Entre rejillas y productos regionales: la historia del Mercado Comunitario que se convirtió en Centro Cultural
En Comodoro Rivadavia, muchos recuerdan el histórico Mercado Regional que funcionó donde hoy está el Concejo Deliberante. Sin embargo, pocos se acuerdan del Mercado Comunitario, aquel recinto donde se vendían productos de la zona en una época en la que todavía no llegaban las grandes cadenas de supermercados y no existían las compras online. En esta crónica te contamos parte de la historia de ese establecimiento, un lugar que luego le dio vida al Centro Cultural de la ciudad.
“Al principio era una época maravillosa, vendíamos muy bien”, dice Rubén Gómez al recordar el Mercado Comunitario. El poeta y escritor tenía un puesto en ese recinto histórico que hoy pocos recuerdan, pero que en su momento tuvo un impacto muy positivo en quienes eran comerciantes y productores de elaboraciones hechas en la zona.
El MerCom, como se sintetizaba su nombre, funcionaba donde hoy está el Centro Cultural, el recinto que es la sede principal de la Feria Internacional del Libro, un evento que todos los años convoca a miles de personas para acercarse a la cultura. Gómez recuerda todo al detalle, ¿y cómo no hacerlo? Si de alguna forma integró aquella movida que luego, cuando cerró, terminó convirtiendo un galpón en desuso en un espacio de cultura y arte.
“El Mercado Comunitario surgió como un boom, tratando de recuperar ese imaginario que había del Mercado Regional que funcionaba donde está el Concejo Deliberante”, dice Gómez al recordar cómo surgió el MerCom. “Ese en realidad era el Mercado Regional, el de la infancia nuestra. Después vino MerCom y ahora hay otras nuevas propuestas que recuperan un poco eso, pero yo me acuerdo que mi vieja me mandaba a comprar productos al Regional. Y después en algún momento surgió el Comunitario”.
Gómez fue puestero del MerCom. Tenía 23 años y atendía una pequeña sucursal de “Luchador”, aquel comercio que había fundado su abuelo y continuado su papá.
"Luchador" se dedicaba a la elaboración de papas fritas, maníes, palitos y otros tipos de snack. El local principal funcionaba en Avenida Rivadavia, casi Italia, y la sede en el MerCom, frente a lo que hoy es la confitería del Cultural.
“Era un local chiquito", recuerda Gómez. "Vendía los productos que mi viejo producía: papas fritas, maní, palitos, ese tipo de cosas. Yo me acuerdo que al principio vendíamos muy bien. Además, para la gente no era solamente venir al mercado a comprar, sino que venía toda una comunidad. La gente compraba, charlaba, se reencontraba y se abrazaba. Estamos hablando previo al WhatsApp y el celular, de hecho, me acuerdo que la cafetería tenía un teléfono público para comunicarse cuando lo necesitabas, era una época completamente distinta”.
Como Gómez dice, era una época distinta. No había telefonía celular ni compras online, tampoco grandes cadenas de supermercados ni la infinidad de productos importados y marcas internacionales que ahora llegan con etiqueta y elaboración argentina.
En el Mercado se vendía de todo, desde leche de Sarmiento hasta fiambres, verduras, pollo, huevos y pescado. Cada rubro estaba dividido por locales. Así, estaba la pescadería, la verdulería y otros rubros. Renzo, por ejemplo, era el carnicero. Mientras que Hugo Fernández y Nacho Villane tenían un vivero con plantas de jardín y aromáticas; Sánchez se encargaba de la verdulería; Torá vendía artículos de limpieza y Rudecindo Ojeda, atendía la cafetería.
“Chindo”, como lo recuerdan todos, con 87 años recuerda aquellos tiempos del Mercado, el lugar donde decidió emprender una vez que se jubiló de YPF. “Desde que me jubilé siempre trabajé, nunca me quedé en la casa y en su momento abrí la cafetería en el Mercado. Nunca había tenido negocio, fue la primera vez. Éramos todos trabajadores atendiendo negocios. Yo nunca trabajé mal, trabajé muy bien, trabajaba con todos los del puerto. Tenía un muchacho que me ayudaba, trabajábamos los dos. Después tenía un pequeño quiosquito y alcancé a vender cuando la gente echó a todos de YPF. Ya no era como antes en ese momento”
La cafetería de chindo funcionaba al lado de la escalera del Cultural. Abría a las 7, bien temprano, y era uno de los últimos locales en cerrarse. Chindo trabajaba acompañado por un mozo, quien repartía café por todos los puestos, y en su momento también tuvo un anexo de quiosco.
