El proyecto alternativo al Viaducto que propuso solucionar el tránsito en la Ruta 3 con una autopista y ganando tierras al mar
El 3 de diciembre de 2003, 8 años después de la caída del Cerro Chenque que destruyó parte de la Ruta Nacional N°3, un grupo de profesionales presentó un proyecto alternativo al viaducto para solucionar el problema del tránsito en la principal vía de comunicación entre Kilómetro 3 y el Centro de Comodoro. Este era encabezado por el ingeniero Juan Carlos Svoboda y proponía construir una autopista de seis carriles, ganando tierras al mar y pensando en el Comodoro del 2030. Esta es la historia.
Pasaron 28 años del día en que se derrumbó el cerro Chenque y partió la Ruta Nacional N°3 en dos y, otra vez, la principal artería de comunicación entre el barrio General Mosconi y el Centro de Comodoro está destruida.
Esta vez no fue el movimiento del emblemático ícono que tiene esta ciudad, sino la fuerza del mar y la erosión costera, consecuencia del cambio climático que hace notar su presencia con mucho ruido.
Pasaron casi tres décadas y otra vez Comodoro vuelve a hablar de una solución a la problemática de la Ruta Nacional N°3. Muchos recuerdan el proyecto del Viaducto que trabajó un grupo de profesionales de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, también la ruta nacional paralela que se construyó sobre el cementerio viejo y por supuesto, la férrea oposición que tuvo un grupo de vecinos y un empresario que habrían sido fundamentales para que no se lleve a cabo la ejecución. Sin embargo, pocos recuerdan que también hubo un proyecto alternativo, una iniciativa que proponía construir una gran autopista ganando tierras al mar, potenciando el puerto y quitándole peso al Chenque, que por entonces estaba en su estado natural.
El proyecto “Comodoro 2030 Desarrollo Urbano” al que tuvo acceso ADNSUR este jueves, fue realizado por los ingenieros Juan Carlos Svoboda y Heraldo Luis Bergalio. Este fue presentado al municipio ―en ese momento a cargo de Jorge Aubia― el 15 de noviembre de 2003 en respuesta a la resolución municipal 2357/03, que invitaba a presentar proyectos alternativos al viaducto para encontrar una solución al tránsito sobre la Ruta Nacional N° 3.
En sus argumentos, los ingenieros mostraban su visión a futuro analizando el crecimiento de la ciudad, las posibilidades en materia eólica y solar y el crecimiento del caudal de tránsito, con “el cuello de botella” que se genera “a solo 300 metros al norte del centro”. También analizaban la problemática vial, el riesgo geológico, la erosión costera y contemplaban la posibilidad de tener un crecimiento portuario, además de restaurar el funcionamiento del ferrocarril.
La obra consistía en la construcción de un dique vertical entre el muelle de ultramar y el muelle de YPF en Km 3. En ese muro de unos 1000 metros se construiría una autopista de 6 carriles, con banquinas exteriores y una vía eventual para un futuro ferrocarril transpatagónico. La traza vial incluiría iluminación, defensas, dispositivos de seguridad, drenajes y new jersey para evitar accidentes frontales.
Según estipulaba el proyecto, también se iban a ganar 60 hectáreas de tierras al mar utilizando de relleno el material que se iba a quitar del Chenque. De esa forma, se iba eliminar peso al cerro.
Las hectáreas serían destinadas a la zona portuaria, pensados para la creación de sectores de maniobra, carga y descarga y construcción de nuevos muelles, ganando también 2.000 metros de frente de atraque en el puerto.
Otra parte de la tierra sería destinada a zona de recreación y servicio para clubes náuticos y la Prefectura Naval Argentina. Mientras que 20 hectáreas estarían destinadas a urbanización.
Por otro lado, el trabajo contemplaba un desarrollo en zona norte. Desde el muelle de Kilómetro 3, el camino continuaría por la costa, donde se ganarían otros 300 metros de tierras sobre el mar, ingresando por la zona del Club Tiro Federal para retornar a la traza actual de la Ruta Nacional N° 3, en el sector próximo al corralón municipal. Su valor inicial fue calculado en 47 millones de dólares, aproximadamente, contra los 65 millones de dólares que costaba el Viaducto en 1995, cuando fue presentado.
ENTRE EL VIADUCTO Y LA AUTOPISTA
Tal como estableció la resolución municipal 2357/03, el Viaducto, elaborado por profesionales de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco y el proyecto Alternativo, fueron evaluados para su futura ejecución.
Para su análisis, la Municipalidad creó una comisión de asesoramiento. Esta estuvo a cargo de la ingeniera Dolores Djaparidze ―opositora al proyecto del Viaducto― y fue integrada por diferentes profesionales e integrantes de la Sociedad de Arquitectos, el Centro de Ingenieros y el Colegio de Geólogos.
Raúl Simoncini, el intendente que sucedió a Jorge Aubia, prometió una respuesta antes del 103 aniversario de la ciudad que se cumplía el 23 de febrero de 2004.
La discusión no era sencilla, ambos tenían críticos y adeptos. Sin embargo, Svoboda no pensaba lo mismo.
El ingeniero que falleció hace dos años, en declaraciones a Diario Crónica, indicó en ese entonces que el jefe comunal ya tenía una decisión tomada, en virtud que públicamente decía que había que mantener la fisonomía actual de la ciudad.
Lo cierto es que la decisión no fue sencilla y previo al anuncio, varios organismos renunciaron a la comisión, entre ellos el Colegio de Geólogos, que pedía estabilizar el Chenque, el Colegio de Arquitectos y los mismos referentes de “Comodoro 2030”.
Finalmente, Simoncini el día del aniversario de la ciudad hizo pública su decisión. El avance de las gestiones para construir el viaducto con algunos retoques urbanísticos. A su vez, adelantó que se llamaría a concurso para estudiar la estabilidad del Chenque.
Sin embargo, lo único real es que no se hizo ningún proyecto y, como solución provisoria, Vialidad Nacional junto a Provincia construyeron un camino arriba del primer cementerio de la ciudad.
Su construcción generó controversias y terminó en juicios por parte de los dueños de dos terrenos que se encuentran frente a la estación de servicio de la zona. Según pudo confirmar ADNSUR, la causa penal por esa toma ilegal de tierras prescribió en la Justicia Federal. Mientras que la carpeta civil tuvo un fallo favorable para los propietarios, quienes tardaron años en cobrar el juicio a Nación.
Años después se reconstruyó la traza original que el último miércoles volvió a colapsar, esta vez por la erosión costera que generó la histórica marejada del 21 de agosto. Ahora solo queda esperar el colapso total y comenzar a diagramar la solución vial, la misma que hace 20 años pudo haberse concretado, pero no se logró por el desinterés de unos pocos.