A Camila Morales y Luciana Olmedo aún les duele recordar el escenario que encontraron el último 10 de septiembre, cuando tres perros con dueños ingresaron a la Escuela Agraria de Sarmiento y mataron a 3 ovejas y lastimaron a otras 15, incluido un carnero frisona que por estos días se recupera de las heridas que provocaron los canes. 

Es que para las chicas no solo fue ver la matanza con sus propios ojos, sino también la mortandad de sus animales: “Fue un impacto muy grande para nosotros llegar y ver eso, porque las ovejas si bien son parte de nuestro aprendizaje diario, al convivir con ellas y cuidarlas tanto se genera un cariño. Es algo propio de nosotros. Entonces nos impactó muchísimo”, dice Camila.

El ataque de perros ocurrió en septiembre, pero todavía repercute en la vida diaria del establecimiento, no solo porque interrumpió el aprendizaje de los alumnos sino también porque rompió la cadena productiva que permite aprender, producir y vender generando ingresos que luego son utilizados para los gastos diarios del funcionamiento de la chacra.

“Ese es el problema", señala Camila. "Esto no solo afecta al aprendizaje sino también a la economía de la escuela porque los animales son un sustento más de la sala de industria que tenemos de producción de materia prima. Al no poder realizar este tipo de productos, perdemos recursos económicos que son muy útiles para la compra de elementos que son muy caros. Entonces estamos perdiendo materiales económicos y de aprendizaje”.

Para ejemplificarlo, cuenta Luciana que en la última Expo Bovina de la Sociedad Rural, evento del que la escuela participa todos los años, los estudiantes no pudieron vender el famoso queso de oveja que ellos mismos producen y aún no saben cuándo podrán volver a elaborarlo.

La estudiante de 6to B lamenta la situación porque afecta el trabajo de todos los días. “No solamente de nosotros, sino también de otros años, pero en nuestro caso estamos con evaluaciones y olimpiadas y nos afecta porque al no poder hacer nuestras actividades diarias perdemos contenido que solo se llega a ver una vez”.

Los mataron 3 ovejas y lastimaron a otras 15.

Lo cierto es que el ataque de perros no es algo nuevo en el establecimiento educativo. Ni el alambrado, ni todas las medidas de seguridad que toman para evitar que los canes ingresen y ataquen a las ovejas parecen ser suficientes para frenar a los canes. 

El año pasado también ingresaron perros a la chacra. En esa oportunidad mataron 8 animales e hirieron a otros 10. Esta vez los perros con dueño aprovecharon el fin de semana que no había estudiantes y atacaron sin piedad y por diversión. 

“Es una diversión para ellos, los pudimos ver por las cámaras de seguridad de la escuela", explica Camila. "Ellos entraron y mordían una oveja. Cuando ya no se movía, iban a otra. La diversión de los perros era correrlas y encerrarlas. Lastimaron casi a la mitad de nuestra majada. Lastimaron cinco ovejas y un carnero puro quedó muy grave. Está en recuperación pero no sabemos si va a poder servir el año que viene”.

“El problema es que la mordida de los perros tiene muchas bacterias y enzimas que infectan la carne y la degradan no pudiendo curarse nunca”, agrega Luciana “y el carnero está afectado con gangrena, que es muy difícil de curar. Se trata con antibióticos pero los tiene que pagar la escuela. Lo grave es que, en caso de no tener el carnero, no vamos a tener servicio el año que viene de nuestras ovejas de raza frisona. Y este animal no se consigue fácilmente porque es de Holanda, y en caso de conseguirlo es caro y la escuela no está en condiciones de afrontar ese costo”.

UNA PROBLEMÁTICA COMPLEJA

Karina Sandoval es técnica universitaria en producción agropecuaria y docente del área de Rumiantes 2, materia que trabaja en conjunto con la médica veterinaria Daniela Purcel.

La docente hace 16 años trabaja en la escuela agrotécnica y coincide con el análisis de los chicos: el ataque de los perros no es algo nuevo. 

“Hoy con las redes se hace todo más comunicativo, pero es un tema que la escuela viene sosteniendo a lo largo de su historia. Es complejo porque estamos muy cerca del casco urbano, cerca de la ruta y mucha gente sale a caminar por ese sector. Desde nuestro lugar siempre luchamos y tratamos de trabajar en que no ande la gente con los perros sueltos, porque por ordenanza tenés que andar con una correa, porque esos son los perros que después pueden volver a la chacra”.

