Misterio: dejaron cenizas de un muerto en un bar y el dueño asegura que no puede dormir
Un hombre compró una botella de agua en el local, le preguntó al dueño si le gustaban las cosas antiguas y cuando se fue dejó un extraño paquete. El macabro hallazgo tiene aterrados a todos.
Un episodio misterioso tiene en vilo al propietario del bar y a sus empleados, luego de que un misterioso cliente dejó las cenizas de un muerto en el local y se fue. El dueño declaró que hace un mes tiene las cenizas en su comercio y teme dormir por las noches.
El hallazgo se produjo en Santa Catarina, Brasil. El dueño encontró una bolsa negra que había sido abandonada, pero se horrorizó cuando lo abrió. Era una urna funeraria con las cenizas de un muerto, que en un mes nadie fue a buscar. El hombre no cierra el bar y por las noches mantiene las luces prendidas ya que asegura que tiene mucho miedo.
“Nadie quería venir a buscar al difunto, todavía está ahí. No sé qué hacer. Tirarlo dice que no sirve, es una persona que murió. Tengo un poco de miedo. No sabía que era de un muerto, si no no lo hubiera tocado”, expresó el dueño del local.
El hombre contó que, al principio, pensó que el objeto se trataba de un florero ya que no sabía lo que era una urna funeraria. Incluso, mencionó que el cliente que lo abandonó le había preguntado en ese momento si le gustaban las cosas antiguas mientras compraba una botella de agua, a lo que Adelmison respondió que sí.
“Me dijeron que ahí adentro había una persona muerta, no quise abrirlo ni mirarlo. Una señora que estaba en el bar lo abrió y dijo que adentro había restos de cenizas y un pedazo de papel”, detalló.
Según el propietario del “Bar do Zico”, tuvo que llamar a la Policía para que vayan a buscar la urna, pero nadie acudió al lugar. “Ni siquiera querían al muerto”, manifestó. Ahora, el objeto se encuentra guardado en una caja fuerte en el local, a la espera de que algún familiar o allegado lo vaya a buscar.
Sin embargo, Quaresma cambió su rutina desde que el misterioso paquete llegó: ahora pasa las noches durmiendo en el bar en un colchón con todas las luces prendidas y las puertas abiertas. “Toda mi familia está asustada, ya ni cierro el bar porque me preocupa”, expresó.