“Comimos tortillas caseras recién salidas del horno”. “Nos hiciste sentir en casa estando a más de 4.000 kilómetros”. “Mi señora bonita, usted es un ser magnífico”. Para cualquiera pueden ser frases sin sentido o que pasan desapercibidas. Para María Helena Maldonado, no; son recuerdos que dejaron aquellos turistas extranjeros que pasaron por su motoposada en los primeros meses de actividad. 

El libro de visitas está lleno de cartas, una más bonita que otra, palabras sinceras y extensas. Cada una muestra el compromiso del viajero con aquel cuaderno que es testigo de lo que sucede en esa pequeña casa de barrio Saavedra.

En noviembre del año pasado, María Elena decidió crear una motoposada. Quería comenzar su propio emprendimiento planificando el momento que llegue la jubilación y una amiga le dio una idea que la sumergió en un mundo de motos, turistas e idiomas de diferentes orígenes. 

Elena abrió su posada en noviembre y ya recibió a turistas de diversos países.

“Yo soy una mujer muy activa y, pensando en el retiro, quería emprender una actividad. Charlando con una prima le comenté que quería hacer algo en casa. Había pensado en intercambio, había visto las páginas de Airbnb y conversando con Vero, me dice ‘¿por qué no pones una moto posada?’. Yo desconocía totalmente qué era, pero me gustó la idea”.

María Elena cuenta que se puso en la cabeza el objetivo y no paró. Compró sábanas, toallas, ambientó la casa y habló con sus hijos. A ellos también les gustó la idea y el 18 de noviembre inauguró “Motoposada Escorpio”, en honor a su signo y a la fecha en que abrió el lugar. “Los escorpianos nos amamos”, dice entre risas. 

El primer moto-viajero que visitó el lugar fue Javi Suárez. Llegó por recomendación de una mujer que tiene un espacio similar en Puerto Madryn. Su prima le hizo la conexión y así tuvo su primer huésped. 

“Llegó y estaba cansado. Iba para un encuentro de La Renga en Ushuaia y pensé ‘¿qué le preparo?, debe estar cansado de comer sándwiches’, así que le hice una sopita de pollo. Quedó chocho. Él me recomendó otro turista y el boca en boca me empezó a traer gente. Y también dejé folletos en las estaciones, porque los chicos pasan a cargar nafta y preguntan si conocen algún lugar que no sea caro, van cuidando el bolsillo”. 

DEL MUNDO A COMODORO

Elena asegura que le maravilló la experiencia de tener gente de otro país en su casa y decidió avanzar a paso firme con el emprendimiento. Los turistas suelen llegar cuando cae la tarde y muchos se van a primera hora de la mañana. Sin embargo, otros deciden quedarse o tienen tiempo para recorrer un poco la ciudad. Ahí, Elena aprovecha para hacerlos conocer Comodoro.

“Me gusta que conozcan la ciudad. Yo digo ‘qué lindo sería que Comodoro no sea una ciudad de paso’ porque pasa mucha gente por acá. Entonces si alguno se queda un día más o tuvo un desperfecto, aprovecho a dar una vueltita, aunque sea el mirador del Chenque, Kilómetro 3, el mar, porque muchos no conocen el mar y la gente se va feliz porque Comodoro tiene sus bellezas: el faro, Rocas Coloradas, el mirador… tenemos una Patagonia preciosa”.

Celina Martins fue una de las creadoras de contenido que pasó por Comodoro y se alojó en la motoposada.

En estos 8 meses, la moto posada recibió a turistas de más de 10 países. Gente de Alemania, Bélgica, Austria, Francia, Colombia, Perú, Chile, Argentina, Uruguay, Ecuador y Brasil, que pasaron por la ciudad a hospedarse. 

En algunos casos se fueron al otro día y otros se quedaron, como la influencer colombiana Angélica Cháves. Sí, es que en el lugar se hospedaron muchos youtubers y creadores de contenidos que cosechan miles de seguidores, como Celina Martins, entre otros. 

Por supuesto, las edades no tienen límites al momento de viajar. Así, en Navidad recibieron a un turista de Brasil de 70 años que encontró uno de los folletos en la estación de servicio. Américo Da Silva pasó la Nochebuena con su familia y fue una experiencia única. Al otro lado del abismo, está Benedic, un turista alemán de solo 22 años que pasó hace unas semanas con destino a Puerto Natales, Punta Arenas, El Calafate y próximo regreso a Viña del Mar.

La motoposada se encuentra en Saavedra, uno de los barrios historicos de Comodoro.

Elena confiesa: “no pensé que iba a venir tanta gente. Brasileños y colombianos son los que más pasan y también pasó una familia que anda viajando por el mundo. Lo que más me gusta es interactuar con ellos, porque enriquece mucho y ellos lo que más se acuerdan es cómo la pasaron. No es lo que vieron, simplemente la calidez de la gente, un abrazo, un pan caliente. Pero es algo muy lindo, me encanta, lo hago con mucho cariño porque queda como una amistad. Aparte es una comunidad re bonita, gente grande que va de paso”.

La hora de la cena se aproxima. La charla sigue su curso y Elena no duda: “Lo que más me gusta es que dicen que se sienten como en su casa, porque compartimos un café, charlamos, si pinta una cena, cenamos y el desayuno lo tienen. Eso me encanta, pero lo que más me gustaría es que podamos hacer nuestra ciudad más turística, que haya más lugares para visitar y que ya no sea una ciudad de paso. Eso me encantaría, que conozcan la Patagonia, porque tenemos una región preciosa, maravillosa y quienes pasan por acá se van encantados”, asegura esta mujer que se animó a incursionar en un rubro y ya se prepara para su próxima temporada.

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