagram. Para nosotros fue tocar el cielo con las manos, es una confirmación de que hicimos algo bien”.
“¡Así que lo hicimos! -dice el tuit de Martín, al que Elon Musk dio ‘me gusta’-. Manejamos dos autos eléctricos, @Tesla , desde Anchorage (Alaska) hasta Ushuaia (Tierra del Fuego)! Solo queríamos demostrar que era posible, y lo es. Todavía no es fácil, pero pronto esto será 'normal'”.