Autos, alcohol, kerosene, nafta, gasoil, frutos, mercadería, lana y petróleo, mucho petróleo, son algunos de los productos que alguna vez entraron o salieron por el puerto de Comodoro Rivadavia.

La terminal marítima 100 años después representa la primera obra de envergadura que tuvo la ciudad, con una particularidad: demoró 73 años en construirse e inaugurarse.  

El último miércoles, los investigadores Graciela Ciselli, Marcelo Hernández y Viviana Bórquez Granero, presentaron “El puerto de Comodoro Rivadavia y su zona de influencia (1923 - 1992)”, un libro que forma parte de la Colección “Cuadernillos de Historia” que impulsan los docentes de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco.

La iniciativa forma parte del trabajo que realiza Lupat, una asociación civil autogestiva que ellos mismos crearon para “producir contenido de historia local y regional con fines educativos y turísticos y promover la investigación en el rescate y promoción del patrimonio cultural material e inmaterial”.

La presentación se realizó en la Administración del Puerto, aquel lugar donde alguna vez funcionó el Consejo Administrativo Portuario. A sala llena, vecinos de todas las edades compartieron la presentación de este libro que rescata y pone en valor la estación marítima. Un valioso aporte en la previa de un nuevo aniversario de la ciudad.

Marcelo Hernández, Graciela Cisell, y Viviana Bórquez Granero son los autores de “El puerto de Comodoro Rivadavia y su zona de influencia (1923 - 1992)”. Foto: ADNSUR.
Marcelo Hernández, Graciela Cisell, y Viviana Bórquez Granero son los autores de “El puerto de Comodoro Rivadavia y su zona de influencia (1923 - 1992)”. Foto: ADNSUR.

UNA NECESIDAD PARA CRECER

El puerto comenzó a construirse en 1923 y, como dicen los autores, “fue un motor del desarrollo económico local y regional, teniendo en cuenta que durante las tres primeras décadas del siglo XX la vía marítima prácticamente fue el único medio de comunicación con la ciudad”.

Por ese entonces, el pueblo ya contaba con muelles que eran utilizados para el transporte de mercadería y personas. Se debe recordar que en esos años no había rutas terrestres y aéreas.

Cuenta la historia, y recupera el libro, que el primer muelle estuvo en Km 5. Fue creado entre 1909 y 1910 para ser utilizado en la construcción de Ferrocarriles del Estado. Era de madera y zinc. Luego llegaría el muelle de Kilómetro 3 y más tarde llegaría el Muelle Maciel y el de Caleta Córdova, propiedad de la Compañía Astra.

En ese marco, el Ministerio de Obras Públicas de la Nación, a través de la Dirección Nacional de Construcciones Portuarias y Vías Navegables de Comodoro, comenzó la construcción de un puerto de gran escala. La iniciativa prometía “dar un gran impulso a los yacimientos petrolíferos” y “reducir los altos fletes de las operaciones de carga y descarga en los muelles existentes”.

El proyecto original contemplaba “un muelle de atraque de 100 m. de largo y 12m de ancho con la cota de coronamiento de +7.5m y una profundidad al pie de 3m en marea baja, el que estaría unido por un viaducto emplazado sobre la restinga sud”.

El presupuesto de la obra era de 1.790.000 pesos, pero la partida nacional para las obras de Comodoro y Puerto Deseado ascendía a los 400.000 pesos. Finalmente, en un acuerdo con el Ministerio de Agricultura, el gobierno nacional autorizó el financiamiento para la construcción del puerto, que estuvo a cargo del ingeniero Enrique Ducós.

LA PRIMERA ETAPA

La construcción comenzó en agosto de 1923 e incluía una escollera de defensa, un dique viaducto y otras obras de abrigo necesarias para el acceso de los barcos, cuenta la investigación. Además de un muro de contención para ganar tierras al mar, una zona terrestre donde se construirían edificios para las operaciones portuarias, un muro de contención en la zona costera y un camino que luego, con el paso de los años, se denominó Costanera, la cual incluyó un jardín para el disfrute de los habitantes.

Es que el puerto siempre estuvo cerca de la comunidad, desde sus inicios. En la presentación del libro esto quedó expuesto en los recuerdos de aquellos que vivieron esos años en los que era posible ingresar a la estación portuaria, y también al destacar la importancia que tuvo “el jardín del puerto”, que hoy es conocido como plaza Soberanía. Como dijo Borques Granero, este lugar terminó siendo el primer espacio público para la recreación que tuvo la ciudad.