“Pero el tema del flagelo de los perros es complejo”, continúa, “no somos la única localidad que estamos teniendo problemas con los perros. El otro día se comunicó conmigo gente de Cushamen que me comentó que tenía problemas con los perros. También, hace poco tuvimos una matanza de 150 ovejas en un establecimiento de Río Mayo y también fueron perros. La verdad es que me parece que el tema del control canino hay que empezar a mirarlo con más seriedad en todos los aspectos, porque si bien en Sarmiento tenemos una ordenanza, el municipio es no eutanásico y se debería controlar más, trabajar más el control en los patios de las casas. Hay que apuntar a que el vecino se concientice del daño que ocasionan los perros en la calle”.

La legislación municipal sarmientina de la que habla Karina es la 044/14, “una ordenanza que hicieron a conciencia, pero que habría que aplicar como se debe”, dice la docente.

“Hay que apuntar a trabajar con la ordenanza como corresponde, porque parece que nunca es suficiente, si te descuidás o dejaste de hacer algo enseguida tenés una problemática como esta. Gente mordida por perros tenés todos los días en la ciudad. Hay muchísimos perros en Sarmiento y tenemos que plantearnos qué ciudad queremos, porque salir en bicicleta a pasear con la cantidad de perros que hay en la calle es muy complejo”, analiza.

Los chicos son quienes se encargan de sanar y recuperar a los animales lastimados.

El único lado positivo de una situación, si es que hay uno, es que permite vislumbrar el compromiso de los estudiantes con su establecimiento y su espacio de trabajo. “Tuvimos y tenemos un gran apoyo de los chicos. Ellos se abocaron a curar y desinfectar a los animales. Algunos habían malparido por todo el lío que fue la corrida de los perros y ahí estuvieron los alumnos acompañándonos. Nos llevó días y todavía el trabajo no termina, porque las mordeduras de perro generan muchas bacterias, son animales que quedan deteriorados, por ende, no los podemos meter al tambo”.

Luciana en ese sentido cuenta que estudiantes de todos los cursos colaboraron para remediar la situación lo antes posible. No importaba si era sábado o domingo, tampoco si tenían que poner dinero de sus bolsillos o las horas necesarias para terminar un trabajo. Así, cada uno ayudó como pudo: los alumnos con más experiencia curando heridas y los más chicos acercando materiales o ayudando en lo que podían. 

El impacto fue tan grande en la comunidad que también se acercaron padres, productores y veterinarios, gente que no está vinculada a la escuela pero que quería ayudar de alguna manera. 

Por supuesto, todo esto también significó un aprendizaje para los chicos. “Con todo esto nos dimos cuenta que hay que tener una gran cantidad de dinero para la cantidad de ovejas que teníamos lastimadas. Teníamos que coser, desinfectar y fue un gasto grande en algodón, antibióticos, jeringas, y al ocupar el dinero en eso no podíamos comprar los fardos de pasto para las ovejas y se nos desarmó todo. Ahora estamos tratando de regresar a como estábamos antes pero es una gran pérdida” dice Camila.

Para solventar gastos, el conductor Miguel Rojas, conocido por sus campañas solidarias, hizo una colecta y se recaudaron más de $315.400 por parte de la comunidad. El Ministerio de Educación, en tanto, donó $800.000. Sin embargo, con gastos y poco ingreso, producto de esta situación, siempre se necesita un poco más. 

Parte de los alumnos que están en el día de la chacra.

A poco más de un mes para que termine el ciclo lectivo 2023, la preocupación pasa por dos lugares: el estado de salud de los animales afectados y la recuperación de este recurso de aprendizaje que a los chicos les permite practicar en sus últimos años de formación. 

“Los animales siempre son importantes”, afirma Karina en ese sentido. “Trabajamos mucho con genética, hacemos inseminación artificial, laparoscópica, se compra semen en otros establecimientos; entonces el trabajo de genética que se hace en estos establecimientos y que los chicos van aprendiendo es muy importante para ellos. Lo negativo también es que se viene trabajando desde hace mucho tiempo y cuando pasan estas situaciones estamos perdiendo material genético que es difícil recuperar”. 

“Nosotros tenemos un carnero raza dorper en una F3 genética y nos ha costado mucho llegar a ese nivel de genética. Dentro de Chubut somos el único establecimiento que tiene tambo ovino. Tenemos la raza frisona, que es una raza lechera que nos permite producir leche y hacer productos derivados. Y que entren perros y maten animales nos condiciona muchísimo la parte educativa. Por eso sería bueno que se aplique la ordenanza 044/14, porque hay que apuntar a trabajar como corresponde”, sentencia la docente, esperando que alguien haga algo en la materia.

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