El mundo de las ferias, una tendencia que crece entre la crisis y la moda circular

Mientras usted lee esta crónica, en distintos puntos de Comodoro y Rada Tilly está funcionando una feria de ropa usada. El fenómeno ya no es exclusivo de barrios carenciados, sino que se extendió a todos los puntos de la ciudad con un fuerte empuje de la clase media que en estos nuevos tiempos también se vuelca a comprar en ese tipo de espacios. 

Se trata de un entramado de compra y venta donde participan diferentes actores, desde la persona que organiza la feria hasta aquella que la promociona y, por supuesto, también quienes asisten y venden. Detrás quedan tapados aquellos que comercializan lotes de ropa, eslabones fundamentales en este engranaje de compra y venta.

Las ferias de ropa usada son todo un fenómeno social que ha cambiado su concepto en los últimos años. Influenciadas por la moda circular, cada vez más personas se vuelcan a este tipo de espacio donde pueden encontrar prendas más económicas y en muchos casos en muy buen estado y de buena calidad.

Melisa (44) es una de las tantas mujeres que está inmersa en este mundo. En su caso vende ropa usada “de marca y en buenas condiciones”, aclara. Su punto de venta es su propia casa, el lugar donde cada fin de semana llegan clientes a buscar alguna prenda. 

“Muchos vienen porque está muy cara la ropa”, cuenta a ADNSUR. “Un jean, por ejemplo, está 40 mil pesos, pero en una feria lo encontrás entre 3 mil y 15 mil pesos, entonces la diferencia es muy grande y la gente prefiere venir a una feria y llevarse tres jeans que comprarse uno nuevo”.

En su caso, Melisa siempre compró en este tipo de espacios. A los 17 años ya iba a comprar a las ferias que encontraba en la ciudad. Eran tiempos distintos, pero siempre encontraba algo que le resultaba interesante. “Siempre me gustó ir porque encontrás algo original, algo que no tiene nadie. Entonces fui siempre, pero hace unos 10 o 15 años, empecé a vender cosas personales y hace unos meses ya me dedico a comprar lotes de ropa y revenderlos”.

Melisa asegura que mucha gente está vendiendo lotes de ropa. Entiende que es reflejo de lo que sucede hoy en día. “Hay mucha gente vendiendo lotes de ropa por una necesidad económica pero también por una cuestión de orden. Hay gente que en la pandemia le hizo un click y empezaron a ordenar su casa, dejar solo lo que usa. Pero esto no es algo exclusivo de Argentina, es un movimiento que se está dando a nivel mundial: darle un segundo uso a la ropa. Ahora llegó con más auge al país y va de la mano con la crisis que se está atravesando, entonces se juntaron como las dos cosas y la gente se volcó a comprar ropa usada, porque hay prendas que quizás pueden durar 20 años, pero quizás las usás tres años y las dejaste de usar o porque te quedó chico por el talle o porque ya no es la moda que querés usar, entonces la ropa sigue circulando”. 

En su caso, trabaja solo viernes y sábado. Tiene su propio probador y ropa de todo tipo, para chicos y para adultos. “He llegado a vender 200 mil pesos en un día, hay días que vendés 10 mil pesos y hay días que vendes un poquito más, pero tengo una inversión muy grande hecha en ropa, tengo de todo y elijo muy bien la ropa”.

LAS FERIAS EN LOS GIMNASIOS

Lo cierto es que Melisa es una de las tantas vecinas de Comodoro que tiene su propia feria. Si uno recorre la ciudad un fin de semana, en las calles Olavarría, Cayelli, Lisandro de la Torre, entre otras, puede ver carteles, globos y banderines que son la invitación para ingresar a este tipo de espacios. Aunque en tiempos de redes sociales y WhatsApp, también hay grupos de difusión donde se promocionan los espacios cada fin de semana. Melisa creó uno de ellos: “Ferias Comodoro”.