Una foto que muestra el avance del puerto, la demarcación de la costanera y como se transformó el lugar. Foto: Museo Ferroportuario.
Una foto que muestra el avance del puerto, la demarcación de la costanera y como se transformó el lugar. Foto: Museo Ferroportuario.

Lo cierto es que “el avance de las obras fue lento”. No solo por los costos de la obra, sino por la situación del país, como la crisis de 1929. Para entenderlo, basta decir que entre enero y agosto de 1931 se suspendieron las obras porque el presupuesto solo permitía mantener al personal a cargo y recién en 1939 comenzaron las obras de la avenida Costanera.

Así, luego de veinte años recién culminó la primera etapa, que permitió que el puerto se convierta en un factor de influencia regional, facilitando el transporte de pasajeros y carga.

El puerto, la primera gran obra de Comodoro que demoró 73 años en construirse

UNA SEGUNDA ETAPA ESTANCADA

Los autores del libro dividen la construcción del puerto en dos etapas. La segunda abarca desde 1955 a 1996. En ese sentido, explican que “si bien las obras pudieron avanzar al principio de este periodo con buen ritmo, quedaron paralizadas a partir de 1963, durante años”. Los motivos son varios: desde la falta de financiamiento hasta las dificultades para conseguir personal. 

Resulta llamativa y actualizada también la opinión del geógrafo “Horacio Difrieri” quien, en 1963, señalaba entre otras cosas que “la ciudad parece vivir a espaldas al océano”, aduciendo que hay falta de madurez en sus aparatos económicos e inestabilidad en su estructura de colonización. En síntesis, tamaña inversión necesitaba mayor producción. 

Lo cierto es que recién en 1992, cuando el gobierno nacional transfirió los puertos a la provincia, Chubut decidió culminar la obra. Para hacerlo creó la Unidad Ejecutora Provincial Portuaria y convirtió a Comodoro en la cabecera del Corredor Bioceánico con Puerto Chacabuco.  

La primera etapa contempló la extensión de la escollera en 300 metros, el dragado del puerto, la dársena pesquera, un muelle de cabotaje y un ultramar de 216m, además de instalaciones complementarias. La segunda consistía en la recuperación de tierras ganadas al mar en la zona portuaria para la instalación de empresas de servicios portuarios. Y la tercera, en la construcción del muelle pesquero para la descarga y el alistamiento de la flota pesquera. 

Los trabajos se iniciaron en junio de 1994 y finalizaron el 12 de octubre de 1996, cuando el puerto se inauguró, luego de 73 años de trabajo. 

En 1996 finalmente se inauguró el Puerto "Antonio Morán".
En 1996 finalmente se inauguró el Puerto "Antonio Morán".

UN APORTE A LA HISTORIA

El libro resulta netamente interesante por su contenido, resumido a cuentagotas en esta crónica. Aporta datos y ayuda a entender la cronología de esta obra que tuvo un fuerte impacto económico en la región y de alguna forma ayuda permite ahondar un poco más en la historia comercial de la ciudad.

Es que, si uno ve los datos de 1929, cuando pasaron 129 por el puerto, entiende cómo era el comercio en esa época en que existían las grandes industrias. Basta decir que ese año se transportaron 4.500 toneladas de lana, 1.139 toneladas de cueros lanares, 33 toneladas de cuero vacuno, 11 toneladas de cuero de zorro, además de cuero de nutria, plumas de avestruz y ñandú. Sin embargo, siempre el mayor transporte fue el petróleo y sus derivados, lo que motivó la construcción de una estación de ese tipo. 

Lupat Asociación

El libro analiza el ingreso y la salida de mercadería, la relación del puerto con otras estaciones marítimas de la zona e invita a entender y reflexionar por qué Comodoro nunca supo desarrollar su actividad portuaria en comparación con otras industrias.

La investigación utiliza diversas fuentes bibliográficas, pero además recupera parte del Archivo Portuario que se encuentra dentro del Museo Ferroportuario, y que luego de una década volvió a estar en funcionamiento con valiosa información que nos ayuda a entender la historia de esta pujante ciudad que nunca recibió lo que tanto dio.

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