Gómez recuerda la pequeña cafetería, el teléfono público negro que conectaba a los comerciantes con el resto del mundo y aquella maqueta de equipo de perforación que adornaba el local y que este inmigrante chileno, que trabajó más de 35 años en YPF, exhibía con orgullo.
DE GALPÓN PORTUARIO A MERCADO
Cuenta la historia que el Mercado Comunitario fue inaugurado el 8 de agosto de 1987 en el Galpón N° 2, que por entonces pertenecía al Puerto de Comodoro Rivadavia.
El edificio fundado en 1938, era una réplica del Galpón N° 1, que funciona en el ingreso a la estación portuaria y, por su ubicación y espacio, era ideal para este tipo de proyectos.
El recinto funcionaba en lo que hoy es el ala principal del Centro Cultural. Estaba dividido en tres pasillos y tenía una particularidad que aún hoy muchos recuerdan: las canaletas de hormigón cubiertas por rejillas de hierro por donde circulaban las aguas residuales de la limpieza de cada local.
El MerCom funcionaba de lunes a sábado en horario de comercio, cortado, y el domingo cerraba. Era el día de descanso de todos.
Alejandra González recuerda con nostalgia el mercado. “Yo venía a comprar como cliente, verduras y productos de Sarmiento. Me acuerdo que la leche venía en sachet y los yogures en frasco, riquísimos, también había pescado. En esa época estaba embarazada y me acuerdo que mi antojo era comer un choripán, porque había un puesto de choripán también”; recuerda, indicando al rincón donde hoy se ubican los baños del Cultural.
Alberto Ojeda, el hijo de Chindo, también recuerda aquella época. Por ese entonces, trabajaba en el campo y los fines de semana, cuando descansaba, ayudaba a su padre en el local. “Me acuerdo que los sábados había un montón de gente. Yo ayudaba al mozo a servir café y la cafetería era lo último que cerraba. Se vendía muy bien en esa época”.
DE GALPÓN A CENTRO CULTURAL
Poco a poco el MerCom se fue apagando. La hiperinflación de la última etapa del gobierno de Alfonsín no ayudó, tampoco el proceso de privatización de Menem, y mucho menos el encauce que tomó el recinto puertas adentro del Municipio, recuerdan quienes vivieron esa época.
Por ese entonces, Gómez ya se había ido y Chindo había vendido la cafetería, hasta que un día finalmente el MerCom cerró para siempre y el galpón N° 2 se convirtió en un espacio vacío, un depósito de cosas en desuso. Sin embargo, nadie imaginaba en lo que luego se iba a convertir.
Cuenta la historia que, en 2002, un grupo de hacedores culturales encabezados por Rubén Gómez y Elo Vázquez iniciaron un expediente para que el Galpón sea destinado a un Centro Cultural. Se juntaron firmas, hubo reuniones y se conformó una entidad para poder darle fuerza a este pedido.
La Asociación Civil y Cultural “El puerto” trabajó en el proyecto para que finalmente el ex Mercado Comunitario se convierta en el Cultural. “Se pensó en ese lugar por el mismo motivo que se pensó el Mercado Comunitario: la accesibilidad y el espacio que tenía para las muestras. Tuvimos que esperar hasta 2011, pero se logró”, recuerda Gómez.
El propietario de editorial “Vela al Viento” recuerda que hubo una convocatoria a actores culturales de la ciudad. Cada uno tenía un centro cultural en la cabeza, pero la idea es que fuera apto para todas las actividades.
Para su construcción, Provincia cedió el edificio del Puerto a la Municipalidad y se amplió su diseño. Así, se preparó un auditorio con gradas móviles para conferencias, se construyeron aulas para capacitaciones gratuitas y también se reservó un espacio para una confitería.
En la actualidad, una muestra fotográfica, realizada por Viviana Granero, a cargo de la Dirección de Investigaciones Historicas, y Monica Aleuy, directora de Artes Visuales de la Secretaría de Cultura, repasa la historia del edificio del Centro Cultural desde su inauguración en febrero de 2011 hasta la actualidad, como sede de la Feria Internacional del Libro.
La muestra, ideada por Aleuy, quien previo a su jubilación dejar algún rastro de la historia del Centro Cultural, y fue inaugurada el año pasado, en el marco de la Fería del Libro, y exhibe en detalle el paso a paso de este edificio historico, un recorrido que vale la pena realizar en forma libre y gratuita.
Así, el lugar que alguna vez fue galpón y luego mercado se convirtió en un Centro Cultural, un lugar que hoy disfrutan miles de personas, en un circuito que cada vez se hace más agradable recorrer para conocer también la historia del Comodoro de Antes.