En ese grupo se pueden encontrar ferias de todo tipo. Hogareñas, casuales y también aquellas que se realizan en gimnasios, colegios o sedes sociales. Jessica Jaramillo (37), precisamente es una de las organizadoras de este tipo de ferias. 

En su caso, hace dos años organiza su propia feria en la Mutual del barrio Roca. “Empecé vendiendo con Marcela Malla, que es organizadora”, cuenta al repasar con ADNSUR cómo fueron sus inicios. “Con el tiempo empecé a ayudarla con la limpieza de los baños y los lugares donde hacían, en la Rural o en el Gatti, pero hace dos años me mandó a hacer una feria a la Mutual Roca. No era un trabajo que quería hacer porque lo veía complicado, era lidiar con la gente. Una cosa es brindarle el agua para el mate y otra pasar a organizar la feria. Incluso cuando ella me mandaba yo le decía ‘yo no quiero organizar esto, yo no quiero trabajar’ pero hoy gracias a ella trabajo de esto”.

Jessica organiza la feria junto a su marido y este año sumó un nuevo lugar frente a Anses. Admite que está sorprendida por la respuesta de la gente, no pensaba que este año iba a tener tanta demanda. “Este año ha sido terrible la demanda comparado con el año anterior. El miércoles ya no tengo mesas para la Mutual del barrio Roca. Y no es que ves siempre a la misma gente, hay mucha gente nueva, en mi caso mucha gente del barrio Roca, gente que no veías antes. El tema es que ahora se toma como una salida laboral en tiempos que se está bastante complicado”.

Jessica alquila los lugares por día. A sus ferias asiste mucha gente que vende ropa usada, pero también quienes llevan sus propias creaciones. El objetivo de todos, incluso de ella, es sumar un peso más a la economía familiar, y en el caso de los compradores, tratar de ahorrar en este contexto de precios altos y sueldos estancados.

En ese sentido, asegura que “en las ferias se encuentran muy buenos precios. Este año, por el tema de la escuela mucha gente se volcó a buscar cosas para las clases, desde un guardapolvo azul que capaz lo pagas 30 mil pesos y en la feria lo encontrás a 3 mil en excelente condiciones. Yo compré todo en feria, cartuchera, mochila, de todo. Y ya no es la mujer sola que va, ahora es el marido que acompaña y también hay quienes venden por grupo de WhatsApp. Se esta viendo otra necesidad”.  

En el gimnasio Gatti, la Rural, USMA, escuelas como la Yapeyú, ex Magisterio, María Auxiliadora o el Centro de Jubilados del Roca, se realizan ferias de este tipo. Susana (61) es jubilada y hace 3 años comenzó a participar con la necesidad de generar un peso extra que le ayude a sumar otro ingreso a su jubilación. “Yo no me quedé jamás en la vida de brazos cruzados, pero me jubilé como ama de casa y dije ‘no alcanza con esto, tiene que haber otra entrada de otro lado’. Así que empecé a vender torta fritas, pan casero y calzones rotos. Vendía mucho pero cuando comenzaron a aumentar la nafta y los insumos dejé de hacerlos y un día vi feria en tal parte y dije ‘¿por qué no?’, ‘cambio de rubro’”. Comencé con cuatro o cinco trapos. Mis hijas me juntaron, me dieron otro poco y empecé. Vendo solo ropa lavada, planchada y perfumada”.

Susana comenzó vendiendo en la feria del Mundo del Ajedrez pero hace un tiempo se mudó a la Mutual del barrio Roca. Asegura que hay ferias por todos lados, cada vez hay más con distintos precios y para todos los gustos.

Los valores por stand rondan entre 2000 y 5000 pesos. Así, cada fin de semana cientos de personas venden en diferentes puntos de Comodoro Rivadavia, donde otros buscan precios más económicos a lo que encuentran en el comercio tradicional, sabiendo que en tiempo de crisis es necesario buscar opciones y que muchas veces la ropa puede tener una segunda oportunidad. Así es el mercado de las ferias, una tendencia que crece.